Daniel Goleman “La inteligencia emocional”

De todos los seres vivos, el hombre es el único ser racional, sin embargo, en muchas situaciones el hombre actúa de manera arrebatada por sus emociones, haciendo que su naturaleza racional haga algo para impedirlo. Como cuando alguien se deja llevar por un ataque de pánico. Esto suele ocurrir debido a que todos tenemos dos mentes distintas: una racional y una emocional; la primera es la que piensa, la segunda es la que siente. Y, aunque funcionan de manera independiente, están interrelacionadas  

“La inteligencia emocional” es un libro escrito por Daniel Goleman que explica por qué el control de las emociones es la clave del éxito. Nos dice que es la capacidad de utilizar de forma correcta nuestros estados de ánimo y emociones así como las emociones ajenas, esto con el fin de crear una mejor relación con nosotros mismos y con las personas que nos rodean y así mejorar muchos aspectos de nuestra vida. Su importancia es tan grande que resulta indispensable para poder llegar al éxito

La emoción, es un impulso que nos moviliza a la acción. Todos tenemos reacciones automáticas y predisposiciones biológicas. Peo conforme pasa el tiempo nuestras experiencias moldean las respuestas a los estímulos emocionales. El tallo encefálico cumple con las funciones básicas como respiración o metabolismo. Alrededor de él, se encuentra el sistema límbico, que es el que aporta las emociones, los primeros seres humanos de adaptaron al entorno desarrollando la capacidad de identificar peligros y reaccionar ante este tipo de situaciones, de ahí surge el aprendizaje y la memoria. La amígdala es parte de este sistema en ella se encuentran los recuerdos emocionales, la neocorteza nos diferencia del resto de los seres vivos, tiene la función de  pensar y planear. La interacción que existe con el sistema límbico permitió que se ampliaran las reacciones frente a estímulos emocionales.

Muchas personas creen que el coeficiente intelectual es el que determina la inteligencia de un ser humano, sin embargo con el paso de los años se ha demostrado que el coeficiente intelectual o IQ solo representa el 20% de los factores determinantes del éxito, lo que significa que el 80% restante depende de las habilidades emocionales como seres humanos poseemos tanto mente racional como emocional. La mente racional está relacionada con nuestra capacidad de  emitir pensamientos de manera lógica y analítica, es un proceso del cual somos completamente conscientes, por otro lado, tenemos nuestra mente emocional. Encargada de los sentimientos e impulsos. Las emociones ya existían desde que nuestros ancestros vivían. Ellos solo poseían cerebro reptiliano y cerebro límbico, tiempo después se desarrolló la neocorteza, la cual es responsable de nuestra parte racional. Esto explica porque hay tanta relación entre nuestros pensamientos y sentimientos, los cuales cuando operan en armonía nos ayudan a tomar mejores decisiones y tener comportamientos asertivos.

Sin embargo, debido a esa estrecha relación de nuestra parte emocional y racional en ocasiones se produce algo que se llama secuestro neuronal, en el que nuestro cerebro límbico, encargado de nuestras emociones es capaz de controlar nuestra racionalidad. Y es por ello que a veces impulsados por nuestras emociones tenemos comportamientos completamente irracionales, como por ejemplo gritar insultar e incluso golpear a alguien. Es por ello que controlar nuestras emociones es un factor fundamental y determinante para tener resultados satisfactorios en muchos aspectos de nuestra vida. No se trata de ahogar las emociones, sino de dirigirlas y equilibrarlas.

La inteligencia emocional se puede y se debe desarrollar en cada uno de nosotros, es por eso que en el libro, Daniel Goleman nos habla de factores fundamentales para poder desarrollar estas capacidades.

Uno de ellos habla sobre el poder entender nuestras propias emociones, en donde tenemos que reconocer nuestros sentimientos, ser conscientes de nuestro estado  de ánimo y reconocer que lo está provocando.

Si aprendemos a reconocer nuestras propias emociones, a partir de allí podremos controlarlas y así tener la capacidad de modificar los estados de ánimo desfavorables. Por ejemplo, si somos conscientes de nuestro mal humor, podremos evitar que nos lleve a conductas indeseables como hablarle a alguien con gritos o palabras poco amables. Es decir, si sabemos que estamos enojados cada uno de nosotros podrá decidir de forma tranquila hacer algo al respecto para que ese estado de ánimo negativo no nos domine. Y de esa manera darnos cuenta que la situación tiene algo de positivo por lo que se consideraran las cosas desde otro ángulo

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