Rama Ejecutiva

PRESENTADO POR:

PRESENTADO A:

Dr. Álvaro Holguín Sarria.

ASIGNATURA:

HISTORIA DE LAS

IDEAS POLITICAS

Santiago de Cali, 24 de abril de 2014

LAS RAZONES DE LA TOLERANCIA

BOBBIO

Capítulo I

DEL POLITEÍSMO DE LA ANTIGÜEDAD A LA TOLERANCIA MONOTEÍSTA

La tolerancia es uno de los valores humanos más respetados y guarda relación con la aceptación de aquellas personas, situaciones o cosas que se alejan de lo que cada persona posee o considera dentro de sus creencias. Se trata de un término que proviene de la palabra en latín “tolerare”, la que se traduce al español como “sostener”, o bien, “soportar”.

La tolerancia es posible de medir en determinados grados que guardan relación con la aceptación que se tenga ante algo con lo que no se está de acuerdo o que no se adecua al propio sistema de valores.

En la gracia antigua no había la menor señal de tolerancia para con los extranjeros. Sin embargo, el politeísmo, sobre todo el practicado más tarde en Roma aparecía, en visión retrospectiva, como una base posible para la tolerancia religiosa.

En un mundo colorido del politeísmo romano irrumpió el monoteísmo judío y cristiano como cuerpo extraño no asimilable. Solo en el año 33, el emperador. Constantino concedió la tolerancia oficial al cristianismo. Su piedad y la firmeza de sus creencias habían ganado tal respeto a los cristianos, también entre los soldados y, sobre todo, entre los ciudadanos corrientes que, finalmente, su religión fue declarada religión oficial del Estado y se excluyeron de todas las demás. Poco tiempo después, los beneficiarios de la tolerancia se transformarían en intolerantes perseguidores de los disidentes, de los herejes, como los arrianos y los donatistas. Muy pronto comenzó una enconada lucha por la pureza de la doctrina. La intolerancia cristiana había nacido.

Durante todo el medioevo las herejías fueron siempre o casi siempre también expresión de insatisfacción social. Su persecución estaba al mismo tiempo a cargo de los poderes temporales y de los espirituales. Con el correr de los siglos, la iglesia Católica paso de ser una de comunidades más o menos independiente a una firme organización jerárquica y burocrática que cubría todo el mundo hasta entonces conocido.

La iglesia y el obispo de Roma se declaraban instituidos por el propio Dios. El Papa mismo era y es considerado como el representante de Cristo en la tierra.

Dado que la dirección espiritual se considera superior a la profana, la iglesia asumió una especie de derecho de supervisión sobre los reyes y príncipes. Se consideraba legitimada para destituir gobernantes y para anular el poder de obediencia que ligaba al pueblo con sus autoridades.

San Agustín hace hincapié en que la herejía es un alejamiento del dogma y, por consiguiente, un desorden del alma que puede acarrear al hombre la condenación eterna.

Santo Tomas de Aquino, quien llevo a cabo la gran síntesis de la filosofía aristotélica y de la dogmática cristiana en su suma, compara la autoridad papal y la real (e imperial) con el dominio del alma sobre el cuerpo. A si como el alma domina al cuerpo, así preside el papa por sobre los reyes y el Emperador. La meta suprema y el sentido de la vida humana es la salvación eterna; para eso están la iglesia y su pastor supremo.

El pináculo de la intolerancia se alcanza con la inquisición, para cuyos apologistas, hasta la muerte en la hoguera es un acto de amor, pues el quemar el cuerpo de un hereje se puede salvar su alma inmortal.

El fundamento teórico de la intolerancia eclesiástica es, en estos y otros casos, la idea de que corresponde a una institución y a sus dirigentes no solo el determinar para todos los hombres cual es la meta suprema de la existencia (la dicha eterna), sino el señalar cual es el único camino que seguramente conduce a esa meta.

la tolerancia religiosa y política son medios indispensables para alcanzar la felicidad individual y, a la vez, son algo mas que simples medios. La relación entre libertad, tolerancia, y felicidad individual es tan compleja, que tanto la libertad como la tolerancia deben considerarse como objetivos en si`` MieczylsaManeli.

El capítulo de la intolerancia no puede darse por terminado sin mencionar aunque sea brevemente las persecuciones masivas de las llamadas brujas, las cruzadas, que se prolongaron desde fines del siglo XI hasta fines del siglo XIII. Justificadas como liberación de la Tierra Santa, sometida al dominio musulmán, las cruzadas fueron, muchas veces, pretexto para brutales masacres de la población civil: por ejemplo durante la destrucción de Jerusalén.

Capítulo 2

INDICIOS DE LA TOLERANCIA EN LA ÉPOCA DE LA REFORMA Y NUEVA INTOLERANCIA

La reforma pone a la Biblia en manos de los cristianos y solo se orienta por las sagradas Escrituras. Hasta entonces, la iglesia católica había dejado el estudio de la biblia, exclusivamente, a cargo del clero y solo había leído e interpretado a los fieles determinados textos bíblicos. Lutero suprime por medio de su traducción de la biblia y su insistencia en el sacerdocio general la diferencia entre laicos y sacerdotes.

Al subrayar la i importancia de la conciencia individual y de la fe interna, Lutero da el primer paso decisivo en dirección a la libertad de creencias. Pero, al mismo tiempo, se aferra a la obligatoriedad de respetar la verdad revelada y señala que no es posible tolerar una conciencia equivocada. Cuando la obra reformista de Lutero comenzó a recibir el apoyo de los príncipes (con frecuencia por motivos muy humanos) y, por consiguiente, comenzó a depender de ellos, los elementos espiritualistas e individualistas de su teología pasaron a segundo plano.

La expresión más decisiva de la intolerancia de Lutero fue contra las bandas asesinas y ladronas de los campesinos, del año 1525. Los rebeldes no eran para el solo los herejes, sino que sus hechos eran horrores externos contra los cuales había que luchar a fuego y espada como obligación cristiana. A semejanza de Lutero, Zwinglio también condeno a los herejes evangelistas. En su crítica a los anabaptistas señala que no se trata de bautismo sino de una rebelión, de un cisma, de herejía.

No se puede dejar de notar que la intolerancia de los reformadores se basa más en motivaciones políticas que teológicas.

El enfrentamiento teológico en torno a la doctrina reformatoria en el cual el problema de la tolerancia desempeña un importante papel queda netamente definido

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