Trabajo De Penal Ius Puniendi
Enviado por rsalazar • 7 de Abril de 2012 • 2.387 Palabras (10 Páginas) • 872 Visitas
HISTORIA DE VENEZUELA)
1).-Estrategia militares indígenas, cimarrones, mestizas y mujeres, caudillismos, dominios
económicos, militares y sociales.
Reivindicar y darle un nuevo contenido a la historia indígena venezolana y en particular a la de sus líderes, como es el caso de Guaicaipuro, equivale a analizar la coyuntura social, política y cultural que se origina con la fase inicial del capitalismo, caracterizada por la expansión de lo que es hoy nuestra patria. Dentro de esta perspectiva, el caso concreto de los pueblos caribes entre los siglos XVI y XVIII comienza a reflejarse en el presente como un sujeto de estudio importante para la ciencia social venezolana. Cosificados por el reduccionismo de la historia hispanista como simples salvajes caníbales y guerreros, las investigaciones antropológicas e históricas sobre la sociedad caribe que se han venido haciendo y se están llevando a cabo en la actualidad muestran su complejidad e importancia para comprender la constitución de la comunidad histórica original del norte de Suramérica y El Caribe.
El origen de los pueblos caribes venezolanos
Hacia el segundo siglo de la era cristiana, grupos de agricultores ceramistas hablantes de lenguas caribes, provenientes de la región amazónica brasileña, ingresaron a la cuenca del Orinoco, el oriente, la costa central de Venezuela y el sur del Lago de Maracaibo, llegando controlar esa vasta región para el siglo XIII de la era cristiana. A partir de un centro inicial ubicado entre el Matto Grosso y las cabeceras del Amazonas, nuestros ancestros caribes se habrían expandido hacia el norte penetrando en la cuenca del Orinoco alrededor del siglo III de la era, en la costa atlántica colombiana hacia el siglo VIII, en la cuenca del Lago de Maracaibo hacia el siglo XI, en la costa centro-oriental de Venezuela hacia el siglo XIII, en la cuenca del Lago de Valencia hacia el siglo VIII y en el Valle de Caracas hacia el siglo XIII de la era, desplazando o absorbiendo a los antiguos pueblos arawacos que habitaban nuestro actual territorio desde por lo menos el año 1000 antes de la era cristiana.
Esta ola expansiva culminó, entre los siglos IX y XIV, con la ocupación del extenso territorio de la Guayana y la Amazonia venezolanas, Guyana, Surinam y Cayena, esto es, toda la costa noratlántica de Suramérica, desde Paria hasta las Bocas del Amazonas. De la misma manera, para el siglo XV de la era, los pueblos caribes habían logrado el control territorial de la mayor parte del Caribe Insular.
Las tribus indígenas caraqueñas que se enfrentaron a las diversas expediciones castellanas pertenecían al gran cacicazgo o señorío caribe, cuyo centro o territorio principal se hallaba localizado originalmente en la cuenca del Lago de Valencia. Aquéllas ejercieron, hasta el siglo XVI, un control absoluto de la región costera central de Venezuela, así como de las islas que se encuentran frente a dicho litoral. Este cacicazgo caribe estaba vinculado con otras grandes unidades sociopolíticas, también caribes, que entre los siglos VIII y XII de la era Cristiana llegaron a tener el control territorial de toda la región costera nororiental de Venezuela y la Cuenca del Orinoco, las cuales mantenían vínculos muy cercanos con los poderosos grupos tribales similares que habitaban las Antillas Menores, desde Trinidad hasta Borínquen (Puerto Rico), Haití-Quisqueya (Santo Domingo) y Cuba. Cuando se produjeron las primeras entradas de Ordaz y Berrío en el Orinoco, los caciques caribes de la región les enseñaron a ambos exploradores que hacia el norte también existían grandes poblaciones caribes, indicando con ello el conocimiento que tenían sobre la existencia y la ubicación de las otras etnias similares que habitaban el territorio de la actual Venezuela.
La resistencia de los caribes caraqueños a la ocupación castellana tuvo también su paralelo entre las etnias caribes que habitaban las Grandes Antillas a comienzos del siglo XVI, hecho que nos permite entender más claramente el carácter de la extensa organización sociopolítica global que mantuvo esta sociedad, pueblos caribes antillanos y venezolanos, hasta mediados del siglo XVI. Cuando decimos global, nos estamos refiriendo a un sistema de organización territorial que se fundamentaba en la existencia de vínculos y contactos regulares a larga distancia, lo cual permitía a los pueblos de la macroregión caribeña estar permanentemente informados sobre los eventos que estaban sucediendo en sus diversos territorios desde la entrada de los castellanos en 1492.
La arqueología legitima la existencia de aquella macroregión caribeña desde finales del último milenio a.C., así como los intercambios de manufacturas y, al parecer, de mujeres alfareras vía alianzas matrimoniales, desde el noreste de Venezuela hacia Las Antillas y viceversa. Ello explicaría la solidez del tejido social, la solidaridad de los pueblos caribeños y su fuerte arraigo territorial y, en suma, la existencia de una definida identidad cultural que distinguía a los caribes, particularmente los de la Macroregión Caribe Antillana, de los de Venezuela y las Guayanas.
La lucha de los caribes borincanos (Puerto Rico) contra la ocupación castellana, comandada por sus grandes jefes guerreros Guarionex, Mabodomoca, Cacimar, Yahureibo y Luquillo, se prolongó hasta 1530, produciéndose la toma y destrucción de los principales poblados castellanos de la isla: Sotomayor, Higüey, Caparra, Santiago y un gran número de haciendas. Más de dos décadas les tomó a los castellanos reducir el baluarte de los caribes borincanos. Éstos no solamente se defendieron, sino que a su vez se hicieron fuertes en otras islas de las Pequeñas Antillas como Islas Vírgenes, Dominica y Guadalupe, llegando a lanzar expediciones bélicas hasta la lejana isla de Trinidad, ubicada frente a la península de Paria. Al igual que ocurrió en Caracas y en Guayana, luego de 1530, los caribes borincanos se aliaron con los comerciantes armados o «corsarios», ingleses y franceses, que trataban de minar la hegemonía de intercambios comerciales que había impuesto el imperio español a sus dominios caribeños.
En el caso de las etnias caribes de la región centrocostera venezolana, diversas expediciones fueron organizadas por los españoles entre 1555 y 1567 para tratar, sin éxito, de conquistar el valle de Caracas y su región litoral, las cuales consumieron gran cantidad de recursos humanos y fiscales. La feroz resistencia de las tribus caribes, comandadas por sus jefes guerreros Guaicaipuro, Paramaconi y Terepaima quienes controlaban el valle de Caracas y las montañas que lo rodean, imposibilitó la implantación de un asentamiento castellano estable hasta 1568. Aquellas expediciones tuvieron para los españoles, sin embargo, un producto muy valioso: la posibilidad de
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