Acción Comunicativa

TEORIA DE LA ACCION COMUNICATIVA

La teoría expuesta por el filósofo alemán Jürgen Habermas en su libro Teoría de la acción comunicativa se basa fundamentalmente en la relación de comunicación lingüística que puede darse para el consenso entre las partes que sostienen un proceso dialógico que las vincule para alcanzar la validez argumentativa que derive en el posterior entendimiento con los otros.

La sociedad moderna analizada por Habermas, ha sufrido un proceso de racionalización de cada uno de sus actos y entre ellos no podría dejarse de lado el acto comunicativo, medio de interacción que lleva a la resolución de los problemas prácticos de la vida cotidiana y que permite a los hombres ser libres ante cualquier amenaza de coacción que pueda derivarse del medio que habita.

En el libro mencionado anteriormente Habermas establece claramente tres conceptos fundamentales en su teoría, a saber, el concepto de acción teleológico-estratégico, el dramatúrgico y el comunicativo. El primero de ellos, el de acción teleológica se centra en tomar una decisión de entre una serie de alternativas de acción encaminada hacia la realización de un propósito, que para el caso de la unión con otras personas, implica concretar una acción estratégica que conduzca a resultados satisfactorios para todos los que hacen parte de un grupo específico. De otra parte, cuando se hace alusión a la interacción que se pueda dar entre un grupo de participantes que, como lo determina Habermas, son como una especie de actores que asumen ciertos roles dentro de un espacio comunicativo especifico en donde los participantes se ponen a sí mismos en escena. "En la acción dramatúrgica, los implicados aprovechan esta circunstancia y gobiernan su interacción regulando el recíproco acceso a la propia subjetividad, la cual es siempre exclusiva de cada uno" *Habermas, 2001. El ultimo conceptos que aborda Habermas, es precisamente el que le da título a su obra, Acción comunicativa, situación de comunicación en la que se requiere al menos de dos actores cuya capacidad de desarrollo y acción del lenguaje sirvan para establecer al menos una relación interpersonal que en un determinado contexto permita a los actores o participantes de este rol comunicativo, acciones concretas para llegar a establecer un común acuerdo respecto a sus acciones gracias a la interpretación.

Un hecho determinante dentro de este último concepto abordado por Habermas, permite reconocer en la acción comunicativa un mecanismo que facilita llegar a la concreción de la acción y es el entendimiento lingüístico que se convierte a la vez en medio de entendimiento en sí, lo que puede a la vez derivar en que "los participantes en la interacción se ponen de acuerdo acerca de la validez que pretenden para sus emisiones o manifestaciones, es decir, que reconocen intersubjetivamente las pretensiones de validez". (Habermas, 2001, 140) para poder alcanzar la veracidad de las aseveraciones emitidas.

En síntesis, desde la teoría de Habermas, para que haya lugar a la acción comunicativa entre las personas y por tanto las acciones dialógicas, se hacen necesarias ciertas condiciones. La primera de ellas tiene relación con la enunciación clara de la idea que se quiere comunicar. La segunda está estrechamente vinculada a la seriedad y validez que tiene el hablante en un determinado contexto comunicativo. La tercera está ligada a un contexto y a una clara intención manifiesta por el hablante para que pueda llegar a concretarse la idea propuesta por él.

Como conclusiones finales frente al libro Teoría de la acción comunicativa se podría decir que en un ambiente de competencia discursiva no siempre se llega a un adecuado razonamiento que permita establecer verdaderas acciones comunicativas, puesto que primaria el bien individual sobre el colectivo y habría incluso una lucha de poder que no permitiría llegar a la objetividad. La acción comunicativa expresa por Habermas solo es posible en individuos que logran emanciparse ante mecanismos de coacción que pueden estar ligados a los actos discursivos donde se tiene claridad frente a lo que se quiere.

El concepto de acción dramatúrgica que se expone en el texto “no hace referencia ni a un actor solitario ni al miembro de un grupo social. El actor transmite en su público determinada imagen o impresión de sí mismo al poner de manifiesto lo que desea, es decir, su propia subjetividad” subjetividad que puede tocar la sensibilidad de quienes le escuchan

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