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Bases Filosoficas


Enviado por   •  27 de Enero de 2013  •  2.745 Palabras (11 Páginas)  •  337 Visitas

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Introducción

La educación le permite al hombre mantener los valores predominantes de la sociedad, de acrecentar la cultura y de coadyuvar en su proceso de humanización. Es por eso que al identificarse como ciudadano del mundo se acerca a sí mismo y al otro, se hermana y se encuentra, es por esto, que la educación adquiere el valor de universalizadora.

Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro, por ejemplo lo malo y lo bueno, que son conceptos que nosotros formamos dependiendo de nuestro entorno social y familiar. También son fuente de satisfacción y plenitud.

Hablar de ellos parece que es un tema, problema o asunto al que todos nos referimos. Es un lugar común de las preocupaciones, conversaciones, discusiones, análisis y críticas; pero poco hacemos en la práctica para tratar de mantener y crear conciencia a quienes nos rodean. Es sin duda una demanda exigente del presente y un reto constante del futuro para que los proyectos y aspiraciones de desarrollo personal social y las decisiones que se tomen para ello, no pierdan su sentido, que es la realización del hombre y su comunidad. O quien no ha pensado alguna vez que estos se pierden cada vez más a medida que pasa el tiempo.

La práctica de valores, en ocasiones, solo podemos observarla en el momento en que interactuamos con otras personas, desde lo familiar hasta los grupos sociales complejos.

Es muy común escuchar ciertas opiniones que hacen referencia a la crisis ética que enfrentamos hoy en día; se deja atrás la enseñanza de reglas que nos ayuden a la convivencia en las escuela para solo dar paso a las competencias, lo más común en un salón de clases son las faltas de respeto, de empatía, existen conflictos cada vez más fuertes por cosas sin sentido como las discusiones cuando alguien tiene mayor calificación, esto resulta inconcebible para algunos, la intolerancia que no permite un intercambio humano respetuoso y desprejuiciado, más bien, discriminador y excluyente. La escuela en muchos casos muestra aún tener un rol reproductor de la discriminación y más en estos días con el llamado bullying.

Podría decir, en forma general que ubicamos la presencia de un fenómeno de cambio de valores a nivel mundial. Los valores anteriores se están derrumbando y todavía no se han construido nuevos valores, o éstos son aún más individualistas. Esta situación afecta de manera especial a la población joven. Algunas de las circunstancias de ésta que se podría denominar "crisis" son: la influencia debilitadora de la televisión; el cambio de la estructura familiar, el rompimiento de las relaciones entre la escuela y la comunidad.

El papel de la escuela sobre los valores

Cuando se habla de formación valoral, aunque se acepta que la familia es quizás el espacio privilegiado para lograrlo -lo que se asocia con el derecho de los padres de formar valoralmente a sus hijos- prácticamente todos los planteamientos hacen referencia a la escuela y a otros niveles educativos formales. Una de las razones para esto es, desde luego, el carácter masivo de la escuela y su potencial impacto societal.

Pero no es fácil que la escuela forme valoralmente, a continuación explicare algunas razones de esta afirmación:

Una razón muy importante es el hecho de que los procesos de formación en este terreno no están bien estipulados en los planes y programas de estudios y el enfoque se ha dado mayoritariamente al terreno del conocimiento de las ciencias básicas. . Por ello, las fronteras entre el quehacer pedagógico que forma individuos capaces de estructurar sus propios esquemas valóricos, no siempre son del todo claras. El temor a caer en el adoctrinamiento explica la resistencia de muchos actores a asumir responsabilidades en el campo de la formación valoral.

Otra razón importante es el hecho de que, en el terreno de la formación valoral, el papel del docente es clave, y los docentes en general no han recibido una educación de esta naturaleza; tampoco han sido formados para formar a sus alumnos valoralmente. Esto implica que todo proyecto de formación valoral debe comenzar por --o al menos incluir actividades de formación docente.

La razón central es el hecho de que la formación valorar se adquiere como consecuencia de lo que se puede ejercitar y practicar. Esto significa que en el interior del aula como de la escuela, se vivan cotidianamente estilos de relación interpersonal y de toma de decisiones congruentes con los propósitos perseguidos. Sin embargo nuestras escuelas no están organizadas para operar de manera democrática y nuestros docentes en las aulas tienden todavía, en la mayoría de los casos, a reproducir las formas centralistas y autoritarias con las que ellos fueron formados.

La cuarta razón tiene que ver con la distancia que media entre los desarrollos teóricos relacionados con tal formación y la magnitud de las exigencias sociales que se plantean a la escuela. Estas exigencias son en general demasiado ambiciosas, se plantean de manera abstracta y difícilmente pueden convertirse en objetivos evaluables, y esto lo hemos visto en muchas materias, los planes y programas están hechos por personas ajenas a los procesos educativos, entonces, ¿cómo se pretende tener resultados reales?.

La quinta razón, es que la escuela no puede por sí sola. Esto significa que la escuela tendría que desarrollar su capacidad de estrechar los vínculos con las agencias socializadoras de la comunidad con las que es posible hacerlo. Pero también implica la necesidad de que la escuela introduzca sistemáticamente lo que ocurre más ampliamente en la sociedad como objeto de análisis y como problema, a lo que conviene buscarle solución colectivamente. Nuevamente se requiere romper con un estilo de operar, tanto de la escuela como del aula.

Con lo anterior no queremos decir que la escuela no forme valoralmente. Como lo hemos dicho antes, es imposible que lo haga, y seguramente lo ha venido haciendo, en gran parte, en el sentido, socialmente deseado. No obstante, sí puede asegurarse que la escuela no ha sido tan eficaz como la sociedad parece haberlo esperado, y quizás tampoco tan eficaz como podría haber sido si se hubiera planteado, de manera intencionada y sistemática, formar en valores.

La aparente contradicción entre el no adoctrinamiento y la necesidad de un marco de referencia valoral de quien pretende formar, se resuelve, probablemente, mediante la concepción pedagógica y didáctica de la formación. Ésta consiste en propiciaren un proceso que respete el desarrollo evolutivo del niño, una autodefinición de principios valóricos

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