Resumen La CAJA

Universidad Tecnológica de Honduras

ASIGNATURA:

Estrategias Fiscales

CATEDRATICO:

Lic. Fátima Aurora Rivera Matute

LA CAJA

¨Cómo manipular nuestra productividad¨

PRESENTADO POR:

Roberto Francisco Orellana Chavarría

No. DE REGISTRO:

251063840

San Pedro Sula, Cortes Agosto 10, 2013

I N T R O D U C C I O N

En la historia de este libro se aborda el tema de la productividad, analizando diferentes conceptos como el autoanálisis y autoengaño, tomando en cuenta la problemática de la empresa Zagrum, y las experiencias de algunos personajes como Bud, Kate y Tom quienes no sólo reflejan estos conceptos en el ámbito de sus organizaciones, sino lo pueden trasladar a su vida personal.

El libro lleva por nombre “La Caja” porque se hace la comparación de la situación de las personas en sus trabajos, ya que según el libro las personas que se auto engañan y se auto traicionan, viven como si estuvieran encerradas en una caja y como están encerradas allí no se dan cuenta de la problemática en la que viven y por lo tanto no quieren cambiar por no salir de su zona de confort; como no cambian y se adaptan a la evolución de sus empresas, pues tampoco su productividad cambia y sus resultados siempre son los mismos. Y así, sus resultados tampoco varían.

Esta tendencia se ha visto incrementada en las organizaciones y no sólo afecta la productividad de las personas, sino también afecta al ambiente de trabajo y a otros aspectos como el compromiso, la motivación, la comunicación, el liderazgo y en general el desarrollo de las personas y de la organización.

El libro consta de tres partes fundamentales, en la primera se aborda el tema del autoengaño y la caja, en la segunda se analiza cómo es que las personas entran en la caja y en la tercera parte y a manera de recomendación, nos plantean estrategias vinculadas al liderazgo para poder salir de la caja.

PRIMERA PARTE

El autoengaño y la ¨caja¨

“En la oscuridad de sus ojos es donde se pierden los hombres”

En el puesto de alta dirección de la línea de productos Zagrum. Bud Jefferson, la mano derecha de Kate Stenarude, presidenta de Zagrum. Descubrieron como solucionar un problema de la gente. No se centraban en los resultados y las estrategias empleadas eran clave para el éxito de Zagrum. Bud era un hombre de 50 años aproximadamente, juvenil, un hombre rico, pero modesto que se graduó de Harvard en Derecho y Administración de empresas.

Surge un problema que necesita ser solucionado.

Bud sabe que Tom tiene un problema en su actitud, en su estilo en el trabajo, en la manera cómo trata a su gente a cargo e inclusive a su familia. Pues tiende a ser muy despectivo. Logra ser amable y blando con ellos con tal que realicen las labores que Tom desea, pero en el fondo los desprecia. Se siente superior a los demás. El problema es que no trata a su gente a cargo correctamente y se está causando más daño del que es consciente. Al surgimiento de este tipo de problema, Bud reconoce tener los mismos síntomas y ofrece a ayudarle a Tom a solucionarlo. Se necesita conocer un problema que se halla situado en el núcleo mismo de las ciencias humanas.

Muchas veces nos olvidamos de los momentos felices que hemos vivido en nuestras vidas gracias al ajetreo de las actividades que realizamos cotidianamente. Y de repente cuando nos hacen recordarlos, es como un respiro, es como volver a la vida haciendo que en nuestro interior surjan un montón de emociones y pensamientos que simplemente nos hacen falta para seguir adelante. El devolvernos a tiempos en los que nos considerábamos más felices que ahora en la actualidad.

En el trabajo muchas veces se presentan situaciones en las que no estaremos de total acuerdo, pero es nuestro trabajo. Uno debe realizarlo de la manera mejor posible así no le convenga, así perjudique situaciones personales. En cambio, al presentarse una situación que nosotros consideramos como problema, creemos que todo lo que está a nuestro alrededor es el causante de dicho problema, pero muy en el fondo no nos percatamos de que, una simple situación, la hacemos parecer un problema porque nosotros mismos así lo queremos inconscientemente. No hay solución al problema de la falta de compromiso, si no se encuentra antes una solución al mayor problema de todos: el no poder darse cuenta de que no se está comprometidos del todo. Las cegueras que presentamos ante cualquier situación no son más que “autoengaños”, llamados así por los filósofos.

En Zagrum se le dio el nombre de “estar dentro de la caja”. Para decir la palabra correcta, nos sentimos “atascados” cuando se presenta una situación que nos disgusta, un problema que no podemos ver. Porque solo lo vemos desde nuestra perspectiva cerrada y nos reusamos a aceptar sugerencias de que la verdad fuese diferente. El autoengaño es la incapacidad para darse cuenta de que uno tiene un problema. Siendo el problema más destructivo en las organizaciones.

En Zagrum, la máxima iniciativa estratégica es reducir el autoengaño individual y organizativo. Creemos saber la razón a ciertos problemas, pero la realidad es que no sabemos nada, son simples suposiciones que sin saber el porqué, después de un tiempo de estudio sale a relucir la solución. No se tiene el conocimiento, sino los síntomas de un problema. Y la mayoría de las veces el problema somos nosotros mismos.

Siempre tenemos que buscar varias alternativas para poder encontrar solución a cualquier problema, no darnos por vencidos y ser pacientes. Cometemos muchos errores, pero es más sabio reconocerlos y aceptar las consecuencias y responsabilidad de nuestros actos.

Es necesario encontrar la raíz de los problemas, porque de nada sirve que se solucione un síntoma por el momento, si en un tiempo más adelante volverá a aparecer. Existe una manera de solucionar todos los problemas de una sola vez. Que es necesario que se descubra por uno mismo, siendo todo un logro. Para eso es necesario comprender todo lo necesario para estar seguro de que estrategias son las que se van a emplear y llevar a la práctica para resolver los problemas.

Es increíble como una sola persona puede liderar un grupo tan enorme. Y no solo eso, es más importante la fuerza que toma el sentimiento de la lealtad hacia esa persona. Puede que con solo una mirada o unas palabras, se logren muchas cosas, pero hay que saber inteligentemente cómo emplearlas. Es necesario que los leales sientan que

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