Foucault, concepción del poder

En la clase del 15 de Enero de 1975, Foucault intenta explicar el problema de los anormales, a partir de la pericia médico-legal, la cual no se dirige a delincuentes o inocentes, no se dirige a enfermos en confrontación a no enfermos, sino propiamente a esta categoría, la categoría de los anormales. Esta pericia contemporánea, se fue modificando a lo largo del siglo XIX y fue disolviendo la división entre lo que sería propiamente locura o crimen, formando una especie de continuum médico legal, cuyos efectos e institucionalización consumadas veremos en la pericia médico legal.         

        Foucault cree que en el núcleo teórico de la pericia médico legal, está constituido por las nociones de perversión y peligro, individuo peligroso. Y, de estas nociones, se desprende, el carácter grotesco del discurso penal y el hecho de que la unión médico-legal, no puede llevarse a cabo sin la presencia del discurso del miedo.

Una serie de reformas a fines del siglo XIX y durante el siglo XX, organización una especie de poder médico-judicial, en el que la pericia con su discurso es pieza central, y la cual se inserta en la unión de lo medico con lo legal, y los modifica. Así surge la noción de el poder de la normalización, y lo médico-judicial se constituye como una “instancia de control de lo anormal, del individuo anormal, y de donde se desprende una genealogía del poder”. Y así que dentro de un proceso histórico conocido como “la invención de las tecnologías positivas del poder, se muestra como se reemplazó, durante el siglo XVII, la reacción a la lepra, “una reacción negativa; una reacción de rechazo, exclusión, etcétera”, por “una reacción positiva; una reacción de inclusión, observación, formación de saber, multiplicación de los efectos de poder a partir de la acumulación de la observación y el saber”, la reacción de la peste; y se elaboró lo que puede llamarse un “arte de gobernar”. Y así, este siglo, introdujo un poder productivo, inventivo, integrado a múltiples aspectos e invertido en el reparto y el juego de las fuerzas, y que solo puede funcionar gracias a la formación de un saber.

Así Foucault ve la concepción del poder como construida a partir de una serie de modelos históricos, superados y diferentes. Y de los cuales se construye “una especie de daguerrotipo del poder, que se establece en realidad a partir de lo que se cree posible observar de él en una sociedad esclavista, una sociedad de castas, una sociedad feudal, una sociedad como la monarquía administrativa”.

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