Corazon Del Hombre
Enviado por latusin1510 • 4 de Diciembre de 2011 • 3.737 Palabras (15 Páginas) • 1.860 Visitas
Análisis de la obra “El Corazón del Hombre”
Primer capítulo "el hombre ¿lobo o cordero?"
Fromm comienza su análisis teniendo en cuenta dicha pregunta. Frente a ella, él supone que el lector responderá que el hombre es cordero, de allí su afirmación de que “la mayoría de los hombres son niños sugestionables y despiertos a medias, dispuestos a rendir su voluntad a cualquiera que hable con voz suficientemente amenazadora o dulce para persuadirlos”.
Pero ¿por qué la vida del hombre es tan diferente a la del cordero? ¿Por qué la historia de la humanidad ha estado manchada de sangre? Las respuestas han llevado a muchos pensadores como Hobbes a la conclusión de que homo es homini lupus, es decir, que el hombre es maligno y destructor por naturaleza, que es un homicida que sólo por el miedo a homicidas más fuertes puede abstenerse de su pasatiempo preferido.
Pensando en ello, establece la siguiente pregunta: supondríamos que tú y yo y la mayor parte de los hombres corrientes son lobos disfrazados de corderos ¿nuestra verdadera naturaleza se manifestará una vez que nos libremos de las inhibiciones que nos han impedido obrar como bestias? Podría ser esta pregunta una respuesta al problema principal del capítulo a no ser por el simple hecho de que existen seres humanos que “reaccionan con cierto sentimiento de repugnancia cuando presentan actos de crueldad y de sadismo”.
En definitiva, los hombres no son lobos y tampoco son corderos, tal vez existen hombres corderos y hombres lobos lo que nos llevaría a pensar que existen dos razas humanas. Fromm omite esta solución algo determinista y continua con el problema. Menciona que quizá sea cierto que “los lobos no hacen sino representar la cualidad esencial de la naturaleza humana de manera más franca que la mayoría” lo que conduce a la siguiente pregunta: ¿el hombre es fundamentalmente malo y corrompido, o es fundamentalmente bueno y perfectible?
En el Antiguo Testamento no se menciona que la desobediencia de Adán sea un acto de maldad y corrupción. Para Fromm, “la desobediencia es la condición para el conocimiento de sí mismo por parte del hombre, por su capacidad de decidir, y así, en último análisis, ese primer acto de desobediencia es el primer paso del hombre a su libertad”. Así pues, para el Antiguo Testamento el hombre posee dos caminos a elegir (1) el del bien y (2) el del mal.
Con la Iglesia Cristiana, la desobediencia se volvió pecado y con ellos el hombre se volvió fundamentalmente malo. Esta concepción duró hasta que los ilustrados plantearon una visión diferente. Sostenían “que toda la maldad del hombre no era más que resultado de las circunstancias y, por ende, que el hombre no tenía en realidad que elegir. Cámbiense las circunstancias que produce el mal, y se manifestará automáticamente la bondad original del hombre”.
Fromm anuncia que este pensamiento es sumamente optimista y que no hay que dejarse llevar por él. Expresa también que “sería difícil no ver la potencia y la intensidad de la capacidad destructora humana”. Sin embargo, dice Fromm siempre manteniendo una actitud de equilibrio- que tampoco es bueno dejarse llevar por la opinión derrotista del hombre fundamentalmente malo, pues “la intensidad de las tendencias destructoras no implica de ninguna manera que sean invencibles o ni aún dominantes” y que “las guerras son primordialmente consecuencia de fuerzas psicológicas”.
Asimismo explica que “las guerras son consecuencia de la decisión de los líderes políticos” pero que esos hombres no son diferentes del hombre ordinario: son egoístas con poca capacidad para renunciar a los beneficios que su actitud les brinda. Es decir, que no son crueles ni malignos. De allí su anuncio de que “el hombre ordinario con poder extraordinario es el principal peligro para la humanidad, y no el hombre malvado y sádico”.
Finalmente acaba el capitulo exponiendo la siguiente afirmación: El síndrome de decadencia es el que “mueve al hombre a destruir por el gusto de la destrucción y a odiar por el gusto de odiar”. Así pues dice Fromm es innegable que cada individuo avanza en la dirección que ha elegido: la de la vida o la de la muerte, la del bien y la del mal.
Segundo capítulo
Abarca los diferentes tipos de violencia y sus respectivas motivaciones inconscientes “pues sólo el conocimiento de la dinámica inconsciente de la conducta nos permite conocer la conducta misma, sus raíces, su desarrollo y la energía de que está cargada”.
El primer tipo de violencia a la que Fromm se refiere y la primera dentro del rango patológico es la violencia lúdica. En esta “la motivación principal es el despliegue de destreza, no la destructividad”.
La violencia reactiva es la que “se emplea en la defensa de la vida, de la libertad, de la dignidad, de la propiedad ya sean de uno o la de otros”. Teniendo en cuenta ello, el autor nos habla que el miedo es el principal motor de este tipo de violencia y que el mismo puede ser real o imaginario. Además el miedo imaginario es la base para la manipulación de líderes políticos a la agresividad. Ellos cambiarán el concepto de la guerra en pos de intereses a un concepto de defensa nacional. Fromm menciona que “esta persuasión –a defenderse cuando en realidad se está atacando- depende sobre todo a la falta de pensamientos y sentimientos independientes y de la dependencia emocional de la inmensa mayoría de la gente respecto a sus jefes políticos. Siempre que exista esta dependencia se aceptará como real cualquier cosa que se exponga con fuerza y persuasión.
Otro tipo de violencia relacionada íntimamente con la violencia reactiva es la violencia vengativa. Fromm explica que “el daño ya ha sido hecho, y por lo tanto la violencia no tiene función defensiva, sino una función irracional de anular mágicamente lo que realmente se hizo”. Según él, en individuos con patologías severas, la violencia pasa a formar parte primordial de su vida. Sin ésta, la pérdida de identidad y de objetivos en la vida amenaza al sujeto. Este tipo de violencia puede ser producida por dos factores (1) por escasez psíquica que impregna al individuo o al grupo y que convierte la venganza en un medio para recuperar lo perdido; (2) por el narcisismo.
El quebrantamiento de la fe es otro tipo de violencia en el que “la fe en la vida, en la posibilidad de confiar en ella se quebranta”. Esto tiene consecuencias graves en el individuo pues empieza a odiar la vida y por ende a destruir cualquier cosa relacionado con ella.
Siguiendo en la escala de la patología Fromm menciona la violencia compensadora. Explica que “el hombre no puede tolerar la pasividad absoluta. Se siente impulsado a dejar su huella en el mundo, a transformar y a cambiar,
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