El renacimiento de Peter Burke.

El Renacimiento. Peter Burke

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        Fue en Italia, en el Renacimiento, “donde se desvaneció en el aire ese velo por primera vez… el hombre se convirtió en un individuo espiritual y se reconoció como tal”. Para Burckhardt, el Renacimiento es sinónimo de modernidad, el italiano es el hijo primogénito de la Europa moderna. Fue en Italia donde dio comienzo la gran renovación del arte y de las ideas, y posteriormente estas nuevas actitudes y formas artísticas se difundieron por el resto de Europa.

¡ESTA IDEA DE RENACIMIENTO ES UN MITO! Se cree que no hubo tales innovaciones en la Edad Media ni tampoco la pervivencia de actitudes tradicionales en el siglo XVI e incluso más tarde. El Renacimiento de ese chabón es un mito ya que todos los personajes del relato parecen ser sobrehumanos. Es un relato simbólico que toma las metáforas de despertar y renacer. MUCHOS DIERON A UTILIZAR LA IMAGEN DE RENOVACIÓN PARA DESCRIBIR LA SENSACIÓN DE ESTAR VIVIENDO EN UNA NUEVA ÉPOCA, UNA EDAD DE REGENERACIÓN, RESTAURACIÓN, REMEMBRANZA, RENACIMIENTO, REDESPERTAR O REMERGER A LA LUZ TRAS LAS ÉPOCAS QUE ELLOS DESCRIBIERON COMO “EPOCAS OSCURAS”.  Y no obstante, tampoco esas metáforas eran nuevas, ya que el poeta Virgilio también pintó en su cuarta Égloga un retrato del retorno de la edad de oro.

Lo que sí es cierto que entre los años 1300 y 1600, se dio un movimiento de cariz más intelectual y artístico que político o religioso. Estas autovaloraciones, sin embargo, inducen a un error. Estos malagradecidos tenían contraída una deuda enorme con la Edad Media. Acentuaban su distancia respecto de su pasado más reciente y minimizaban la que los separaba del más remoto: la Antigüedad que tanto admiraban. Era un sueño, un anhelo y también una reactualización o una representación del antiguo mito del eterno retorno.

• En primer lugar, existen razones para afirmar que los llamados “hombres del Renacimiento” eran en realidad bastante medievales. Su comportamiento, postulados e ideales eran más tradicionales de lo que tendemos a creer o que ellos mismos pensaban.
• En segundo lugar, los medievalistas han reunido datos suficientes para afirmar que el Renacimiento no fue un acontecimiento singular, sino que existieron varios renacimientos en la Edad Media, especialmente en el siglo XII y en la época de Carlomagno. En ambos casos se produjeron una combinación de logros artísticos y literarios, con un resurgimiento del interés por las enseñanzas clásicas.

Al utilizar la palabra renacimiento como un nombre propio, nos hemos permitido caer en el error de considerar como un acontecimiento único lo que en realidad no es más que una manifestación concreta de un fenómeno histórico recurrente. Al igual que las personas, cada renacimiento tiene sus características propias. ¿Existió en realidad un Renacimiento?

Burke tratará de situar estos cambios en su contexto sociocultural. Una de las características es el intento de revivir otra cultura, de imitar la Antigüedad en diferentes campos y con diferentes campos y medios. Y este puede ser un buen punto de partida ya que es en la arquitectura donde resulta más obvia la recuperación de las formas clásicas. Y no resulta sorprendente que esta recuperación griega y romana se produjese en Italia, donde se conservaban más o menos intactas, diversas construcciones clásicas.  

• Se explicaba la regla y uso correcto de los tres órdenes (dórico, jónica y corintia) Y esto rompió con la tradicional planta cruciforme de las iglesias medievales.
• En el caso de la escultura no se contaba con ningún tratado antiguo pero los modelos clásicos eran importantes. Los nuevos géneros de la cultura renacentista eran por lo general reediciones de los géneros clásicos, como los bustos o monumentos ecuestres.
• En el caso de la pintura resultaba mucho más difícil encontrar fuentes y modelos antiguos. Los pintores intentaban imitar a los antiguos, para lo que tenían que recurrir a métodos más indirectos. Esto estimuló el retrato.  En la pintura se produjo un avance crucial que nada tenía que ver con la Antigüedad: descubrimiento de las leyes de perspectiva lineal.

Tanto en la época clásica como en el Renacimiento, los artistas sentían gran preocupación por la apariencia de las cosas, lo que Burckhardt denominó “realismo”. Todos los artistas representan lo que ellos creen real y eso demuestra que ningún arte está libre de convenciones. Sin embargo, durante esta época las artes liberales (literatura y enseñanza) gozaban de mayor prestigio que las artes mecánicas. Lo que en esa nueva era debía renacer eran las bonae litterae, las “buenas letras”; lengua, literatura y enseñanza.

El idioma básico que benefició ese renacer o revivir, no fue el italiano sino el latín clásico, digno de Cicerón. Recuperaron los géneros literarios clásicos: la épica, la comedia, la oda, la pastoral, etcétera.

Cuando los contemporáneos hablaban del renacimiento de las “letras”, con esta expresión no se referían tanto a la literatura en sentido moderno sino como a lo que hoy se conoce como el auge del HUMANISMO. Es un término cuyo significado puede variar según quién lo utilice. Por lo que respecta a los “humanistas”, la palabra se originó en XV y formaba parte del argot de los estudiantes universitarios, que designaban con ella al profesor de “humanidades”, que engloban cinco disciplinas.

-Gramática

-Retórica                                                           “Perfeccionan” al hombre.[pic 2]

-Historia

-Filosofía moral                                                    

La idea fundamental era que el hombre se diferencia de los animales por su capacidad de hablar y por distinguir el bien del mal. Por eso era fundamental el estudio de materias relacionadas con el lenguaje y con la ética. Según el diagrama de los postulados básicos de los humanistas, hay cuatro niveles de existencia: EXISTIR, VIVIR, SENTIR Y ENTENDER COMO HOMBRE. Y a estos grados de existencia se corresponden cuatro tipos de ser humano: el haragán, el glotón, el vanidoso y el intelectual. En otras palabras, la humanidad es perfectible, pero sólo el humanista es verdaderamente humano.

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