El libro “Tengo Miedo Torero” trata sobre un travesti homosexual

El libro “Tengo Miedo Torero” trata sobre un travesti homosexual, La Loca del Frente, que de alguna forma se ve metido en los temas del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, mientras vive una pequeña fantasía romántica con un miembro del frente llamado Carlos. La historia toma lugar en 1986, en plena dictadura militar, en los meses anteriores al atentado contra la vida de Pinochet. Los personajes principales hablan sobre cómo fue la vida de la Loca como una persona homosexual y pobre en Chile, indagando en el abuso que sufrió de niña y la discriminación que sigue sufriendo en su presente, y se nos muestra la realidad de la comunidad LGBT cuando va a visitar a sus amigas, que también son pobres. En gran contraste, el libro también nos muestra la perspectiva del dictador y su círculo, gente adinerada, que viven rodeados de lujos en mansiones gigantes y jardines preciosos.

Esto claramente está basado en la realidad que vivía el país en el momento. La economía del país durante la dictadura empeoró considerablemente: el ingreso por habitante de Chile era 28% del de los estadounidenses (como referencia), al inicio de la dictadura, mientras que, en 1989, al final de la dictadura, era del 25%. Muchísima gente quedó cesante durante la dictadura en ambos el sector público como el privado, luego de la implementación de políticas que trajo ajustes que se enmarcaron en los criterios de eficiencia, flexibilización y disciplinamiento, en un proceso caracterizado por el debilitamiento de las organizaciones sindicales, la desprotección del empleo y un fuerte proceso de precarización del trabajo.

Dentro de este contexto, es importante notar que el porcentaje de personas pobres de la comunidad LGBT es 11% más alto que aquel de las personas heterosexuales cisgénero, lo que nos puede llevar a decir que ser de la comunidad y ser pobre van, de alguna forma, de la mano.

De la misma forma que le sucede a la protagonista del libro, la Loca del Frente, como dice en la página 17: “Yo era un cacho amariconado que mi madre le dejó como castigo, decía. Por eso me daba duro, obligándome a pelear con otros niños”, es muy común que a los jóvenes de la comunidad se les abuse desde su infancia por el mero hecho de ser, o parecer ser, gay. .El abuso por parte de los padres y de los pares, en muchos casos, llega a ser tan extremo que un alarmante número de jóvenes toma la extrema medida de huir del hogar, como método de supervivencia, antes de que se les obligue a hacer algo peor o se les haga más daño.

Luego de escaparse, las opciones son muy pocas. En Chile, en el pasado y en el presente, si alguien se escapa de su casa siendo menor de edad sus únicas opciones eran, prácticamente, rogar por comida, o meterse de inmediato dentro de un negocio menos supervisado por la ley, donde no importara su edad, ya que no se puede trabajar hasta ser mayor de dieciocho, y los recursos disponibles son pocos o inexistentes como para mantenerse en base del estado hasta tener acceso a un trabajo estable y seguro. En el libro, por ejemplo, la Loca y sus amigas estaban (o estuvieron) todas involucradas en la prostitución: un trabajo extremadamente común, especialmente dentro de la comunidad trans.

La verdad es que este país no tiene las mejores políticas en cuanto a prevenir la discriminación, y hasta hace relativamente poco, tenía legislación a favor de esta. Durante la dictadura, la homofobia en Chile no venía sólo de parte de las autoridades militares, sino también del cuerpo de carabineros e incluso de civiles, que aprovechaban la violencia ya presente para violentar a miembros de la comunidad LGBT+ pasando desapercibidos. Durante el siglo pasado, En Chile había dos normativas utilizadas para reprimir a la comunidad: el código 373, que era usado principalmente por carabineros al momento de arrestar y se refería a las “faltas a la moral y las buenas costumbres”, y el 365, menos popular, que directamente decía que tener relaciones sexuales entre varones era directamente un delito, sin importar el consentimiento de ambas partes. Mientras el toque de queda estaba impuesto, los carabineros retenían a gente de la comunidad bajo el artículo 373 hasta que empezara el toque, y luego les

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