La Educación Encierra Un Tesoro

En la actualidad el mundo ha sufrido cambios importantes en ámbitos, sociales, culturales, económicos, tecnológicos, científicos, etc.; pero un aspecto fundamental ha sido la participación de la educación, ya que esta no puede quedarse estática ante estos cambios, debe responder a las necesidades de la nueva sociedad.

Muchas han sido las preocupaciones en investigar para valorar los resultados que han emanado del proceso educativo, pero en 1993 la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, revisó las problemáticas y necesidades que enfrentan, la tarea de dirigir esta comisión fue encomendada a Jacques Delors, la importante participación de profesionistas en la materia permitió hacer recomendaciones necesarias sobre las consideraciones que deben tenerse, para poder ofertar en el siglo XXI una educación basada sobre todo en términos tecnológicos globalizados.

Una de las tareas trascendentales que se le asigna a la educación es que sea una herramienta de enlace y no de exclusión, lo fundamental para ello es saber integrar las expresiones culturales, formas de pensamiento, niveles económicos, creencias religiosas, etc., la finalidad es encontrar un equilibrio entre todos los elementos para poder hablar de una enseñanza pluralista incluyente, para crear una sociedad democrática, “las exigencias de la globalización y de la identidad cultural no deben considerarse contradictorios sino complementarias” (Delors, Jacques, 2008, p. 39).

La educación no puede conformarse con solo memorizar o transmitir conocimientos, se reconoce que una de las ideas centrales, para una formación del siglo XXI, es la formación permanente, es decir que el alumno tenga la capacidad de poner en práctica lo que la escuela le enseña para poder actuar en situaciones practicas de la vida diaria. Al ser la educación un proceso en constante transformación necesita de la participación de la familia, la comunidad, alumnos, maestros y la sociedad en términos locales, nacionales y mundiales.

Para que la educación sea permanente a lo largo de la vida del alumnado se debe integrar de cuatro pilares de aprendizaje: aprender a conocer, aprender hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser, Carlos Kazuga Osaka en la Conferencia denominada “Educación del compromiso personal a la responsabilidad social” llevada acaba en enero de 2011, puntualiza que los pasos para lograr una calidad son el bien ser, el bien hacer, el bien estar y queda como resultado el bien tener, sin importar el orden, estos elementos trascienden en que el conocimiento debe manifestarse de lo conceptual al procedimental y actitudinal.

Aprender a conocer no significa dominar más conocimientos, sino dominar los instrumentos del saber, es decir, aprender a aprender, considerando la ejercitación, la atención, la memoria y el pensamiento; “Consiste para cada persona en aprender a comprender el mundo que la rodea, al menos suficientemente para vivir con dignidad, desarrollar sus capacidades profesionales y comunicarse con los demás” (Delors, Jacques, 2008, p. 92).

Aprender hacer es la combinación de conocimientos teóricos con lo práctico, no se trata de adquirir una calificación profesional, sino se pretende la formación de competencias en los alumnos en ámbitos laborales, aspectos prácticos de la vida cotidiana, como pueden ser llenar formas en algunas instancias gubernamentales, hacer cálculos etc.

Aprender a vivir juntos, es la capacidad de comunicarse y trabajar con los demás como consecuencia de las relaciones interpersonales que se dan entre los miembros de la sociedad. Es necesario reconocer debilidades y fortalezas del individuo, para entender los demás y poder ofertar cualidades a nuestra sociedad, respetando la pluralidad y trabajando de manera cooperativa.

Aprender a ser a este respecto se afirma “La educación debe contribuir al desarrollo global de cada persona: cuerpo y mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individualidad, espiritualidad” (Delors, Jacques, 2008, p. 100), para dotar al alumnado de un pensamiento autónomo y crítico para que elabore un juicio de valor.

La educación que se debe ofertar en la aulas debe regirse por el principio de una formación permanente, es decir que se debe ofrecer un educación que valla más allá de lo formal, los cambios tecnológicos y científicos derivados de la globalización obligan a la clase trabajadora a renovarse, a dominar y perfeccionarse en el uso de instrumentos especializados que requieren de una capacitación permanente, sin importar la edad, raza o sexo, por lo tanto la tarea fundamental de la escuela es cimentar las bases que demanda el aprendizaje permanente, y la base fundamental son los cuatro pilares de la educación que se mencionaron con anterioridad.

La educación básica juega un papel importante dentro de la formación permanente, “… es donde se fraguan actitudes hacia el aprendizaje

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