LA PRIMABERA SILENCIOSA
Enviado por DALIACD • 1 de Septiembre de 2014 • 1.379 Palabras (6 Páginas) • 315 Visitas
PRIMAVERA SILENCIOSA
RACHEL CARSON (1962)
Existe un problema ambiental en el que la mayoría de los humanos participa, sin darse cuenta del peligro de las consecuencias, ya que el hombre está cambiando la naturaleza, destruyéndola para que quede de la manera en que más le convenga, pero lo único que hace es destruirse a sí mismo. Cada año nos acostumbramos a 500 nuevos productos químicos que nosotros mismos creamos, cada insecticida nuevo que se crea tendría que ser más fuerte y eficaz que el anterior pero esto trae como consecuencia que los insectos se vayan adaptando a estos y producen razas inmunes a los insecticidas.
Los seres humanos desarrollamos inventos y utilizamos a la materia prima que nos ofrece la naturaleza de muchas maneras, en su gran mayoría para facilitarnos la vida. Podemos estudiar la química para poder hacer nuevos compuestos, pero no tomamos en cuenta que para que nuestro planeta este en perfecto equilibrio como llego a estar tomó más de 100 años, tomo miles de millones de años, pero nosotros queremos llegar a desarrollar todas estas transformaciones en mucho menos tiempo sin importar las consecuencias.
En los últimos 100 años hemos descubierto cientos de miles de nuevos compuestos químicos, entre estos están algunos que nos afectan a nosotros mismos y a toda la naturaleza que nos rodea. Como por ejemplo los insecticidas, que en Estados Unidos se han producido 124.259.000 libras de insecticidas en 1947 y aumento su producción a 637.666.000 libras en 1960. En un principio, estos insecticidas fueron en un tiempo el gran milagro de la ciencia, es más su descubridor Paul Müller gano el premio Nobel en 1939. Este descubrimiento permitió que se eliminen las “plagas” de insectos de los cultivos agrícolas por completo, en ese entonces parecía que no iban a haber ningún tipo de repercusiones, pero no fue así. Hoy en día es casi imposible poder encontrar una población de seres vivos que no se encuentren infectados de una u otra manera por estos mortíferos químicos, ya que al ser esparcidos en campos agrícolas, los alimentos fueron contaminados, al ingerirlos nosotros también nos contaminamos, y al mismo tiempo los animales sufrieron el mismo futuro. En su afán de destruir las plagas que dañan los cultivos, y las malas hierbas, el hombre ha creado químicos, que no sólo matan a la plaga que quiere sino también a las plantas, a los animales y hasta al propio hombre, pues muchos de los insecticidas que ha creado son cancerígenos.
Lo peor de todo es que las plagas que quiere destruir se han adaptado a los insecticidas por lo que con el tiempo ya no les causan ningún daño, a consecuencia de eso el hombre crea insecticidas y plaguicidas más potentes, y con eso sólo logra causar más y más daño al ambiente.
No sólo extingue especies, y disminuye drásticamente su población sino que también interfiere en sus modos de vida, como el caso del petirrojo que viajaba hacia el norte en primavera, pero al destruir su hábitat y su alimento (que eran lombrices) el petirrojo dejó de viajar y los contaminantes que usaron para matar las plagas afectaron su modo de reproducción.
El hombre también ha acabado con áreas verdes, y bosques, está destruyendo su propio planeta, contaminando también los mares, así como las aguas subterráneas que a su vez contaminan los suelos.
Acaba tanto con la fauna como con la flora sin darse cuenta que todo es indispensable para mantener un equilibrio ecológico que él mismo está rompiendo para satisfacer sus necesidades de la manera más cómoda, sin importarle la contaminación ni la vida de los demás seres vivos del planeta.
El origen de los insecticidas se dio cuando apareció la industria de fabricación de materias sintéticas, antes de estos se usaba el arsénico que era un mineral letal y muy tóxico. En la actualidad los insecticidas son mucho más mortíferos y se pueden clasificar por el DDT o los hidrocarburos clorados, los cuales se trasladan fácilmente de un organismo a otro. Al ser un compuesto liposoluble tiene la característica de almacenarse en órganos grasos del cuerpo humano como los intestinos o el hígado. Al momento de ser ingerido, este “veneno” aumenta su cantidad dentro de nuestro organismo hasta 100 veces
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