Las Obras Que Reflejan La Realidad De Sus Autores

Las obras que reflejan la realidad de sus autores

“La felicidad reside en los pequeños detalles”

-Anónimo-

Es común encontrar que a lo largo del tiempo la historia se repite a manera de un ciclo sin aparente fin. Esto se puede saber actualmente gracias a la existencia de escritos históricos, los cuales narran los sucesos acontecidos en una época, ya sea una anterior o actual a ellos; sin embargo, también se puede conocer la historia mediante las obras de los diferentes artistas. En el caso de los escritores, sus obras plasmaban en ella características de la realidad, por lo que según su época estos literatos podrían converger en su corriente literaria, estilo narrativo e incluso en la temática de sus obras. Así, encontramos importantes congruencias o similitudes en las obras Noches blancas y El hombre de la multitud, de Fedor Dostoievski-enmarcado en el Realismo ruso- y Edgar Allan Poe- representante del Romanticismo norteamericano- respectivamente, quienes las escribieron en la primera mitad del siglo XIX, teniendo claro que primeramente se da el Romanticismo como movimiento cultural y estético y lo sucede el Realismo como contrarrestante de éste.

La pérdida de la identidad individual es un tema tratado en ambas obras, precisamente porque es en una ciudad donde las dos historias toman parte. Ciudad, la cual en Noches Blancas es descrita como una urbe de colores pálidos y gris, en la cual transitan a diario multitudes de gente.

“Justo cuando las gentes han terminado todas sus diligencias, sus obligaciones, sus asuntos pendientes y se apresuran por llegar a sus casas para almorzar y después, recostarse y descansar.” (Dostoievski. Página.34)

Y en El hombre de la multitud, igualmente esta ciudad se describe como una urbe llena de avenidas, tiendas, callejones y una masiva cantidad de personas que transitan en ésta durante todo el día:

“Dicha calle es una de las principales avenidas de la ciudad, y durante todo el día había transitado por ella una densa multitud. Al acercarse la noche, la afluencia aumentó, y cuando se encendieron las lámparas pudo verse una doble y continua corriente de transeúntes pasando presurosos ante la puerta.” (Poe. )

Esta condición de grandes multitudes permite que se dé la pérdida de la identidad individual de las personas, ya que los días se muestran monótonos y repetitivos, por lo que la gente puede ser aglomerada y clasificada fácilmente dentro de grupos sociales al interior de ambas obras; ya que sus trabajos y la presión del medio citadino, los hace subyugarse ante un orden ya establecido y a un comportamiento que todos deben seguir. Formando entonces dichas multitudes, en las cuales todos están sujetos a ser una simple persona más que camine entre un tumulto; que parece no poseer un rasgo único que los identifique y que los haga sobresalir entre los demás. Pareciendo que son, copias el uno del otro; individuos emergidos de un mismo y único molde y, a su vez carentes de voluntad o pensamientos propios. Es decir, seres alienados.

Así, al ser personas reprimidas por la multitud, éstas se vuelven entonces falsas, pues no pueden mostrar su verdadero ser, su verdadero yo. En el caso de Noches blancas, las personas son frías y adustas, mostrando su verdadera alegría y forma de ser cuando se encuentran en el campo, a tal punto, que brindan al personaje cierto tipo de calidez que jamás había notado en ellos debido a que no son asfixiados por la presión de la cuidad.

“Los transeúntes me miraban con tanta afabilidad que se diría que les faltaba poco para saludarme. No sé por qué todos estaban alegres, y todos, sin excepción, iban fumando cigarros. También yo estaba alegre, alegre como hasta entonces nunca lo había estado. Era como si de pronto me encontrase en Italia ¬tanto me afectaba la naturaleza, a mí, hombre de ciudad, medio enfermo, que casi comenzaba a asfixiarme entre los muros urbanos” (Dostoievski. Página 16)

En El hombre de la multitud se muestra que las personas en la multitud son seres falsos que se esconden detrás de su sonrisa y que no muestran su verdadero ser, sino que se mueven entre las masas y utilizan su falsa amabilidad para abrirse paso

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