Actitudes En El Aula: El Docente Como Modelo De Actitudes Adecuadas Para El Aprendizaje

Actitudes en el aula:

El docente como modelo de actitudes adecuadas para el aprendizaje

Resumen: En la actualidad se observa a los alumnos con actitudes negativas hacia el aprendizaje, falta de valores, de buenos modales y apatía e indiferencia hacia todo lo relacionado con la educación. Desafortunadamente, estas actitudes no se presentan únicamente en los alumnos, las vemos ya también en los docentes, quienes se rehúsan a educar a jóvenes que no quieren aprender. En este documento pretende brindar una orientación al docente para innovar en sus clases a través del cambio de actitudes y de como esto repercutirá en sus alumnos, sus clases y los resultados en el proceso de enseñanza aprendizaje. No se pretende minimizar los cambios de las generaciones actuales y sus actitudes y valores, si no que se busca ayudar al docente a una aceptación de los cambios en las generaciones y que como él a través de su cambio de actitudes puede lograr un mejor aprendizaje y una mejor sociedad.

Palabras clave: actitud docente, valores, educación, evaluación e identificación de actitudes.

Abstract: Nowadays you can observe students with negative attitudes towards learning, lack of values, absence of good manners, apathy and indiference to anything related to education. Unfortunatelly, you can also observe this attitudes in the teachers, who refuse to educate kids that don´t want to learn. This article pretends to guide teachers to innovate in their classrooms through changing their attitudes and how this will affect their students, classes and the results of the learning teaching process. It doesn´t intend to undermine the changes in the new generations and their attitudes and values, but rather looks for a way to help teachers to accept those changes and how through his own changes he can achieve a better learning and thus a better society.

Keywords: teacher´s attitude, values, education, attitude evaluation and identification.

Introducción:

La sociedad actual se está transformando y el progreso en el desarrollo económico y bienestar social de un sector mayoritario de la población es notable, los jóvenes viven con más comodidades y facilidades que sus padres a la misma edad, sin embargo, presentan rasgos que no son socialmente deseables.

Al tomar la decisión de dedicarnos a la eduación de jóvenes, o incluso, al tomar la decisión de ser padres, tenemos el compromiso de formar integralmente a nuestros hijos o estudiantes, a transmitir lo más valioso de nuestras tradiciones y cultura para que sean personas productivas en la sociedad.

Sin embargo, al ser la educación de nuestros jóvenes una responsabilidad compartida, las nuevas generaciones no han logrado obtener o vivir los valores y actitudes para una mejor convivencia y bienestar de la sociedad. Los buenos modales vienen de casa y en ocasiones los docentes, nos basamos en estos para considerar el nivel de educación de la persona y cada vez son más los estudiantes que no tienen hábitos, modales o comportamientos socialmente aceptables, y la tachamos como una persona no educada.

Al ser entonces la educación de nuestros jóvenes una responsabilidad compartida, ¿estamos los maestros obligados a educar con el ejemplo o solamente a impartir la materia que nos compete?

Si los maestros estamos comprometidos a la formación de valores, de formar y preparar personas justas, responsables y con actitudes favorables hacia su educación, cuando se trata de estudiantes en la edad temprana sus roles a imitar más comunes son sus padres, maestros, compañeros e incluso personajes de la televisión o de libros, pero la situación cambia y se complica en la adolescencia ya que los roles a seguir pueden exhibir conductas poco deseables en un ser humano y nuestro trabajo se torna díficil.

Debemos estar dispuestos a cambiar nuestras prácticas docentes y a dejar atrás el perfil idóneo de los estudiantes, en donde el estilo autoritario era lo común y el aprendizaje estaba centrado en el docente.

Desarrollo:

Los valores son motivadores de las acciones que guían la conducta de las personas y determinan sus actitudes, las cuales son la predisposición del su comportamiento y que las actitudes son un conjunto de creencias con una carga afectiva favorable o desfavorable que guía la conducta de las personas, por lo tanto, resulta primordial que brindemos atención y trabajar en ellas para que los estudiantes valoren los contenidos educativos que los ayudan a buscar el aprendizaje que los lleve a alcanzar el éxito.

Las actitudes, su evaluación e identificación y la complejidad que esto representa, es un proceso que requiere de tiempo y esfuerzo conjunto de docentes, padres de familia y de los propios estudiantes.

Es nuestro deber fomentar actitudes favorables para el aprendizaje en los estudiantes, evaluando

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