REAL FELIPE
Enviado por chubita85 • 14 de Septiembre de 2013 • 2.384 Palabras (10 Páginas) • 458 Visitas
El Real Felipe es el mayor atractivo turístico del Callao. Se encuentra ubicado en la bahía del Callao. Actualmente la fortaleza es una base menor del Ejército peruano. También alberga al Museo del Ejército; está abierto al público general y turistas nacionales y extranjeros. (Cotos, Humberto (1997-1999) "La fortaleza del Real Felipe"En: "El Callao: "Historia, Gente y Tradición" [en línea], La página de los chalacos en la red. Chim Pum Callao,
Este trabajo, muy esquemático, solo pretende hacer de conocimiento aportes de otros investigadores, tanto de personas individuales como de instituciones. Es esta la razón por la cual comenzamos haciendo referencia a un recurso importantísimo que puede ser encontrado y consultado en el ciberespacio.
Valiosísimo tanto para aquellas personas que han visitado El Real Felipe como para todas aquellas que no habiéndolo aún llevado a cabo, estamos seguros, después de su consulta, se sentirán motivadas para visitar, personalmente, este importantísimo y acogedor atractivo turístico del Callao.
Los profesores, tanto del nivel primario como secundario tienen, en este mapa interactivo, una valiosa herramienta para sus clases, así como también para la motivación previa a la visita con sus alumnos y su posterior aprovechamiento después de realizada la misma.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos27/fortaleza-real-felipe/fortaleza-real-felipe.shtml#ixzz2Wg1gXvm8
Mapa interactivo.
URL: http://www.peruplanes.8m.com/museo/real.htm
El Virrey José Antonio Manso de Velasco, Conde de Superunda, colocó la primera piedra de lo que sería la imponente Fortaleza del Real Felipe, el 1 de agosto de 1747. El año anterior, 1746, exactamente el 28 de octubre, a las diez y media de la noche, se produjo un terremoto y maremoto de grado XI en la escala de Mercalli, con un duración de un minuto con 40 segundos, según lo señala el Dr. Waldemar Espinoza en sulibro "Virreinato Peruano: Vida cotidiana, instituciones y cultura" (Lima, 1997).
Como consecuencia de este cataclismo, que destruyó el puerto del Callao, no quedó nada en pie, inclusive se hundieron 17 barcos. El maremoto, que produjo olas de hasta 60 metros de altura, pulverizó las fortificaciones y retorció embarcaderos. Apenas quedaron algo de sus anchas murallas con sus dos puertas de entrada; 200 sobrevivientes de una población que llegaba casi a 5000 habitantes.
Es importante resaltar este infausto acontecimiento, porque fue esta hecatombe ocurrida en el Callao lo que convenció y decidió a las autoridades virreinales a construir una defensa más sólida que una simple muralla, para proteger la Ciudad de Lima del constante asedio de piratas y corsarios, sobre todo de nacionalidad británica.
Los planos fueron encomendados al cosmógrafo francés Luis Godin, quien había venido como jefe de la famosa Expedición Geodésica Francesa, al lado de Pierre Bouguer y Carlos María de la Condamine. El proyecto presentado por Godin fue escogido, dejándose a un lado los otros dos proyectos pertenecientes a los ingenieros José Amich y Juan Francisco Toesa.
Fue la Junta de Guerra, la que por mayoría, se decidió por los planos de Godin, aunque, como lo señala el padre Vargas Ugarte en su Historia General del Perú, volumen V, capítulo XI, el Marqués de Obando no estuvo de acuerdo con esta decisión e hizo que constase su voto singular.
La dirección de la obra corrió a cargo de Godin, conjuntamente con el Piloto de la Armada José Amich y el Ayudante del regimiento de Portugal el sargento Mayor Juan Manuel Ramiro. El maestro mayor de albañilería fue don Pedro José Ramírez
La construcción principal tardó en realizarse 29 años y su costo fue de más de tres millones de pesos. Las piedras utilizadas para su construcción (aproximadamente unos 5 millones de metros cúbicos), provenían de las canteras de la Isla de San Lorenzo, pero también de Panamá y España, pues muchas veces se emplearon los bloques que los barcos traían como contrapeso, cuando llegaban a buscar mercaderías al Callao.
Primero fue conocido como Real Fernando, en honor al soberano Fernando VI, pero posteriormente se le dio el nombre con el cual se le conoce hasta el día de hoy, en memoria del fallecido rey Felipe V. Se presume que la ceremonia de inauguración fue encabezada por el virrey Manuel Amat y Juniet, en 1776. Es verdad que durante el gobierno del Conde de Superunda se había comenzado a construir el Real Felipe, pero sólo se alcanzó a construir el cerco o muralla del gran pentágono que había de ser el fuerte.
En cambio durante el gobierno del virrey Amat se levantaron los terraplenes de más de nueve varas de ancho a lo largo de las cortinas y flancos del muro exterior y se le agregó una muralla de competente grosor. Se hicieron seis rampas cómodas para subir la artillería a los parapetos y en los cinco baluartes se construyeron otros tantos almacenes para la pólvora y munición así como alojamiento para la tropa y pozos deagua, por si se hiciese necesario.
A la contraescarpa se le dio mayor altura y se llevó a cabo en gran parte de la obrad del glacis o explanada. En el centro de la plaza se fabricaron almacenes para víveres y municiones y cuarteles para los soldados, fuera de una capilla y un hospital para los enfermos y presidiarios.
Finalmente se trajo agua de buena calidad de alguna distancia, proveyendo de este modo a la fortaleza de un elemento indispensable. Como dice Vargas Ugarte: "Hay que reconocer que a su diligencia (se refiere al virrey Amat) se debe la obra del Real Felipe y no en vano figura su nombre en más de un sitio de la fortaleza".
La fortaleza tiene una forma pentagonal, con muros a prueba de bombas de 4 metros de altura con un perímetro externo de 1,580 metros, rodeados por un foso de agua de 16 metros de ancho por 2 y medio de profundidad; adicionalmente tenía un sistema de terraplenes que conseguían ocultar la fortaleza de las observaciones desde alta mar y evitaba que los atacantes tuvieran alguna protección durante la última parte del ataque. Posee cinco baluartes: de la Reina, del Rey, de San José, de San Carlos, de San Felipe y baluarte del Príncipe.
Con sus 188 cañones de bronce y 124 de fierro, la fortaleza permitió repeler los ataques de los corsarios. Pero el verdadero bautizo de fuego ocurrió el 20 de enero de 1816, cuando las fuerzas españolas rechazaron la ofensiva de los barcos Hércules y Halcón, enviados por el gobierno de Buenos Aires.
Cuando el general San Martín proclamó la independencia del Perú, el fuerte estaba en manos de los realistas. El gobernador de esta fortaleza era el Mariscal de Campo don José de La Mar.
Después de un período de resistencia, La Mar convino
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