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La Inteligencia Emocional


Enviado por   •  11 de Diciembre de 2012  •  2.318 Palabras (10 Páginas)  •  458 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Para entender qué es la inteligencia emocional, es necesario entender varias cuestiones como ¿qué es lo que pasa en nuestro cerebro al experimentar una emoción?, ¿de dónde provienen las emociones?, ¿cómo controlarlas?, ¿si tengo un coeficiente intelectual alto, significa que puedo ser más exitoso en la vida que los demás? O ¿en qué ámbitos puedo aplicar la inteligencia emocional?

Daniel Goleman, en su libro, Inteligencia Emocional, revoluciona el concepto de “inteligencia”, rompiendo los esquemas típicos que indican que el intelecto solo se puede determinar mediante herramientas académicas y explica que el éxito de una persona no depende solamente de su coeficiente intelectual o de sus estudios académicos, si no también de la inteligencia emocional, que según el autor es la capacidad de reconocer los sentimientos propios y los de los demás, para así manejar bien las emociones y tener relaciones más productivas con quienes nos rodean.

Por ello, las personas consideradas “expertas emocionalmente” pueden tener mas éxito a lo largo de su vida que las que tienen un mayor coeficiente intelectual ya que pueden entender las emociones de los demás y utilizarlas a su favor

Nuestros impulsos emocionales deben ser comprendidos para así controlarlos, y poder tener mejores tomas de decisiones con el objetivo de desarrollarnos adecuadamente en la vida, nos explica el origen de los asaltos emocionales, la importancia de la amígdala, que es la estructura encargada de generar emociones. Hay varias formas de controlar nuestros impulsos pero el primer paso es conocer cómo funcionan.

PRIMERA PARTE

EL CEREBRO EMOCIONAL

- se habla del cerebro emocional, de la parte mas biológica de las emociones, de los resultados de las investigaciones mas recientes del cerebro. Y se demuestra que a pesar de que el hombre es un animal racional a veces se deja llevar por los impulsos emocionales mas irracionales, y que el C.I aporta tan solo un 20% de los factores determinantes del éxito, pues no nos prepara para las dificultades que encontraremos a lo largo de nuestra vida. Pero estos impulsos emocionales pueden ser controlados y se nos muestra el camino mas adecuada para modelarlos.

Las personas contamos con un repertorio emocional con variantes que incluyen: el miedo, la ira, la felicidad, la sorpresa, etc. Pero ¿para qué nos sirven estas emociones?, ¿no sería mejor no tenerlas? Las emociones son fundamentales en nuestra vida y nos son de gran utilidad para nuestro correcto desarrollo, son guías que nos orientan en momentos importantes, nos ayudan adaptando al cuerpo para superar situaciones difíciles, como la tristeza que nos ayuda a acumular energía para superar una pérdida notable.

Por varios años se ha pensado que el Coeficiente Intelectual es la medida más representativa para determinar quien podrá ser exitoso en el futuro pero, en realidad, lo que determina esto es la capacidad para enfrentar retos y problemas de la vida, saber cómo tratar adecuadamente con la gente para así poder entrar a grupos sociales determinados, incluso el éxito se ve alcanzado a veces por mera suerte. Es por ello que el las pruebas de intelecto son relativamente incapaces de darnos algún resultado significativo. La enseñanza ofrecida en las escuelas no nos proporciona armas para defendernos ante situaciones reales y comunes que nos presenta la vida, ni cómo controlarnos cuando nuestras emociones aplastan nuestra razón.

Seguramente todos hemos experimentado un asalto emocional sin saber que lo es, por ejemplo una carcajada o un ataque de ira o temor, esto es a causa de la amígdala, que es la encargada de mandar señales al cuerpo para generar la reacción adecuada, “la amígdala es la especialista en asuntos emocionales”1 p 34, es como una central de alarmas que, en el momento en que recibe señales de los sentidos, se pregunta si aquello es algo desfavorable para nosotros y si es así, entonces manda señales a las partes del cerebro correspondientes para actuar, pero ¿por qué los impulsos nerviosos pasan directamente a la amígdala en lugar de pasar primero por la neocorteza cerebral correspondiente? La respuesta está en un pequeño conjunto de neuronas que unen directamente al tálamo con la amígdala, lo que le permite a la segunda recibir algunas entradas directas de los sentidos y es cuando la amígdala hace que reaccionemos antes de que podamos identificar bien lo que está pasando; por lo tanto aunque no tuviéramos corteza auditiva o visual, es probable que siguiéramos reaccionando ante situaciones que nos causen temor. En pocas palabras, “el sistema emocional puede actuar de forma independiente de la neocorteza” 2 p 35. Además de la amígdala, contamos con una estructura del sistema límbico llamado hipocampo. El hipocampo recuerda los datos simples y la amígdala recuerda las emociones que acompañan esos datos. El problema es que no todas las situaciones, que causan un fuerte impacto para quedarse grabadas en la amígdala, vuelven a suceder y si el hipocampo determina que es una situación “igual”, la reacción también será la misma aunque en realidad solo sea un poco similar, lo que hace que a veces, este sistema acción- reacción sea un tanto impreciso.

Otro problema surge cuando las emociones interfieren con nuestros procesos mentales y no podemos “pensar bien”, lo que a la larga pueda traer problemas en la capacidad para aprender. He aquí otro problema de los test de CI: los puntajes bajos no registran que en el fondo se deben a un problema emocional.

Sin embargo las emociones no están peleadas con la racionalidad, al contrario, nuestro correcto desempeño se da por la armonía entre ambas.

SEGUNDA PARTE

LA NATURALEZA DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL

- en esta parte se aplican los datos biológicos de la primera parte del libro en lo que se denomina inteligencia emocional, esa disposición que nos permite tomar las riendas de nuestros impulsos emocionales. Se hablara de la capacidad de motivarse uno mismo y se examinaran las raíces de la empatía. Esta parte también toca un tema que será recogido posteriormente en otros capítulos y es el del control de las relaciones y las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal.

Como ya había mencionado anteriormente, las pruebas de inteligencia dicen en realidad muy poco de nuestra verdadera capacidad social y emocional, lo que se puede representar con la frase “lo inteligente es tonto” 3p53. Se habla de que as personas no tenemos algún tipo de inteligencia en específico sino que tenemos varios tipos de inteligencia que se van desarrollando con el tiempo

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