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Inmunologia De Las Vacunas


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  1.508 Palabras (7 Páginas)  •  314 Visitas

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INMUNOLOGÍA POR VACUNAS APLICANDO EL CUIDADO DE ENFERMERÍA

Concepto de vacuna

Una vacuna es un preparado biológico que incrementa la inmunidad contra una determinada enfermedad al estimular la síntesis de anticuerpos. Normalmente las vacunas contienen agentes que se asemejan al microorganismo que provoca la enfermedad, y suelen elaborarse a partir de formas muertas o atenuadas de los mismos microorganismos (o toxinas) contra los que se pretende que prevenga. Las vacunas pueden ser profilácticas (para prevenir o paliar los efectos de una futura infección) o terapéuticas (para aliviar el sufrimiento de los individuos ya afectados por una enfermedad). El método de administración más habitual es la inyección, pero algunas vacunas se administran por medio de spray bucal o nasal.

Acción de la vacuna

Los microorganismos causantes de enfermedades pueden tener muchos efectos en el organismo. Los más habituales son:

1. Sensación de malestar y síntomas como fiebre, náuseas, vómitos, diarrea, erupciones cutáneas y muchos otros.

2. El segundo efecto es menos patente aunque, finalmente, suele ser el desencadenante del proceso de curación de la infección: el microorganismo causante de la enfermedad induce una respuesta inmunitaria en nuestro organismo.

A medida que la intensidad de la respuesta inmunitaria aumenta con el tiempo, la cantidad de agentes infecciosos (causantes de la enfermedad) disminuye lentamente hasta que los síntomas desaparecen y la infección termina de curarse.

Al igual que sucede con las enfermedades contraídas de forma natural, las vacunas (que normalmente contienen agentes que se asemejan al microorganismo causante de la enfermedad) inducen al sistema inmunitario del organismo a identificar el agente como extraño, destruirlo y "reconocerlo", de manera que en futuros encuentros el sistema inmunitario sea capaz de reconocer y destruir estos microorganismos con mayor facilidad.

Producción de la respuesta inmunitaria

Los microorganismos causantes de enfermedades contienen unas proteínas denominadas “antígenos”, que estimulan la respuesta inmunitaria. Esta respuesta puede ser compleja e incluye la síntesis (creación) de unas proteínas denominadas “anticuerpos”. Los anticuerpos se unen a los microorganismos causantes de enfermedades y finalmente provocan su destrucción. Además, junto con la respuesta inmunitaria se crean las células de memoria. Estas células permanecen en el torrente sanguíneo, en ocasiones durante toda la vida, y son capaces de desencadenar una respuesta rápida para defender al organismo de posteriores infecciones que el agente causante de enfermedad pueda provocar y cuya presencia indujo en primer lugar la producción de dichas células. A menudo la respuesta es tan rápida que no llega a producirse la infección, en cuyo caso se dice que somos inmunes a la infección.

El sistema inmunológico humano y las enfermedades infecciosas

A todos los seres vivos pueden atacarlos agentes causantes de enfermedades. Incluso las bacterias, tan pequeñas que un millón de ellas cabrían en la cabeza de un alfiler, tienen sistemas de defensa contra las infecciones por virus. Este tipo de protección se hace más sofisticado conforme los organismos se hacen más complejos.

Los animales multicelulares tienen células o tejidos que enfrentan exclusivamente la amenaza de infecciones. Algunas de estas respuestas son inmediatas, de tal manera que un agente infeccioso pueda contenerse rápidamente; otras son más lentas, pero también más específicas para el agente infeccioso. De manera colectiva, a esta protección se les conoce como sistema inmunológico. El sistema inmunológico humano es esencial para nuestra supervivencia en un mundo lleno de microbios potencialmente peligrosos, y un deterioro grave, incluso de una rama de este sistema, puede hacernos susceptibles a infecciones graves que ponen en peligro la vida.

Inmunidad no específica (innata)

El sistema inmunológico humano tiene dos niveles de inmunidad: específica y no específica. A través de la inmunidad no específica, también llamada inmunidad innata, el cuerpo humano se protege en contra de cuerpos extraños que percibe como nocivos. Se puede atacar a microbios tan pequeños como los virus y las bacterias, al igual que a organismos más grandes como los gusanos. Colectivamente, a estos organismos se les llama patógenos cuando pueden provocar enfermedades en el huésped.

Todos los animales tienen defensas inmunológicas innatas en contra de los patógenos comunes; las primeras líneas de defensa incluyen barreras exteriores, como la piel y las membranas mucosas. Cuando los patógenos penetran las barreras exteriores, por ejemplo, a través de un corte en la piel, o cuando son inhalados y entran a los pulmones, pueden provocar daños serios.

Algunos glóbulos blancos (fagocitos) combaten los patógenos que logran atravesar las defensas exteriores; un fagocito envuelve a un patógeno, lo absorbe y lo neutraliza.

Inmunidad específica

Aunque los fagocitos saludables son vitales para la buena salud, no pueden enfrentar ciertas amenazas infecciosas. La inmunidad

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