El Seductor de la Patria Enrique Serna
Enviado por Paola.canela • 25 de Noviembre de 2019 • Ensayo • 1.439 Palabras (6 Páginas) • 530 Visitas
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El Seductor de la Patria
Enrique Serna
Ana Paola Canela Ramírez
Lic.Tonathiu Velasco Frías
Desarrollo Económico Político y Social de México I
El Seductor de la Patria
Enrique Serna
El seductor de la patria reconstruye la vida de uno de los personajes más controvertidos de la historia mexicana, la del militar y dictador mexicano Antonio López de Santa Anna. El cual tuvo el poder en once ocasiones durante las décadas subsiguientes a la independencia mexicana, se le culpa, entre otras cosas, de la derrota en la lucha por Texas de 1836 y del fracaso de la guerra con Estados Unidos, que supuso la pérdida de la mitad del territorio nacional de México.
La novela es una especie de biografía novelada de Santa Anna en forma epistolar. Junto a las cartas que los diferentes personajes se intercambian, se encuentran los testimonios de otros personajes cercanos al dictador. Estos testimonios se presentan en forma de fragmentos de diarios, decretos, discursos, actas, y otros documentos históricos.
La historia comienza cuando Antonio López Santa Anna le escribe una carta a su hijo Manuel, donde le cuenta entre muchas cosas lo que para el significa su regreso después de 18 años de exilio¹, esta carta deja ver una gran tristeza. Señala en pocas palabras que de haber sido una gran figura, todo quedó reducido a cenizas ya que todo mundo lo desprecia, en la carta y a lo largo de esta correspondencia se relata la infancia de Santa Anna, que transcurre entre Jalapa, ciudad en la que nace en 1794, y Veracruz. Fue hijo del notario Antonio López de Santa Anna y de su señora esposa y madre de Santa Anna, Manuela Pérez de Lebrón.
Durante la narración el dictador menciona que a pesar de ser mayor que su hermano Manuel, siempre guardaba resentimientos por la preferencia que sus padres profesaban hacia su hijo menor. Ambos deseaban para él un futuro tranquilo y acomodado como correspondía a un joven de ascendencia española. Pero por su carácter aventurero y sus grandes deseos de sobre salir, consiguió la fuerza y tenacidad para ingresar al Ejército Real de la Nueva España a los dieciséis años de edad, poco tiempo después que se desataría la lucha de Independencia. Enrique Serna aclara múltiples rasgos de la personalidad de Santa Anna² y advierte al lector cómo es que el excepcionalísimo comienza en las personas y de ahí parte a los gobernadores y por ende al éxito nacional. Santa Anna comienza siempre por conocerse en sus defectos y virtudes pero sin dejar de lado la influencia que el medio tuvo y tenía sobre estos. Más que eso Antonio López se conocía como un hombre con una determinación en la vida, con una misión y con un sitio del cual ya tiene ganado el cincuenta por ciento, puesto que el otro cincuenta tenia que ganarlo con gran esfuerzo y dedicación .El autor escribe y describe la vida y aspiraciones de Santa Anna y por otro lado la valentía del protagonista de la novela. Antonio López a diferencia de muchos nacionales entendía que el dolor es necesario, comprendía que en este mundo hay que tener oscuridad para poder conocer la luz y que todo esfuerzo todo sacrificio reditúa al final. Una faceta que personalmente desconocía y que se muestra claramente a lo largo de este trabajo son las tantas citas y encuentros de buena y mala fe como tantos otros enfrentamientos en batallas y que a su paso dejo una descendencia como para poblar un nuevo pueblo como los que fue creando para el interés propio de la lucha y conquista para las personas a las que servía, ya que como se pudo constatar, estuvo en los dos bandos y no por traidor o por mera conveniencia, sino porque las circunstancias así lo ameritaban, el dudaba de sí mismo, pero tenía un carácter y un temple digno de un gran estratega y en ocasiones por las negativas que recibía en cuanto al apoyo que solicitaba se veía en la penosa resolución de asaltar, tomar por la fuerza, o recurrir a los “prestamos forzosos” que solicitaba a las familias acomodadas, él estuvo en los dos bandos porque desde muy joven se fue metiendo poco a poco a conocer a personas de alta jerarquía dentro de la comunidad local, como los de la nueva España que en esos tiempos eran quienes tenían el poder y el control de todo lo que se hacía y movía dentro del país, Santa Anna, joven y ambicioso, se dejaba llevar por sus impulsos y por su ya naciente codicia por lo que se hace amante de la esposa del gobernador, la cual poco a poco lo adentro en sus círculo social lo que más adelante le facilitaría establecer todo tipo de relaciones que a la postre le servirían como apoyo en sus diferentes batallas y de los cuales obtendría beneficios que le permitían estar a la altura de sus conquistas así como costear su más preciado pasatiempo: los gallos, porque al hablar de él tenemos que decir que al ser un don Juan no tenía que rembolsar nada a cambio de los placeres de tantísimas mujeres que lo veían como un tipo bien mozo por el que sentían cariño y respeto por ser quien era y por su imagen de héroe nacional, todos los que lo conocían y hasta los que no, lo catalogaban como un soldado fiero y muy entregado a su causa, lo adulaban tanto que eso hacía que fuera un conquistador, de sus batallas y de sus mujeres. La historia de México ha tenido grandes hombres, algunos que han luchado abrazo partido hasta su muerte, sin lograr siquiera el reconocimiento del pueblo, otros más afortunados han realizado grandes maniobras de sobrada inteligencia y sacrificio para que la historia reconozca su participación. Antonio López de Santa Anna ha sido para la historia de nuestro país un hombre que ha llegado a la posteridad en un lugar discutido y controvertido; para algunos, un excelente estratega militar, gran político y para otros, un traidor y farsante, sin ningún objetivo positivo para la nación. En la obra, el autor, Enrique Serna, hace una excelente cita con relación de hechos y circunstancias que Antonio López de Santa Ana plasmó en las cartas que dictó a su fiel secretario el Coronel Manuel María Giménez³, mismo que dirigió y envió las misivas a Don Manuel, hijo menor del General Santa Ana, fruto de su primer matrimonio con la hija de un comerciante español, una abnegada mujer, Inés de la Paz, a quien le reconocía sus virtudes y grandes valores, hasta mucho tiempo después; también tuvieron dos hijas, Guadalupe y María del Carmen, de quienes poco se habla en el libro.
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