Religion Azteca
Enviado por hilnyan • 11 de Diciembre de 2013 • 2.450 Palabras (10 Páginas) • 261 Visitas
INTRODUCCION
Según los aztecas el mundo fue creado y destruido cuatro veces, luego fue creado por los dioses por quinta vez, ellos hicieron la tierra y la separaron del cielo, después el dios Quetzalcóatl creo a los hombres y a las plantas que los alimentan.
Según los aztecas solo se vive una vez y la vida está llena tanto de sufrimiento como alegría.
Tras ellos la única forma de perdurar tras la muerte es alcanzar la fama, aunque la fama desaparece cuando mueren los que recuerdan al difunto.
2.- DIOSES Y DIOSAS
TEZCATLIPOCA, DIOS DE LOS DIOSES
TEZCATLIPOCA (Espejo humeante), es la deidad más importante de la religión Nahua. Era el hacedor de todas las cosas, el dios del sol en su aspecto de dominio y poder en las tinieblas. Es llamado " noche y viento, el árbitro, el que piensa y rige por su propia voluntad”. Se le hace intervenir como rival de Quetzalcóatl y causante de la caída del reino del este.
Tezcatlipoca logro con dolo que Quetzalcóatl se embriagara y transgrediera los principios que él se había impuesto. Quetzalcóatl tuvo que abandonar su reino en Tula significando así la primera gran decadencia de esta metrópoli.
HUITZILOPOCHTLI, DIOS DE LA GUERRA
Una bola de plumas en Coatepec " la montaña de la Serpiente " fecundo el vientre de Cotlicue. Coyolxauhqui, la luna y los Centzon huitnahua o "Cuatrocientos guerreros del sur ", que representan a las estrellas, creyendo deshonrada a su madre decidieron matarla. En ese momento, blandiendo la serpiente de fuego nació Huitzilopochtli, quien destruyo a sus hermanos y se convirtió en el sol, señor de la guerra, quien para vivir necesita ser alentado con sangre.
Este mito relacionado con la del quinto sol, explica como para los Aztecas, en su peculiar visión religiosa, los sacrificios humanos eran la única forma de preservar el mundo de su extinción.
QUETZALCOATL
Hace más de 2000 años ya se le rendía culto en la zona tolteca. Se le adoraría en toda Mesoamérica.
Quetzalcóatl, dios único, dual y múltiple, su doble era Xolotl, el malo y entonces estaba ligado a Venus, estrella de la tarde y al mundo de los muertos. A veces se le identificaba con Tlaloc, dios de la lluvia y con Ehecatl, dios del viento.
Quetzalcóatl, el creador de las cinco edades cósmicas, de los hombres, dador de vida a costa de su sangre, del maíz, el que junto con Tlaloc arrebato a las hormigas para que los hombres se alimentaran.
Según la leyenda cayó en la trampa de los magos y peco, salió de Tollan, y fue hacia " el lugar de la quema ", vaticino su regreso y se incinero.
CHALCHIUTLICUE, DIOSA DEL AGUA VIVA
Su nombre quiere decir " la falda de jade " se le conocía también como Apozonalotl, que manifiesta la ondulación de las aguas: Atlacamani, se refiere a las tempestades y, Ahuit y Ayauh que alude a su movimiento. Los Tlaxcaltecas le decían Matlacueye o sea " la vestida con faldellín azul " y en su honor le pusieron a un monte en el que aun se siguen formando nublados tempestuosos, el llamado Malinche.
Chalchiutlicue era la compañera de Tlaloc dios de la lluvia: tenían poder sobre las aguas. Ambos fueron creados por los cuatro Texcaltipocas.
"La falda de jade" era de las diosas más veneradas. Tenía el don de la purificación.
TLALOC, DIOS DE LA LLUVIA
Tlaloc quiere decir " néctar de la tierra "; fomentaba la agricultura.
Dentro de la religión azteca era uno de los más importantes. Recibió diversos nombres: en Zapoteco era Cocijo " rayo", en Totonaca era Tafin, en Mixteco era Tzahui y en Tarascó, Chupi - Tirípeme " agua preciosa azul". A él también se le ofrecían sacrificios humanos; niños que morían ahogados.
Sus representaciones en diversos materiales lo muestran con mascara; en la cultura Olmeca, en Teotihuacán, es de Tigre - Serpiente y su cabeza está integrada con la de Quetzalcóatl, prueba de su alta posición entre las deidades.
Posteriormente su máscara la formaban dos serpientes.
XOCHIQUETZAL, DIOSA DE LA BELLEZA Y EL AMOR
Xochiquetzal significa " flor preciosa”. A esta diosa se le representa con flores y con un tocado de quetzal. Se le rendía culto con sacrificios humanos, particularmente de jóvenes doncellas y de niños.
Fue una de las principales diosas femeninas y lunares, pues también se le identificaba con la luna joven.
Entre las características de los dioses lunares, se mencionan; ser las esposas o hermanas del sol, los patronos de los trabajadores textiles, presidían la procreación y nacimiento, eran las madres de los dioses y de la tierra, eran licenciosas, se les asociaba con las rosas y eran esposas o compañeras de los poetas o cantantes. También eran las deidades de la adivinación y estaban relacionadas con el agua.
XIUHTECUHTLI, DIOS DEL FUEGO
También se le llamaba Huehuetéotl, el dios viejo del fuego y el señor viejo.
En la efigie de Cuatlicue que es la representación de la cosmogónica Azteca, Xiutecuhtli está en el centro de la quinta dirección; de arriba hacia abajo. Era uno de los dioses más venerados.
Las víctimas que se ofrendaban primero eran anestesiadas con yauhtli (haschich) y luego arrojadas al fuego.
Ya desde hace 2700 años se le adoraba en Cuicuilco y Ticoman, donde se le representaba como un anciano jorobado, en cuya espalda lleva un brasero para el fuego.
CINTEOTL, SEÑOR DEL MAIZ
Cintéotl era venerado por los aztecas como dios del maíz, al que se le atribuía un origen divino.
Cintéotl, como otros dioses Aztecas, era hombre y mujer. En su personalidad masculina era marido de Xochiquetzal, diosa del amor y la belleza. Torquemada opinaba que era una diosa de fertilidad y compañera del sol.
Su madre fue Tlazoltéotl, diosa de la fecundidad. Al sacerdote dedicado al culto de Cintéotl, se le llamaba Cinteotzin.
No es de asombrar que los aztecas divinizaran el maíz ya que en forma silvestre y después, cultivado, constituyo la base de su alimentación.
3.- CICLOS DE CELEBRACION Y RITUALES
EL TERROR DEL ÚLTIMO DIA
Cada periodo de cincuenta y dos años conllevaba un terrible terror para los mexicas ya que consideraban que acabaría el mundo.
Llegaba a su fin un periodo de tiempo establecido, un periodo fijado por un mandato divino en el que se ordenaba que, al cabo de una de esas series de cincuenta y dos años, el tiempo de la Tierra terminaría, destruyéndose el universo.
Durante el tiempo anterior a la ceremonia de toxilmolpilia (conjunto de años), los mexicas se abandonaban
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