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A que se le debe el espacio y el sueño en la Rima del Anciano Marino


Enviado por   •  27 de Mayo de 2018  •  Ensayo  •  2.877 Palabras (12 Páginas)  •  428 Visitas

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El espacio y el sueño en La Rima del Anciano Marino

El primer acercamiento que tuve con este cuento fue con la canción homónima (Rime of the Ancient Mariner, en su original inglés) de Iron Maiden, y desde que la escuché se convirtió en una de mis favoritas; ¿por qué? En ese momento no lo sabía bien, pero había algo que me atrapaba: sentía como si estuviera navegando en un barco y, sobre todo, sentía la desesperación en los momentos de tensión y la calma en los coros. Ahora, nueve años después, puedo definir mejor esa sensación inicial: me sentía como en un sueño.

        El sueño es, durante toda la obra, una parte importante que, a su vez, puede darnos el sentido del texto; sin embargo, y es algo de lo que no me di cuenta la primera vez que escuché la canción, la ensoñación no tendría el mismo efecto si ocurriera en un lugar diferente al que aparece en el texto, es decir, el barco. Por ello, este trabajo busca explicar de manera más profunda la importancia tanto del sueño como del espacio en La Rima del Anciano Marino.

        Para empezar, me parece indicado que sea el espacio el que abra este análisis. La definición básica para espacio literario es “el escenario geográfico y social donde tiene lugar la acción”[1]. Esta definición, en realidad, no nos dice mucho acerca del espacio; de hecho, lo hace parecer como algo sin importancia y que está ahí como si fuera el telón de un teatro o uno de esos niños a los que les toca ser el árbol número cuatro en las obras infantiles: una simple decoración.

        Pasados los años, teóricos de la talla de Hoffman, Bourneuf o Bobes Naves van a sostener que el espacio no es un extra en la diégesis, sino que “es, con el tiempo, los actantes y las funciones, uno de los elementos estructurantes de la sintaxis narrativa”[2]. Esto implica que el espacio deja su papel secundario y pasa al centro del entarimado para ser uno de los cuatro protagonistas y, por ende, un aspecto sin el cual la narración no puede existir.

        Con todo esto en mente, ¿cómo es la relación que se establece entre el espacio y los personajes? El espacio va a ser el lugar en el que los personajes van a actuar, es “una realidad geográfica ya dada, sobre la que se asientan con firmeza los actantes y en la que llevan a cabo sus acciones, ya sean éstas de índole física (desplazamientos y movimientos ‘reales’) o espiritual (itinerarios y trayectorias mentales u oníricas)”[3]. En el caso de La Rima del Anciano Marino tenemos un lugar general, el mar, y un medio de transporte, el barco. Lo interesante de esta mancuerna es que, al menos en este cuento, el mar no funciona sin el barco y el barco no funciona sin el mar, por lo que, en realidad, podrían estar representando un solo lugar en el que los personajes actúan.

        Pero, si tomamos en cuenta otro tipo de relación entre el lugar y los personajes, nuestra perspectiva puede cambiar. Según Zubiaurre, “El espacio […] habla indirectamente de los personajes y contribuye metonímicamente a su definición. […] El espacio, pues, rara vez añade información nueva. Con frecuencia, su misión es claramente enfática” [4] Entonces, ¿qué se quiere enfatizar en la obra según esta teoría? Si tomamos en cuenta que el barco en el que va el Anciano Marino se dirige hacia el Polo Sur sin una ruta fija y que, después de los hechos ocurridos, el Anciano Marino deambula por el mundo de la misma forma, podemos deducir que uno de los aspectos que se intentan señalar es el errar sin un camino prestablecido pero con una meta fija: la del barco es llegar al Polo Sur, la del Anciano Marino es contar su historia.

        El mar, por otro lado, se muestra benevolente y feroz según la situación y, sobre todo, cambia de estado después de una acción en particular: el asesinato del albatros. Cuando el barco (en el que va el Anciano Marino) recién llega a las aguas polares, como es natural, sufre de frío, tormentas y heladas por parte del mar, pero no es de extrañarse: no se trata de una venganza marina, sino del curso de las cosas. Después, cuando el albatros se posa en el barco y lo sigue por nueve días, el mar ayuda a los marineros: comienza a correr buen viento, el clima es más cálido y las tormentas cesan; pareciera que el albatros les trae fortuna en el mar e, incluso, que es una especie de enviado de Dios. Sin embargo, cuando el Anciano Marino decide matar al ave, el mar cesa en sus acciones favorables. De hecho, el mar parece morir días después que el albatros: el viento deja de soplar, el barco deja de moverse y el agua comienza a hacerse densa, con cosas viscosas nadando en ella. Esto es todo lo que podemos decir del mar por el mar mismo, porque a partir de este momento la historia se verá influida por ciertas “fuerzas desconocidas” que harán que tanto los personajes como el espacio actúen de diferentes formas.

        ¿En qué se parecen el mar y en Anciano Marino? En que, de cierta forma, ambos son caprichosos y actúan según su naturaleza. Dejando de lado las características clásicas de aventura, fortaleza y azar que siempre han acompañado tanto al mar como al marino a lo largo de la historia (sólo un hombre de estas características decide lanzarse al mar), ambos llevan a cabo acciones que no pueden controlar o, mejor dicho, no razonan antes de realizarlas: el mar no puede decidir ser benévolo con las embarcaciones si hablamos de un mar ártico, que es frío y rudo por naturaleza, así como tampoco decidió el Anciano Marino dispararle al albatros, sólo lo hizo y ya, sin ninguna razón de por medio. Esto es explicado por Zubiaurre:

“El espacio, dotado de un fuerte contenido semántico, habla indirectamente de los personajes y contribuye metonímicamente a su definición […] Una vez que el espacio se empapa de significado simbólico, éste, por así decirlo, se independiza y, al alejarse de lo que sería el mero diseño de un escenario, queda convertido en ‘metalenguaje’ […] La frontera, ciertamente, que separa el espacio ‘físico’ de ese otro espacio simbólico o temático es apenas perceptible”[5]

        

        El espacio, como puede notarse, es una parte fundamental de la obra: da características de los personajes (en este caso del Anciano Marino) y ayuda a comprender mejor el texto. Sin embargo, el mar junto con el barco no es el único espacio representado dentro de la obra, aunque sí el más importante. La noche también juega un rol principal en la diégesis; tan es así, que todos los quiebres en el equilibrio ocurren en la noche, empezando por la boda y la consiguiente narración de su historia por parte del Anciano Marino al invitado de la boda. De hecho, los colores que predominan durante la obra son contrastantes, pero más numerosos del lado de los oscuros.

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