El Corazón Del Hombre
Enviado por AlbertanoX • 13 de Octubre de 2013 • 2.130 Palabras (9 Páginas) • 422 Visitas
PREFACIO
He podido distinguir diversas clases de agresión que, directa o indirectamente, están al servicio de la vida, y esa forma maligna de instinto destructor, la necrofilia, que es un verdadero amor a la muerte contrario a la biofilia, que es amor a la vida. En Ética y psicoanálisis estudié el problema de las normas éticas basadas en nuestro conocimiento de la naturaleza del hombre, y no sobre la revelación de leyes y convenciones hechas por el hombre.
En este libro trato de demostrar que los mayores descubrimientos de Freud, el complejo de Edipo, el narcisismo y el instinto de la muerte, fueron restringidos por sus premisas filosóficas y que, libres de trabas y traducidos a una nueva estructura de referencia, dichos hallazgos son aún más poderosos y significativos. Creo que la estructura de referencia del humanismo, su mezcla paradójica de crítica incesante, de realismo sin atenuaciones y de fe racional, es lo que permitirá el desarrollo fructífero de la obra cuyos cimientos puso Freud.
I) EL HOMBRE, ¿LOBO O CORDERO?
En el mundo siempre han existido diferencias, una muy importante es la pluralidad en las ideas y pensamientos; aquí es donde entran estas 2 cuestiones: ¿el hombre es lobo o cordero?
Muchos piensan que el ser humano es un cordero, ya que éste es muy fácil de manipular y controlar, con simples discursos que se asimilen con sus necesidades y conveniencias e ideas en que se pueda identificar, o con una voz que los amenace ellos están a los pies de un sistema político, un partido o una persona.
Otros muchos piensan que el ser humano es lobo, pues puede y es capaz de ser sanguinario, traicionero y provocar la muerte en los demás seres humanos. Esto lleva a que el ser humano es tanto cordero, como lobo, es decir, que le hombre manifiesta diferentes facetas en su vida, es decir, que puede ser manipulado: tanto para el bien como para e mal, esto lo hace lobo-cordero; realmente no se pude llegar a una conclusión pues el ser humano, es noble, y en ocasiones desea el bien y cuando quiere y se organiza es tiene tanta capacidad de crear maravillas y cosas realmente con sentido, pero en otros casos, llega a desear el mal, la venganza , codicia el poder, lo que le lleva a ser destructivo por naturaleza. Pero estas situaciones solo son marcadas por otras, desde el nacimiento, la madre, el padre, familia, amigos, sociedad, y después la psicología del individuo mismo. El punto es que el hombre tiene la libertad de ser quien quiera ser, un lobo o cordero, o un lobo disfrazado de cordero o viceversa. O tan solo ser quien se es sin pretensiones ni dilemas.
Esto nos lleva a otro dilema, que es la libertad, el problema de la libertad; recapitulando es que el hombre puede ser malo, bueno y tiene la posibilidad de elegir, pero solo si tiene desarrollada su libertad a plenitud, y si es que la tiene, se lleva a la conclusión de que no tendría porque elegir el mal, sino, que elegiría el bien sin pensarlo ya que su mente estaría verdaderamente desarrollada y tendría una diferente concepción del mundo y de la humanidad. Pero también el ser humano tiene la capacidad del mal, y sólo la raza humana tiene esa capacidad, lo que lo hace vulnerable a su propia destrucción, pero pues aunque tenga mucha fuerza este sentimiento destructor, no quiere decir que este manipule al hombre, pues todos tenemos siempre la capacidad de elegir. Y de aceptar las consecuencias de nuestras elecciones.
II) DIFERENTES FORMAS DE VIOLENCIA.
La distinción entre diferentes tipos de violencia se basa en la distinción entre sus respectivas motivaciones inconscientes; pues sólo el conocimiento de la dinámica inconsciente de la conducta nos permite conocer la conducta misma, sus raíces, su desarrollo y la energía de que está cargada.
-Violencia juguetona o Lúdica: La encontramos en las formas en que la violencia se ejercita para ostentar destreza, no para destruir, y no es motivada por odio ni impulso destructor.
-Violencia Reactiva: Entiendo por violencia reactiva la que se emplea en la defensa de la vida, de la libertad, de la dignidad, de la propiedad, ya sean las de uno o las de otros. Tiene sus raíces en el miedo, y por esta razón probablemente es la forma más frecuente de violencia; el miedo puede ser real o imaginario, consciente o inconsciente. Este tipo de violencia está al servicio de la vida, no de la muerte; su finalidad es la conservación, no la destrucción. No es por completo resultado de pasiones irracionales, sino hasta cierto punto de cálculo racional; de ahí que implique también cierta proporcionalidad entre fin y medios.
Otro aspecto de la violencia reactiva es el tipo de violencia que se produce por frustración. Esta conducta agresiva constituye un intento, con frecuencia inútil, para conseguir el fin fallido mediante el uso de la violencia.
Con la agresión resultante de la frustración se relaciona la hostilidad producida por la envidia y los celos. Los celos y la envidia constituyen una clase especial de frustración. Los produce el hecho de que B tiene un objeto que A desea, o es amado por una persona cuyo amor desea A. En A se producen odio y hostilidad contra B porque recibe lo que A desea y no puede tener. La envidia y los celos son frustraciones, acentuadas por el hecho de que no sólo no consigue A lo que desea, sino que en vez de él es favorecida otra persona.
-Violencia Vengativa: En la violencia vengativa, por otra parte, el daño ya ha sido hecho, y por lo tanto la violencia no tiene función defensiva. Tiene la función irracional de anular mágicamente lo que realmente se hizo.
-Violencia Compensadora: Esta basada en la impotencia del hombre, en el querer trascender en la historia y en la vida, pero cuando no se logra crear vida, es mejor destruirla, por envidias que corroen al hombre.
-Sadismo: En el sadismo es el deseo de causar dolor a otros no es lo esencial. Todas las diferentes formas de sadismo que podemos observar se remontan a un impulso esencial, a saber, el de tener un dominio completo sobre otra persona, convertirla en un objeto desvalido de nuestra voluntad, ser su dios, hacer con ella lo que se quiera. Humillarla, esclavizarla, son medios para ese fin, y el propósito más radical es hacerla
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