Resumen Historia FINAL LA EDAD DE ORO
Enviado por patomartens • 26 de Noviembre de 2015 • Ensayo • 7.080 Palabras (29 Páginas) • 216 Visitas
Resumen Historia.
Durante los años cincuenta los tiempos habían mejorado de forma notable sobre todo si sus recuerdos se remontan en los años anteriores a la segunda guerra mundial. Existen varias razones por las que se tardó tanto en reconocer el carácter excepcional de la época. Para los Estados Unidos, que dominaron la economía mundial tras el fin de la segunda guerra mundial, no fue tan revolucionaria; además no sufrieron daño alguno y acabaron con la fuera con casi dos tercios de la producción industrial en el mundo. Además debido al tamaño y a lo avanzado de la economía estadounidense, su comportamiento durante los años dorados no fue tan impresionante como los índices de crecimiento de otros países, que partían de una base mucho menor.
La recuperación tras la guerra era la prioridad absoluta de los países europeos y de Japón y en los estados no comunistas la recuperación también representaba la superación del miedo a la revolución social y el avance comunista. No fue hasta los años sesenta cuando Europa acabo dando por sentado su prosperidad.
La edad de oro correspondió básicamente a los países capitalistas desarrollados, que a lo largo de estas décadas, representaban alrededor de tres cuartas partes de la producción animal. Otra de la razón por la que se tardó tanto en reconocer fue que en los años cincuenta el crecimiento económico parecía ser de ambiro mundial con independencia de las regiones económicos. En un principio pareció como si la parte socialista recién expandida del mundo llevara la delantera. El índice de crecimiento de URSS en los años cincuenta era más alto que cualquier país occidental. De todos modos, en los sesenta se hizo evidente que era el capitalismo, más que el socialismo, el que estaba abriendo camino.
Los años setenta y ochenta volvieron a conocer las grandes hambrunas, pero durante las décadas doradas no hubo grandes épicas de hambre salvo como resultado de la guerra y de las locuras políticas de China. De hecho, al tiempo que se multiplicaba la población, la esperanza de vida se prolongó; eso significo que la producción de alimentos aumento más de prisa que la población, tal como sucedió tanto en las zonas desarrolladas como en todas las principales regiones del mundo no industrializado, excepto américa latina donde también hubo un aumento aunque más modesto.
El problema de los países desarrollados era que producían unos excedentes de productos alimentarios tales, que no sabían qué hacer con ellos, y, en los años ochenta, decidieron producir bastante menos, o bien, inundar el mercado por debajo del precio de coste, compitiendo así con el precio de los productores de países pobres.
El mundo industrial, desde luego, se expandió por doquier, por los países capitalistas y socialistas, y por el “tercer mundo”. En todas partes el número de países dependientes en primer lugar de la agricultura, por lo menos para financiar sus importaciones con el resto del mundo, disminuyo de una forma notable.
La economía mundial crecía a un ritmo explosivo. La producción mundial de manufacturas se cuadriplico entre los principios de los cincuenta y principios de los setenta y el comercio mundial de productos se multiplico por diez. La producción agrícola mundial también se disparó gracias al cultivo de nuevas tierras y gracias al aumento de productividad. Las flotas pesqueras mundiales triplicaron sus capturas antes de volver a sufrir un descenso.
Hubo un efecto secundario de esta extraordinaria explosión: la contaminación y el deterioro ecológico. Durante la edad de oro nadie se fijó en ello, salvo los entusiastas de la naturaleza. Por eso la industrialización de los países socialistas se hizo totalmente de espaldas a las consecuencias ecológicas que iba a traer la construcción masiva de un sistema industrial más bien arcaico basado en el hierro y en el carbón. Los resultados de la contaminación del siglo XIX fueron cediendo el terreno a la tecnología y la conciencia ecológica del siglo XX.
Una de las razones por la cual la edad de oro fue de oro es que el precio medio del barril de crudo era inferior a los dos dólares a lo largo de todo el periodo que va de 1950 a 1973, logrando así que la energía fuera ridículamente barata y continuara abaratándose constantemente. Solo después de 1973, cuando el cartel de productores de petróleo (LA OPEP), decidió por fin cobrar lo que el mercado estuviese dispuesto a pagar los guardianes de medio ambiente, levantaron un acta preocupados, de los efectos del enorme aumento del tráfico de vehículos con motor de gasolina, que ya oscurecía los cielos de las grandes ciudades de países motorizados y sobre todo en EEUU.
La era del automóvil hacía tiempo que había llegado a Norteamérica, pero después de la fuera llego a Europa, y luego, a mientras que la baratura de los combustibles hizo del camión y el autobús los principales medios de transporte en la mayor parte del planeta.
Buena parte de la expansión mundial fue, por lo tanto, un proceso de ir acortando distancias. EL modelo de producción en masa de Henry Ford se difundió por las nuevas industrias automovilísticas del mundo, mientras que en los EEUU los principios de FORD se aplicaron a nuevas formas de producción, desde casas a comida-basura (Mc Donals es un éxito de la posguerra). Lo que en otro tiempo había sido un lujo se convirtió en un indicador de bienestar habitual, por lo menos en los países ricos: neveras, lavadoras, teléfonos. Esta época contribuyo a la multiplicación de productos desconocidos y revolucionarios: el plástico, había sido desarrollado en el periodo de la entre guerra, el nylon, el poliéster y el polietileno. Otro como la televisión y los magnetófonos. La guerra preparo una serie de procesos revolucionaron luego adaptados al uso civil: el radar, el motor a reacción y varias ideas y técnicas que prepararon el terreno para la electrónica y la tecnología de la información de la posguerra.
Tres cosas de este terremoto tecnológico sorprendieron. Primero transformo completamente la vida cotidiana en los países ricos e incluso en los pobres donde la radio llegaba ahora hasta las aldeas gracias a los transistores y a las pilas miniaturizadas de larga duración, donde la “revolución verde” transformo el cultivo del arroz y del trigo y las sandalias de plástico sustituyeron a los pies descalzos. La revolución tecnológica penetro en la conciencia del consumidor hasta tal punto, que la novedad se convirtió en el principal atractivo a la hora de venderlo todo. La premisa era que lo “nuevo” no solo quería decir algo mejor sino también revolucionario. Los productos que representaron novedades tecnológicas visibles fueron: la televisión; los discos de vinilo, los relojes digitales, las calculadoras de bolsillo, primero a pila y luego con energía solar; equipos electrónicos, fotográficos y de video domésticos.
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