Roca Discurso
Enviado por bicho97 • 11 de Agosto de 2013 • 1.840 Palabras (8 Páginas) • 409 Visitas
[…] La solución dada a los problemas que venían retardando hasta el
presente la definitiva organización nacional, el imperium de la nación
establecido para siempre, después de sesenta años de lucha, sobre el
imperium de provincia; y las consecuencias que de estos hechos se
desprendan para el progreso y el afianzamiento de la nacionalidad, podrán
en una época próxima, responder del acierto o del error de mi conducta. A
ellas debemos apelar todos, cuando se trate de juzgar los actos de los
gobiernos, la decisión de los pueblos y los procederes del candidato de la
mayoría, que en medio del hervor de las pasiones que las disputas
electorales sublevan entre nosotros, pudo permanecer fiel al voto de sus
electores, sin hacer recaer sobre ellos una sola gota de la sangre
infaustamente derramada en el cumplimiento austero del deber.
Señores Senadores y Diputados:
Nada grande, nada estable y duradero se conquista en el mundo cuando se
trata de la libertad de los hombres y del engrandecimiento de los pueblos, si
no es a costa de supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios. Estas duras
pruebas por que ha pasado la República Argentina no deben admirarnos,
cuando contemplamos sus rápidos progresos y comparamos las conquistas
obtenidas en medio siglo de vida nacional, con la marcha lenta que han
seguido en la historia los gobiernos de las sociedades más adelantadas.
Vivimos muy a prisa, y en nuestra febril impaciencia por alcanzar en un día
el nivel a que han llegado otros pueblos, mediante siglos de trabajos y
sangrientos ensayos, nos sorprenden desprevenidos la mayor parte de los
problemas de nuestra organización política y social.
El Congreso de 1880 ha complementado el sistema del Gobierno
representativo federal y puede decirse que desde hoy empieza recién a
ejecutarse el régimen de la Constitución en toda su plenitud. La ley que
acabáis de sancionar fijando la capital definitiva de la República, es el punto
de partida de una nueva era en que el gobierno podrá ejercer su acción con
entera libertad, exento de las luchas diarias y deprimentes de su autoridad
que tenía que sostener para defender sus prerrogativas contra las
pretensiones invasoras de funcionarios subalternos. Ella responde a la
suprema aspiración del pueblo, porque significa la consolidación de la unión,
y el imperio de la paz por largos años. Su realización era ya una necesidad
inevitable y vuestro mejor título a la consideración de la República será el
haber interpretado tan fielmente sus votos.
En adelante, libres ya de estas preocupaciones y de conmociones internas,
que a cada momento ponían en peligro todo, hasta la integridad de la
República, podrá el gobierno consagrarse a la tarea de la administración y a
las labores fecundas de la paz; y cerrado de una vez para siempre el
período revolucionario, que ha detenido constantemente nuestra marcha
regular, en breve cosecharemos los frutos de vuestro acierto y entereza. Biblioteca Escolar de Documentos Digitales
Al tomar a mi cargo la administración general del país, dos preocupaciones
principalmente me dominan sobre todas las demás. El ejército y las vías de
comunicación.
El ejército y la armada que significan la integridad y salvaguardia de la
patria en el exterior, y su paz y orden internos, reclaman la atención
preferente del Congreso y del nuevo gobierno.
La República cuenta con un ejército modelo por su abnegación, sufrido en
las fatigas, valiente en el combate, leal y fiel a su bandera; pero a merced
del arbitrario, sin reglas de proceder, ni leyes que lo organicen bajo un plan
regular y sistemado.
Consagraré a las reformas que son reclamadas en este ramo mis mayores
esfuerzos, para evitar los peligros del militarismo, que es la supresión de la
libertad, en un porvenir más o menos lejano, y para hacer del ejército una
verdadera institución, según la Constitución lo entiende y el progreso
moderno lo exige. De esta manera, ajeno al movimiento de los partidos y
enaltecido como ya lo está ante la opinión de la República, podrá en el caso
desgraciado en que los derechos de la patria estuviesen en peligro,
desarrollar una fuerza incontrastable.
Esta tarea tendrá además un objeto económico, por la supresión de gastos
inútiles que pesan sobre el erario a causa de la imposibilidad en que han
estado los gobiernos anteriores de fundar una administración civil y militar
perfecta en los servicios que al ejército se refieran.
En cuanto a las vías de comunicación, representan para mí una necesidad
imperiosa e ineludible, cuya satisfacción no puede retardarse sin menoscabo
del bienestar común.
Es indispensable que los ferrocarriles alcancen en el menor tiempo posible
sus cabeceras naturales por el norte, por el oeste y por el este, con sus
ramales adyacentes, complementando el sistema de vialidad y vinculando
por sus intereses materiales a todas las provincias entre sí.
El que haya seguido con atención la marcha de este país, ha podido notar,
como vosotros lo sabéis, la profunda revolución económica, social y política
que el camino de hierro y el telégrafo operan a medida que penetran en el
interior. Con estos agentes poderosos de la civilización se ha afianzado la
unidad nacional, se ha vencido y exterminado el espíritu de montonera y se
ha hecho posible la solución de problemas que parecían irresolubles, por lo
menos al presente.
Provincias ricas y feraces sólo esperan la llegada del ferrocarril para
centuplicar sus fuerzas productoras con la facilidad que les ofrezca de traer
a los mercados y puertos del litoral, sus variados y óptimos frutos, que
comprenden todos los reinos
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