Recensión Historia Jurídica Del Anatocismo
Enviado por jvegat • 25 de Noviembre de 2012 • 1.863 Palabras (8 Páginas) • 978 Visitas
Historia Jurídica del Anatocismo
El libro que a continuación vamos a analizar es una obra de la autora María Encarnación Gómez Rojo, y como bien nos indica al comienzo de este se trata de una continuación a una de sus anteriores obras pero con el matiz de que profundiza más en un tema, el anatocismo.
El libro comienza con una introducción en la cual nos encontramos con un acercamiento al anatocismo como concepto y a otros términos que están muy ligados a este. Podríamos exponer que va a ser una obra que va tratar temas económicos pero analizados desde un punto de vista jurídico, y por lo tanto va a poner en tela de juicio los distintos comportamientos relacionados con el anatocismo, el cual está muy próximo al préstamo con interés.
Continuando con el análisis de esta obra nos encontramos con la consideración jurídica de los préstamos en la Edad Antigua. Una época que va estar marcada por una visión negativa a lo que concierne al préstamo con interés y por tanto al anatocismo (intereses de los intereses).
Observamos como la filosofía quiso dar una opinión sobre el préstamo con interés y basaron sus teorías en la no capacidad productiva del dinero, como Aristóteles, o en fenómenos naturales para explicar la imposibilidad del crecimiento del dinero, como Aristófanes. Por tanto se puede deducir que la filosofía no estaba de acuerdo con el préstamo con interés, pero quizás en la actualidad sus ideas económicas se quedan algo rezagadas ya que no tuvieron en cuenta otra serie de factores que influyen en el dinero y en los préstamos. Esto no quiere decir que en esa época estas teorías no fueran válidas, ya que incluso algunos autores se basaron en ellas para dar su opinión sobre el anatocismo.
Por otra parte, durante esta época los préstamos con interés habían generado una situación de crisis y los que tenían una condición social inferior acabaron por arruinarse. Esto dio pie a que se establecieran una serie de normas para evitar esta situación y proteger a los deudores. Estas normas consistieron en limitar los intereses y en prohibir las actuaciones ilícitas, pero hubo gran inestabilidad a la hora de establecer límites.
Un gran problema aparte de lo ya comentado anteriormente fue la capitalización del interés para generar más intereses, lo que conocemos como anatocismo. Está práctica tanto en la actualidad como en tiempos anteriores está penalizada como ya veremos más adelante.
Todas las normas ya comentadas y todas las medidas que se tomaron para tratar de regularizar la situación no eran respetadas y por lo tanto se incumplían constantemente. Esto llevo a castigar la usura más duramente y a imponer normas y penalizaciones aún más estrictas que las anteriores, esto trajo consigo la rigurosidad de los acreedores a la hora de exigir lo prestado a los deudores.
Todo lo comentado nos hace ver, como bien he indicado antes, que el préstamo con interés y lo concerniente al anatocismo era considerado como negativo. Quizás ayudó a fomentar está visión negativa el comportamiento de los acreedores que únicamente buscaban lucrases por encima de todo y sin tener en cuenta la situación económica del deudor.
Se hace evidente también la poca fuerza que tenían las normas y el gobierno de esta época, ya que no fueron capaces de erradicar la usura ni de intimidar a los usureros que siguieron llevando a cabo actuaciones ilícitas.
Por lo tanto, en esta Edad Antigua lo que observamos es una sociedad inestable y con un gran desequilibrio económico y jurídico, lo que con el paso del tiempo se irá regularizando poco a poco como veremos en lo que resta de análisis.
De la Edad Antigua pasamos a la religión, más concretamente a la islámica y a la cristiana.
En la religión islámica los contratos de préstamo tenían un principio fundamental que era la igualdad. Cuando desaparecía esta equidad es el momento en el que aparecía la usura, a la cual consideran injusta. Las formas de usura que existían en la sociedad islámica eran rentar el dinero, ahorrar y la falta de certeza del precio, la cantidad y la calidad.
En el otro lado se encuentra la religión cristiana que desde siempre se había y se iba a mostrar bastante rígida en contra del préstamo con interés. Consideraban la usura como una ofensa teológica llegando a castigarla muy duramente, ya que se basaban en numerosos Concilios y textos sagrados que consideraban la usura como un atentado contra la moral cristiana.
Sin embargo, nos vamos a encontrar con Santo Tomás de Aquino que aunque también considera la usura como un pecado abre una puerta al cobro de intereses pero con la excepción de que estos sean entregados por el deudor voluntariamente o se estipulen en la elaboración del contrato por posibles daños que se puedan originar.
En los siglos XII y XIII se empezaron a tomar represalia muy duras contra quién practicara la usura y contra los posibles cómplices del usurero. La Iglesia castigaba con la excomunión al usurero, algo que aunque hoy no tenga mucha relevancia en estos siglos se consideraba como el más grave de los castigos.
La entrada del capitalismo consiguió amenizar la situación y pasar de la usura como pecado a la usura como forma de negocio.
Con todo lo expuesto podemos observar como las dos religiones consideran la usura como algo injusto e inmoral. La idea expuesta por Santo Tomás de Aquino quizá sea de las más lógicas que haya expuesto un filósofo pero habría que matizarla aún más para tener una forma de cobrar intereses sin que
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