La Escuela Lancasteriana Inc

Wilfrido Gerardo Flores Hernández nacido el 25 de junio de 1948 en la Villa de Tezoatlán de Segura y Luna, Oaxaca, autor del libro: “La escuela lancasteriana, Evocación de un niño” narra sus vivencias en la Escuela Particular Laica “Lancaster”, así como los métodos y castigos que eran impuestos por la Maestra.

Los 93 alumnos inscritos en el año de 1953 en la escuela particular Laica “Lancaster” estaban a cargo de una sola maestra, la maestra Josefita Gálvez Paz, siguiendo el método lancasteriano seleccionaba y preparaba a los alumnos sobresalientes para que la apoyaran en su labor docente.

Los alumnos estaban distribuidos por hileras de acuerdo al grado que cursaban, en la primera fila se encontraban los niños de párvulo, en la segunda los de primero, en la tercera los de segundo, en la cuarta los de tercero y en la quinta los de cuarto, había un alumno ayudante o monitor por cada fila los cuales se encargaban de revisar o enseñar a sus compañeros, mientras que la maestra impartía las clases ellos debían revisar que todos los alumnos pusieran atención a y realizaran lo que ella indicaba, cuando algún compañero se equivocaba o no podía realizar la tarea encomendada debían reportarlo con la maestra y ella se encargaba de impartir el castigo.

Los castigos consistían desde un coscorrón, hasta hincarlos sobre piedras de hormiguero con los brazos en cruz, o bien encerrarlos en un cuarto oscuro, sin dejar pasar el castigo de dejarlos todo el día de pie en una esquina con orejas de burro y un letrero que decía “soy un burro”.

La jornada de trabajo era de horario discontinuo, se realizaba de lunes a viernes, el horario matutino era de las nueve a las doce, por la tarde regresaban de tres a cinco que era el horario vespertino, los horarios estaban definidos para cada una de las materias, a las 11:00 AM se iniciaba con matemáticas el grado de complejidad en

...