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Introducción a las doctrinas políticoeconómicas

DinorahVGResumen24 de Noviembre de 2015

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Introducción  a las doctrinas político- económicas

-Walter Montenegro

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EL FENÓMENO POLÍTICO

La identificación o definición ideológica de un esquema político depende de las características que asume la interdependencia de tres factores: el individuo, la colectividad y el estado.  El individualismo cuya expresión contemporánea es la democracia liberal, tiene como finalidad, salvaguardar los derechos inherentes a la condición humana encargados de cada individuo. Siguiendo un esquema la colectividad debe de estar organizada, de modo que permita y asegure el respeto. Se marca un fin de la actividad personal, y este es cuando empieza a afectar la actividad de los otros. El individuo es el protagonista y objetivo final de este orden político -económico. La colectividad lo sirve; el estado lo protege. Dentro de una concepción colectivista, la meta de la felicidad individual queda sustituida por  la de la felicidad colectiva, en donde el individuo deja de ser un fin en sí mismo, lo es solamente, en la medida en que forma parte de la colectividad. La única propiedad respetable, por consiguiente en este esquema, es la que cumple “una función social”. La colectividad entera, ocupa el primer plano, el individuo y el estado sirven a la colectividad sin reservas, desempeñando funciones coadyuvantes. El estado también tiene su turno, poco a poco y a medida que el individualismo liberal sin freno demuestra su incapacidad para encarar los problemas que plantea el complejo desarrollo de la sociedad moderna, el intervencionismo estatal gana terreno. Los anarquistas individualistas prescinden del estado y de la colectividad, para dejar al individuo solo, libre y voluntariamente asociado. Es de advertir que el individuo empieza aceptando por necesidad el imperio de la autoridad institucionalizada en el Estado. Gran parte del fenómeno político gira, describiendo un círculo de repetición permanente, siguiendo este proceso: el individuo desea la libertad absoluta, cabe resaltar que este es esencialmente dinámico. El avance de la legislación social protectora de los intereses de los trabajadores, en casi todo el mundo, es otra forma de la evolución consumada, en la mayoría de los casos, sin alterar la estructura política de los respectivos Estados. Las doctrinas políticas propiamente dichas contienen tres elementos esenciales: 1) análisis crítico del pasado y presente; 2) programa para un futuro ideal; 3) método de acción  mediante el cual se efectuara la transición del presente hacia el futuro ideal. El método o plan de acción contempla, el principio y en detalle, en forma simple o mixta, uno o varios de los múltiples tipos de evolucionismo o evolucionismo. Una circunstancia del orden cronológico influye grandemente sobre el carácter de las doctrinas políticas: si ellas fueron formuladas antes o después de que sus creadores hubieran tomado el gobierno. El genio de los grandes realizadores políticos consiste en acomodarse instantáneamente a las necesidades de transformación del medio socioeconómico en que actúan e inclusive en adelantarse a ellas. Aunque las líneas ideológicas subsistan, se tienen que adaptar a las condiciones de vida actual.

LIBERALISMO

En la terminología contemporánea, hay dos liberalismos que, no obstante, su origen es común, pueden representar posiciones antagónicas. El primero es el que designa a la filosofía política de la libertad, del progreso intelectual y ruptura de las cadenas que inmovilizan al pensamiento. El segundo es concretamente el liberalismo económico nacido en el siglo XVIII o sea, la teoría de laissez faire como aplicación específica del liberalismo individualista al fenómeno económico. Es tan estrecha la relación histórica entre el liberalismo y la democracia, tal como esta se la entiende hoy en el mundo occidental, que los conceptos casi se confunden. El poder político estaba totalmente descentralizado, eran gobernadores de conformidad con ciertas prácticas de costumbre, pero, en último análisis, a voluntad del señor. Los gremios, tenían reglas establecidas para la forma de producir sus artículos, para fijar precios y plazas de ventas a los mismos y para limitar el número de unidades manufacturadas. La iglesia desempeñaba un papel preponderante. La aplicación de los inventos mecánicos a la producción de los artículos que requiere la sociedad determina la aparición de nuevas formas de vida y de trabajo. La escuela económica mercantilista, cree descubrir que el secreto de la riqueza y el poderío de las naciones residen primordialmente en la acumulación de metales preciosos. Cuando los productores elevan sus precios y obtienen buenas utilidades, su natural interés los mueve a aumentar la producción. Más allá del ritmo y medida de crecimiento normal la empresa contemporánea tiene así tres caminos principales hacia las dimensiones de la elefantiasis: a) el oligopolio que, a diferencia del monopolio, al que nos referimos después, significa no la absorción total de un renglón de actividad de negocios por una empresa, sino por un reducido número de empresas. b) el conglomerado o amalgama de empresas que bajo una administración central, abarcan una gran variedad de actividades de producción y comercio. c) la empresa multinacional: es la expiación del capital más allá de las fronteras del país, pero no en la cruda forma tradicional colonialismo económico, sino mediante la asociación del capital exportado con el de los países recipientes de la exportación. La injerencia del estado en el fenómeno económico es cada vez mayor y más imperiosa.

