CRISIS SILENCIOSA
Enviado por reivax • 26 de Agosto de 2021 • Ensayo • 1.989 Palabras (8 Páginas) • 116 Visitas
CRISIS SILENCIOSA
La incertidumbre conlleva un panorama oscuro complicando el crecimiento y la recuperación ante la aparición de una desaceleración de la actividad. Mantener unas favorables condiciones de financiación es fundamental para reducir la incertidumbre y reforzar la confianza.
Los planes se diseñan para que se cumplan.
. Resilencia: capacidad de adaptación a un medio hostil para encontrar el equilibrio entre cultivar el negocio, sostenerlo y mantener el dividendo.
. Adopción de medidas de contención provocadas por el descenso de la actividad económica.
La digitalización es el motor de la actividad económica impulsando modelos de negocio, optimizando costes, abriendo nuevas fuentes de ingresos y aumentando el crecimiento a largo plazo, la competitividad y estimulando el empleo. Al descarrilamiento de las proyecciones de crecimiento se le suma la devaluación de los salarios y la desigualdad.
En economías en recesión la implantación de un sistema impositivo progresivo incrementa la desigualdad al reducirse la renta disponible de los hogares, amplificando el golpe sobre el consumo privado: cada gasto en la economía proviene del ingreso del otro.
Una disminución de los impuestos hace aumentar el consumo agregado incrementando los ingresos totales: mayor propensión marginal del consumo de los hogares de renta media y baja donde las rentas altas aumentan la renta disponible y el ahorro al tener cubierta todas las necesidades. Cualquier tipo de subida de impuestos, el efecto sobre el PIB y el empleo es el opuesto.
En lo referente al tema bursátil, la volatilidad puede crecer obligando a las empresas a adaptar las nuevas estimaciones de la cuenta de resultados a la nueva realidad ante la generación de desajustes económicos que afectan a sectores y empresas, quiebras empresariales.: Los inversores huyen de todo lo que huele a riesgo.
En este mare magnum los ingresos empresariales caen como consecuencia del menor consumo y de las transacciones (disminución del flujo comercial).
Si los mercados descuentan 10 años de beneficios y se han perdido dos años por la pandemia (Covid 19), la bajada en bolsa puede llegar a alcanzar el 20% desde el primer día del año.
Las empresas monopolísticas, aquellas con oferta inelástica sin muchos competidores y donde la demanda del producto o servicio no cambia a pesar del aumento del precio van a escavar el “suelo fiable” donde se asientan.
Aquellas empresas que no tienen un enfoque concreto y no están concentradas caen en grandes riesgos poniendo en peligro su supervivencia por la falta de liquidez y de alternativas para generar ingresos y caja.
En la incertidumbre hay que invertir siempre pensando cuando se van a vender los flujos futuros a valor presente y observar los resultados a largo plazo (3 a 5 años): los eventos suelen aparecer cada 100 años y las recesiones una vez cada década.
Los problemas complejos siempre se resuelven con una racionalización simple.
Ejemplo:
Sectores cíclicos, viajes, hostelería, restauración, shopping; en enero de 2021 llegaron a EEUU 350.000 turistas y 300.000 estudiantes.
Supuesto:
Probabilidad que el 1% hubiese venido a España = 6.500.-
Probabilidad que el 1% tuviese un alto poder adquisitivo = 65.
Toda recesión tiene el riesgo de convertirse en una crisis financiera si las empresas comienzan a tener problemas para devolver los créditos y por ende los bancos sufren un aumento de la mora en sus balances apareciendo el denominado “riesgo de histéresis” o daños permanentes.
Un futuro incierto conlleva un aumento del ahorro preventivo y a una mutualización de las perdidas.
- Aumento considerable de los préstamos dudosos; exposiciones dudosas.
- Aumento de riesgo de histéresis.
Una recesión se convierte en sufrimiento económico durante décadas en países con un mercado laboral débil, agravándose su debilidad descapitalizándose el factor trabajo.
Un shock no económico afecta tanto a empresas productivas como improductivas de manera indiscriminada donde los bancos, en épocas traicioneras, solo conceden créditos en función de la capacidad de pago, por lo cual muchas empresas endeudadas se exponen a su supervivencia desencadenando un circuito de retroalimentación entre la economía real y el sector financiero.
Estos efectos negativos permanentes reducen la producción a corto y medio plazo, siendo por ello que las anomalía aparecidas obligan a aumentar la deuda como consecuencia del incremento de la capacidad de ahorro forzado por la crisis, por el desplome tanto de los salarios como de las rentas disponibles, por el consumo limitado y por la reducción de las decisiones de gasto.
El debacle de la economía, provoca una recesión del PIB; la contracción lleva aparejada una caída de la producción (dudas y cautelas) y una lenta recuperación sostenida por un desplome de los ingresos. Un aumento de la presión fiscal hace que se incremente la deuda pública como consecuencia del déficit.
Las restricciones amenazan la recuperación económica elevando el pesimismo entre los inversores que provocan una tensa calma en el mercado laboral como antesala a la tormenta del desempleo: crisis de liquidez, préstamos blandos, insolvencias, altas tasas de paro, destrucción de la ocupación por la elevada estacionalidad de la economía y olas de quiebras.
En recesión, las insolvencias van de la mano de desempleo masivo: el desempleo aumenta tres veces más si la caída del PIB va acompañada de un aumento de quiebras en porcentaje similar.
Cuando los Países comienzan a acumular reservas, reducir los niveles de endeudamiento y mejorar la situación fiscal, las entidades financieras tienen que afrontar cambios en los hábitos de consumo de los clientes ofreciendo servicios y productos a medida, mediante la incorporación de la digitalización:
- Reducción de costes.
- Mayor eficiencia y agilidad de procesos.
- Evita los errores humanos en las gestiones con los clientes; un proceso digital reduce de tres a custro veces los errores humanos,
- Ahorro de tiempo.
- Acceso a mayor información sobre los productos y servicios.
- Mayor seguridad en las transacciones y operaciones bancarias.
- Atención al usuario 8.760 horas al año.
- Privacidad y gestión de datos.
- Mejora y personaliza la experiencia del cliente.
- Aumento de la confianza y vinculación.
Con todo ello se consigue: alta liquidez, solvencia, fiabilidad, balance solido y crecimiento sostenido.
En una situación donde se den simultaneamente deflación y recesión puede aparecer la temida reversión de los tipos de interés, (máximo aceptable = -1%), generando efectos contractivos en el crédito.
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