Pobre patria mia.

Pobre patria mía

Nos relata la visión de Porfirio Díaz un héroe para algunos, pero para otros un gran dictador (Con casi 30 años en el poder). Con mano dura rigió al país el cual ya se contaba en una fuerte presión política, sin lugar a dudas el país no era para nada libre.

Esta histórica, nos refleja muy bien el fuerte amor y nacionalismo que le tenía a México, y nos ubica el 26 de mayo de 1911 en día en el que el General Díaz y su esposa Carmen abandonen la ciudad de México por el puerto de Veracruz la breve estancia en Veracruz, la escala en La Habana y la llegada al El Havre. Ferrocarril mexicano, buque, ferrocarril europeo, burro en Egipto y llegar a Europa en el Ypiranga.

Desafortunadamente padecía de una postumilla, que le impedía probar alimentos sólidos, y que tenía que ver a su médico de cabecera. Nos dice que, llegando a Veracruz, fue muy bien recibido y le mandaban cartas de agradecimiento. Aunque todavía no salía del país, él tenía la preocupación de dejar a su pueblo y que no iba a poder hacer nada.

Su esposa lo apoyaba y trababa de tranquilizarlo, que no se mortificara, que pensara lo bueno que se la iban a pasar al salir por un tiempo juntos. Y primero zarparon hacia cuba, la habana donde recibieron la invitación del presidente de cuba a la boda de su hija.

Pero no lo hace por gusto, si no por el exilio que se ganó por defender y amar a la patria, pero Díaz son poder hacer más gracias a la edad y la enfermedad, sólo le queda como enemigo el tiempo, nostálgico nos cuenta su vida desde que era un pequeño niño nacido en Oaxaca, además nos cuenta su pequeño viaje en el solitario Ypiranga, hasta que el 2 de julio del mismo año llega a París, su nuevo hogar lejos de su tierra querida.

El lo que más siente es traición de parte de los mexicanos, pero algo radical pasa, al llegar a Francia es muy bien recibido por los políticos de ese país, La dan el pésame por lo que pasó en el país y le dan su apoyo, lo admiran y lo ven como un héroe.

Pero esto no termina aquí, al llegar a París ya establecido le empiezan a llegar cartas de varias personas diciendo que lo extrañaban, y que la situación en México no ha mejorado, al principio por cortesía del general contestaba de inmediato, pero le dolía el hecho de no poder volver, de que extrañaba su tierra, además de que su esposa Carmen siempre evitaba el tema de México, él pensaba en su viaje a Egipto y como comparo las pirámides de aquel lugar con las de Teotihuacán, tanto cultural como en cuanto a riqueza.

Extrañaba como antes lo mencionaba su vida en Oaxaca junto con su ex esposa Delfina y con la que tuvo dos hijos y su hija adoptiva Amanda, pero Díaz la quería como si fuera de su propia sangre.

Aunque desde el exterior el se enteraba gracias a periódicos y amigos lo que pasaba en México los movimientos de Madero, los cuales a el le parecían detestables y mediocres ya que sabía que Madero en vez de tener amigos cerca, tenía más enemigos que nunca ya que Díaz dejó a varios aliados en el Gabinete, además que gracias a esto se entera de su muerte con Pino Suárez por culpa de Victoriano Huerta el cual decide mandar una carta a Mondragón para que estas muertes paren.

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