DEMOCRACIA

Proviene de los vocablos griegos demos, pueblo, y Kratos, autoridad o gobierno. Frente al poder divino que desea encarnar y ejercer los monarcas de tiempos pasados, o a la predestinación que invocan ciertas doctrinas en favor a las minorías selectas, la democracia propugna el concepto de la soberanía popular, o sea, el derecho del pueblo todo a gobernarse por sí mismo, con finalidades que representan el interés de todo el pueblo. Por pueblo se entiende que es todo el pueblo sin excepción. El hecho de adoptarse la decisión de la mayoría no significa que se presida a la minoría.
No preside determinada forma orgánica de gobierno, y se la puede practicar dentro de regímenes político-administrativo. El funcionamiento de una verdadera democracia se plantea de esta manera: a) el sufragio o voto popular a través de la que se expresa la voluntad del pueblo; b) un estado constitucional que establece y limita los derechos y atribuciones del individuo y del estado; c) la división de poderes dentro del estado; d) la adaptación y vigencia de principios fundamentales. El culto de la razón, el debate libre de todas las ideas y desarrollo en general contribuyen, decisivamente a liberar de trabas al espíritu humano y dar al hombre una clara noción de su valor y de su destino. Los privilegios de la monarquía y de la aristocracia fueron desmoronándose gradualmente para dar paso a un sistema cada vez más completo de libertades y garantías y una injerencia cada vez mayor del pueblo en el gobierno. Recordemos que la democracia, navegando entre conceptos jurídicos, políticos y éticos, se había ocupado para asegurar la proclamación y el ejercicio de derechos que se referían a la libertad, a la justicia igualitaria y a la anulación de los privilegios de casta. La “liberación de la necesidad” viene a corregir esa falta de los planteamientos democráticos liberales. La democracia fue concebida como un recurso para conciliar al gobierno con la libertad. La oposición que se concreta al combatir el despotismo con métodos ilegales, da lugar a un mayor deportismo para contrarrestar la conspiración, y así se crea el círculo vicioso en que han venido girando muchas seudodemocracias. Cuando se quiere precisar una causa determinante de este proceso de descomposición, es fácil señalar como culpables al subdesarrollo, la miseria, la ignorancia y la acción del imperialismo.

SOCIALISMO UTÓPICO

Utopía significa quimera, ilusión. Lo utópico es lo que se suena y, en su calidad de sueño, es no solo irreal si no también un tanto irrealizable. Pero, hay algo que asigna su especial condición “utópica” al socialismo con ese nombre, y es que este se limita a delinear la imagen de un mundo perfecto, sin determinar con precisión los procedimientos que, en la práctica, habrán de materializarlo. Por otra parte, el socialismo utópico deposita una fe excesivamente e ingenua en el simple deseo de progreso y renovación del hombre. Utopía es un país imaginario que está organizado en torno a un conjunto de pequeñas comunidades que, dentro de un sistema comparable al de las modernas cooperativas, produce lo necesario para satisfacer las necesidades de la colectividad. La propiedad privada quedara completamente repartida por medio de acciones. Todos los utopistas comparten la noción de que el hombre es fundamentalmente bueno y que atesora en su naturaleza ricos elementos germinales de sociabilidad y cooperación. Esta reforma concreta en los siguientes tres puntos principales: socialización de los instrumentos de producción, empezando por la tierra. Supresión de la herencia, que contribuye a crear la “riqueza injustificada” y excesiva. Supresión de la moneda y sustitución de esta por bonos de trabajo.
Supresión del sistema de la empresa privada competitiva, y sustitución de la misma por un sistema de “cooperación” destinado a producir lo que la colectividad necesita para su consumo directo. Protección del individuo mediante leyes sociales y sistemas de seguro que hagan desaparecer la incertidumbre que da origen al apetito posesivo y al atesoramiento. Distribución y sistematización del trabajo para hacerlo eminentemente grato y productivo. Producción sin finalidades de lucro, sino de simple abastecimiento de la comunidad. Educación difundida a todos los estratos sociales. Desplazamiento del estado centralizado por consejos administrativos funcionales que no ejerzan poder político, sino simples atribuciones administrativas. Igualdad completa de derechos entre todos los hombres y entre varones y las mujeres. Su propósito de organizar pequeñas comunidades fraternales, urbanas o rurales, invoca una semejanza digna de atención con los planes de las “utopías” y “armonías” en las que se buscaban nuevas formas de asociación y convivencia humana, eminentemente cooperativa, prescindiendo del concepto de autoridad y de las primordiales preocupaciones económicas de las sociedades actuales.  

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