TALLER 1 LOS GRIEGOS
Enviado por Juan Zuluaga • 12 de Mayo de 2017 • Ensayo • 4.233 Palabras (17 Páginas) • 236 Visitas
TALLER 1
LOS GRIEGOS
Sebastián Giraldo Zapata
Sebastián Duque Hoyos
Juan Pablo Zuluaga
Docente
MARGARITA SAENZ
POLITECNICO COLOMBIANO JAIME ISAZA CADAVID
FACULTAD DE ADMINISTRACION
MEDELLIN
2017
PERIODO ARCAICO
El estado, o mejor ciudad (polis), se componía generalmente de una fortaleza (acrópolis) y algunos pueblos esparcidos en torno. La población no solía exceder, en muchos de ellos, de 300.000 habitantes.
Los héroes de los poemas homéricos son los aqueos, príncipes y capitanes que gobiernan los Estados o ciudades de Grecia en el tiempo de la guerra de Troya.
Rey de Arcadia.
Finalmente, transcurrido el plazo convenido, invadieron el Peloponeso, dividiendo su conquista en tres reinos: Argos, Esparta y Mesenia.
Helénica
Los griegos de la época clásica trataron de explicar este movimiento colonial como promovido y dirigido por Codrus, rey de Atenas, deseoso de desembarazarse de los emigrados que, escapando de la invasión dórica, se refugiaban en el Ática. Es un personaje interesante, hijo de un príncipe Aquo del Peloponeso, que, desposeído por los dorios, se había refugiado en Atenas. Durante el reinado de Codrus, que se fija hacia el año 1000 antes de J.C., hubo de empezar la emigración jónica al Asia Menor.
La más importante consecuencia de la emigración griega fue política y provino de la fundación de unas ciudades, con un nuevo espíritu y un nuevo sistema de gobierno.
La ciudad, o la poli, que es la mayor contribución de la raza griega a la cultura moderna, no llega a desarrollarse en su plenitud hasta que, como una consecuencia de la invasión dórica, los griegos tienden a emigrar y fundan ciudades nuevas en sitios donde no existía tradición de forma de gobierno.
Por otra parte, el comercio, consecuencia natural de la emigración, enriqueció a algunas familias, y en cada ciudad se estableció más bien una república aristocrática que una verdadera democracia. Del seno de estas aristocracias había de surgir el plutócrata que fue luego el tirano.
Uno de los más importantes estados fue Esparta, ciudad del Peloponeso, situada en el fértil valle de Europa, comarca del salvaje aspecto y fácil defensa, Esparta fue famosa por su constitución, además los reyes tenían funciones en su mayor parte honorarias, pero sus personas eran sagradas, y sólo el tocarlos constituía un crimen.
Los dos reyes de Esparta tenían el doble carácter de jefes militares y sacerdotes, y debieron ser la suprema, sino la única, autoridad de dos tribus invasoras.
Al llegar a la llanura de Esparta los dorios encontraron establecidas allí gentes de la primitiva raza prehelénica, que sojuzgaron, dividiéndose, pues, inmediatamente la población en tres clases. Los reyes, los guerreros dorios y los vencidos, o sea los antiguos habitantes prehelénicos del valle, a quienes llamaron ilotas, del nombre de una antigua ciudad de los Helos cerca del mar.
Licurgo, compiló unas leyes que causan sorpresa hasta en nuestros días. Viajó por Creta y Egipto, y a su regreso sistematizó las viejas costumbres que ya estaban en uso en Esparta. Los reyes no fueron suprimidos, pero unos nuevos magistrados, llamados, éforos, empieza a aparecer hacia el año 755. Eran cinco, en un principio nombrados por los reyes, que de grado o por fuerza delegaron en los éforos gran parte de su autoridad; más tarde los éforos gran parte de su autoridad; más tarde los éforos fueron nombrados por el consejo de los ancianos, y los reyes tenían que jurar cada mes ante ellos que gobernarían según las leyes del estado.
Copiamos de Plutarco: “una segunda y mucho más arriesgada iniciativa de Licurgo fue una distribución de tierras. Porque encontró una enorme desigualdad en el país, con una multitud de pobres que no tenían tierras, mientras la riqueza estaba concentrada en unos cuantos.
“Su propuesta fue aceptada, y licurgo hizo nueve mil lotes del territorio de Esparta, que distribuyó entre otros tantos ciudadanos, y treinta mil lotes (que debían ser para los peri-oikoi) de lo restante del país”
“Una tercera institución – añade Plutarco – para exterminar la afición de los bienes materiales fue la de las mesas públicas, donde los espartanos tenían que comer en común los mismos guisos, prescritos por la ley.
La organización de Esparta se parece tanto a la de una orden militar de la edad media como al comunismo de nuestros días. Los espartanos fueron siempre una minoría en el Estado; ya en tiempo de licurgo se mencionan sólo nueve mil lotes, que quiere decir nueve mil ciudadanos.
Licurgo consideraba a los hijos como propiedad del estado. Una de las cosas que más llamó la atención de platón fue la manera de educar a los hijos de los espartanos. Si después de reconocidos por los ancianos, al venir al mundo, no parecían fuertes y bien proporcionados, eran arrojados a una caverna del monte Taigeto, llamada Apoteta; en cambio, si se les conceptuaba dignos de la vida, se les asignaba inmediatamente uno de los nueve mil lotes de tierra para su mantenimiento.
A los siete años los muchachos se alistaban en compañías, y desde entonces tenían en común los juegos y los ejercicios físicos. El que demostraba más valor y capacidad era nombrado capitán de la compañía. El resto de su educación era apropiado para hacerles fuertes y buenos guerreros.
La educación de las muchachas era análoga a la de los jóvenes. En danzas públicas y otros ejercicios las doncellas incitaban a los jóvenes al matrimonio, y el amor seguía a los juegos. La mujer tenía gran ascendiente sobre el marido.
Estas fueron las leyes de licurgo impuso a Esparta, sin querer escribirlas nunca en forma de código, porque decía que su mejor archivo era el corazón de los ciudadanos.
Historia de las naciones
En la época prehistórica, el Atica debía de estar dividida en pequeñas comunidades, completamente independientes.
Las familias de los reyes-sacerdotes, jefes de las tribus, pasaron a vivir en Atenas, formando una especie de aristocracia de la flamante ciudad, donde eran llamadas los eupátridas.
La constitución del Estado en un principio fue monárquica, con un rey, cabeza de todos los eupatridas; pero estos empezaron a mermar la autoridad real, reservándole al fin sólo ciertas funciones sacerdotales. Primero impusieron al rey unos polemarcas, o generales, para dirigir las operaciones militares; después crearon los cargos de arcontes o magistrados. Los arcontes eran elegidos entre los eupatridas por el consejo de sus ancianos, llamado areópago, compuesto de cincuenta miembros , y al cesar los arcontes en sus cargos pasaban acto seguido a formar parte del areópago, de manera que, en realidad, el areópago se reclutaba pura y exclusivamente entre los eupátridas así Atenas, o mejor dicho el Atica, se encontró dividida en dos clases excesivamente desiguales: los eupátridas, que tenían el poder, y los siervos, que debían pagar por el aprovechamiento de los campos los cinco sextos del producto de su trabajo. Los eupátridas tenían también el derecho o costumbre de admitir la prestación personal para resarcirse de los que se les debía por sus tierras; era lo que se llamaba hipoteca corporal, cuya obligación recaía sobre el hijo, en caso de insolvencia, a la muerte de su padre.
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