Los relámpagos de agosto.

Los relámpagos de agosto

La novela de Jorge Ibargüengoitia es narrada por Lupe quien fue asignado como secretario particular del nuevo presidente electo Marcos (quien fue su amigo), Lupe se entera de su asignación por una carta que el señor Marcos le manda y es entonces que Lupe decide dejar a su esposa y prole para aventurarse en su travesía revolucionaria llena de desventuras.

Parte de Viey, Vieyra para llegar a la capital para tomar su puesto cerca de Marcos, en el tren se encuentra con Macedonio Gálvez que había sido exiliado por Marcos, Macedonio le pide que no avise a nadie y Lupe decide concederle ese favor e invitarlo a comer, cuando terminan de comer, Macedonio dice ir al baño pero ya no regresa, Lupe se molesta y vuelve al tren a buscar sus cosas, es ahí donde sucede lo que el llamaría “el primer golpe de infortunio” pues descubre que después de que Macedonio saliera del restaurante fue al tren a robar la pistola de concha que pertenecía a Lupe, cuando éste se da cuenta decide reportar su aparición en México en la siguiente cabina telefónica; al llegar a la cabina telefónica se entera de una noticia que cambiaría su trayectoria política pues Macos González había muerto.

Después de hospedarse en el hotel de la Ciudad de México sus compañeros militares Trenzas, el Camaleón, Valdivia pasaron por el para ir al funeral de su queridísimo amigo y jefe Marcos, todos estaban conmocionados pero debían tomar una decisión sobre cómo se manejaría el país, por otro lado Lupe estaba platicando con la esposa de Marcos quien le dijo que el ultimo deseo de su esposo era que Lupe se quedara con su reloj de bolsillo pero éste no se podía conceder pues el reloj que por la mañana estaba en la mesa de a lado de la cama había desaparecido y como sospechoso de aquel desaparición estaba Pérez H. Un hombre que según Lupe era despreciable, Lupe decide no cobrarle la mala jugada en ese instante porque el ambiente ya era malo de por si.

Todos los simpatizantes de Marcos se reunieron en la sala durante el funeral para planear y decidir quien y como seria sucedido el cargo presidencial, leyendo la constitución llegan a la conclusión que el que tiene derecho a este puesto por ley es el jefe de la cámara que en ese momento era Vidal, todos los que están reunidos ahí creen poder negociar con Vidal y convencerlo de que otorgue su puesto político a Valdivia, su plan de persuasión se llevaría a cabo al día siguiente, su planificación se pararía pues era hora de ir a sepultar a su jefe; después de la sepultura Lupe tuvo un encuentro con Pérez H en el cuál por impulso y en un arranque de ira por el supuesto robo Lupe aventó a Pérez H dentro de una fosa.

Al día siguiente un infortunio se presentó de nuevo, La Cámara había tenido sección de urgencia y en esta sesión se había nombrado a un nuevo presidente de cámara, este puesto había sido otorgado para la sorpresa de Lupe a Pérez H, todos excepto Lupe se alegraron pues Pérez H era su colega y entonces sería fácil de manipular pero Lupe detuvo su festejo y les dijo lo que había pasado, así que le sugirieron pedir disculpas pero Lupe se negó pues nadie le quitaba de la cabeza que Pérez H era un ladrón y como sus amigos seguían insistiendo decidió irse.

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