El valor de educar.
Enviado por Jose Estrada • 11 de Mayo de 2016 • Ensayo • 3.886 Palabras (16 Páginas) • 321 Visitas
“El Valor de Educar”
Se cuestiona, que las personas que asumen el rol de maestro en la sociedad, son unos fracasados, pero la ironía de esto es que si el maestro es un fracasado la sociedad donde vivimos, por ende, también lo es. La sociedad y su cultura influyen actualmente en la educación, y definen muchos aspectos de ella, John Dewey llamo “teoría general de la educación” a la educación que englobaba estos factores.
Según Fernando Savater, educar es creer en la perfectibilidad humana, en la capacidad innata de aprender y en el deseo de saber que la anima, en que hay cosas que pueden ser sabidos y merecen serlo, en que los hombres podemos mejorarnos unos a otros por medio del conocimiento. Y explica que la educación como valor, tiene dos sentidos, uno por que es valiosa y valida y segundo porque es un acto de coraje.
El aprendizaje Humano
“Ser humano es también un deber”, esta frase de Graham Greene, se refería a esos atributos que un hombre debe poseer para poder alcanzar el título de humano, no solo basta con pertenecer a la especie humana para ser humano, se debe de entrar en un proceso de humanización. Unos de los rasgos propios de los humanos es que tiene atributos como: la compasión con el prójimo, la solidaridad o la benevolencia hacia los demás, etc.
Entonces el “humano” nace siéndolo pero a la vez, no lo es del todo. Parece algo contradictorio, pero la cuestión es que nuestra humanidad biológica necesita de una confirmación posterior, siendo como un segundo nacimiento pero este debe de ser voluntario y con nuestro propio esfuerzo, con la ayuda de otros humanos.
Los humanos al nacer somos débiles, en comparación a otras especies, sin importar que especie animal se compare, nuestras crías son bastante dependientes de sus progenitores, incluso el animal más parecido al hombre, este es el mono, sus crías están programadas para poder sobrevivir solo.
En conclusión los demás animales son más aptos al nacer, y crecen tan rápido que no tienen tiempo de aprender algo nuevo, sino solo imitar a sus precursores. En este sentido esta la ventaja del humano contra los demás mamíferos, siendo este más longevo en sus días, permaneciendo en un estado inmaduro, tanteante y falible, en otras palabras dispuesto a aprender y no solo a imitar.
Regresando al ser humano y su proceso de humanización, este pasa por dos gestiones: primero en el útero materno según determinismos biológicos y el segundo en la matriz social en que se cría, expuesto a determinaciones simbólicas y a usos rituales y técnicas propios de su cultura. En su ámbito social, el humano recibe influencias de forma intencional y conspicua, sin importar que miembro de la sociedad sea, todos tienen una función pedagógica.
Aquí se hace notar una diferencia importante entre la imitación ocasional que practican los demás animales y el proceso de aprendizaje de los humanos. En los animales se hace necesario imitar a los adultos para sobrevivir, con los humanos, los adultos obligan a los niños a que aprendan, haciendo constancia de la ignorancia.
Entonces en este punto, llega el poder ser humano, que consiste en haber aprendido conocimiento durante la vida, para poder transmitírselos a los recién llegados y que sepan cuanto deben conocer para ser socialmente válidos.
Este proceso de enseñanza a los nuevos miembros de la sociedad puede ser de dos formas: uno puede ser informal (efectuado por los padres o cualquier adulto dispuesto a dar lecciones), o formal (efectuado por una persona o grupo de personas socialmente designadas para ello). Normalmente los grupos sociales con mayor índice de supervivencia son los que tienen asignada esta tarea, por llamarlos de alguna manera son los ancianos que deben encargare de la educación, siendo ellos fuente de sabiduría por su larga vida. Se hace necesario, pues, la comunión entre viejos y jóvenes.
A pesar de esto, todos los humanos siempre ejercen como maestros, a los nuevos integrantes del grupo, tanto directa o indirectamente. Y ser maestro es el aspecto más importante de nuestra humanidad.
Según la teoría cultural, las personas hacen cosas en razón de su cultura; según la teoría de la sociabilidad, las personas hacen cosas con, para y en relación con los demás, utilizando medios que podemos describir, si lo deseamos, como culturales. Siendo la educación algo espontaneo. La verdadera educación no solo consiste en enseñar a pensar sino también en aprender a pensar sobre lo que se piensa.
Se podría decir entonces, que el humano tiene una cualidad única que lo separan de los demás animales, y esta es, la capacidad de aprender para luego enseniar a las futuras generaciones. Este proceso, a diferencia de los animales que solo imitan, consiste en poder comprender los conocimientos, saber por qué se hacen, y llegar a ser humano totalmente.
Los contenidos de la enseñanza
Quedo claro que para ser humano no basta con nacer, sino en aprender para poder enseñar. Pero ¿qué se debe enseñar? Primero, a cada humano se le enseña que no somos únicos, ni que somos solitarios, sino que poseemos congéneres, y que esto implica el intercambio significativo con otros parientes simbólicos y dan pasó a poder alcanzar nuestra humanidad. Segundo, que no somos los primeros en llegar a la tierra, y que tenemos precursores que a través de los años han podido formar una cultura llena de técnicas, mitos y ritos, de la que formaremos parte. La sociedad y el tiempo son los primeros conocimientos adquiridos.
El tiempo, inventado por nosotros los humanos, es característicamente del hombre y lo separa de los animales, a pesar de que da origen a nuestra grandeza y a nuestra miseria, como dice Juan Delval, es un componente esencial en la sociedad.
Pero la sociedad y el tiempo no son solo los únicos conocimientos que debe de adquirir el ser, pero quien enseñaría los conocimientos nuevos. ¿Por qué nace la necesidad de personas destinadas a la función de enseñar, si los padres también lo pueden hacer? Se estableció que cualquier persona puede enseñar, sin importar quien, pero eso no quiere decir que pueda enseñar cualquier cosa. Normalmente se hace necesario el uso de este grupo designado a enseñar, cuando se quiere dar a conocer un saber científico. Según las comunidades van evolucionando culturalmente, los conocimientos se van haciendo más abstractos y complejos, por lo que es difícil o imposible que cualquier miembro del grupo los posea de modo suficiente para enseñarlos.
En la educación orientada a la formación del alma y el cultivo respetuoso de los valores morales y patrióticos, se toma más en cuenta que se de a conocer las destrezas técnicas o teorías científicas. El modelo científico del saber es más bien unitario, mientras que las propuestas morales y políticas se enfrentan con multiplicidad cacofónica: por lo tanto, algunos llegan a recomendar que la enseñanza institucional se atenga a lo seguro y práctico.
Pero ¿Cómo se pretende transmitirse valores a los ciudadanos sin estudiar su propia cultura, y pretender que la enseñanza de conocimientos científicos produzcan valores de por sí? Valores tan humanos como la verdad, la exactitud o la curiosidad.
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