Sexualidad En La Pareja
Enviado por DaniAlv • 24 de Mayo de 2015 • 2.314 Palabras (10 Páginas) • 209 Visitas
El libro “sexualidad en la pareja”, escrito por Álvarez Gayou, hace mención de distintos temas relacionados a lo que se vive en una relación de pareja. Describe apartados como la función sexual, cómo lograr una buena relación sexual, enamoramiento y pareja, relación de pareja, salud sexual y salud bajo condiciones especiales; es decir, de una manera amplia y precisa, nos da una perspectiva de la sexualidad desde el ámbito biológico hasta el social y psicológico.
En relación al primer tema, “función sexual”, se da descripción de los órganos sexuales tanto externos como internos de cada sexo.
En cuanto a las mujeres, a los órganos sexuales externos se le denomina vulva, y está constituida por los labios mayores, labios menores, clítoris, meato urinario y el orificio vaginal; mientras que los órganos sexuales internos están integrados por la vagina, el útero, las trompas de Falopio y los ovarios. Aquí también se describe el Punto de Graffenberg o punto G, que es una zona que se encuentra en el tercio externo de la vagina, y que muchas mujeres refieren que, al ser estimuladas en esta zona, experimentan sensaciones orgásmicas muy intensas, que incluso las llevan a la secreción de un líquido.
Por otro lado, los órganos externos del hombre son el pene y el escroto. Al nacer, todos los niños tienen el glande (engrosamiento a manera de cabeza en el pene) cubierto por un repliegue cutáneo (prepucio) que debe ser capaz de retraerse fácilmente, y de no ser así, deberá someterse a cirugía, mediante una técnica llamada circuncisión. El término “escroto” se refiere a una especie de bolsitas que se encargan de contener los testículos, y mantenerlos a buena temperatura para que éstos puedan producir espermatozoides. Los órganos sexuales internos están constituidos por los tubos seminíferos (donde se producen espermatozoides) que desembocan en unos tubos más gruesos que se localizan por arriba y al lado de cada testículo y forman una estructura denominada epidídimo, el cual contiene los espermatozoides y los transporta a través de otro tubo llamado conducto deferente, el cual desemboca en las vesículas seminales, que se encuentran detrás de la vejiga urinaria. También se integran la próstata, uretra prostática y las glándulas de Cowper.
Posteriormente, se describe el proceso de la respuesta sexual humana. Éste comienza desde el denominado estímulo sexual, que puede ser interno (recuerdos y fantasías) y externo (por tacto, olfato, oído, gusto, vista), y es muy variable, puesto que lo que para una persona puede ser estimulante, para otra podría ser de mal gusto.
Respecto a los cambios físicos que existen durante la respuesta sexual, se dividen en fases:
• Deseo: es la estimulación sexual.
• Excitación: hay vasocongestión que provoca erección y lubricación vaginal.
• Mioclónica u orgásmica: que consiste en contracciones musculares que provocan una sensación de gran placer.
Cada sexo tiene distintos cambios físicos durante estas tres fases, y a nivel personal, puede haber alteraciones que condicionen la respuesta sexual, como: eyaculación precoz, anorgasmia, apatía sexual, hipolubricación, dispareunia, vaginismo o incompetencia eréctil o eyaculatoria, por lo que se buscan respuestas en lo científico, pero también se da el uso de “afrodisiacos” para aumentar el vigor sexual.
Me parece importante el hecho de presentar, en el primer apartado, un tema relacionado a lo biológico, donde se describa cada aspecto y cambio físico, pues esto permite al lector adentrarse un poco en cómo está constituido cada sexo, para posteriormente poder comprender alteraciones que no permitan un buen desarrollo de la sexualidad en la pareja.
Sin embargo, se debe tener en cuenta, como bien lo explica el siguiente capítulo, que no todo es biológico, sino que también intervienen factores psicosociales que permiten una completa satisfacción.
El autor menciona que hacer del sexo algo monótono influye en el hecho de que después de un tiempo, éste ya no sea del agrado de la pareja. Fijar una hora para su actividad sexual, circunscribirlo a la cama e incluso utilizarlo sólo como desahogo físico pueden mecanizar el acto sexual y por lo tanto disminuir la motivación. Es por ello que es importante que exista variedad; es decir, iniciar las caricias y acercamientos en la sala o cocina, ir fuera de casa en una “aventura”, experimentar con nuevas posiciones para la relación coital, o un sin fin de cosas más que pueden hacer del juego coital algo realmente excitante, y que permita que la pareja desee llevar a cabo el acto sexual. Sin embargo, es de gran importancia la comunicación. El saber qué es lo que le gusta o no de las caricias, los besos, las zonas, posiciones, etc. Permiten tanto el autoconocimiento como un descubrimiento para la vida sexual de la pareja, y con ello, la relación sexual puede ser de mayor satisfacción.
Otro aspecto que debemos rescatar es la frecuencia con que ocurre la relación coital y los aditamentos utilizados. En algunas parejas el acto sexual se practica diario, tres veces a la semana o una vez al mes, y es importante decir que está bien, no hay regla. Cada pareja decide cuándo y cómo lo lleva a cabo. Algunas de ellas también utilizan ciertos materiales que le permiten incrementar el placer sexual y otras lo ven como “anormal”. Sin embargo, aquí entra de nuevo la comunicación. Se debe ser capaz de hablar con la pareja para saber qué le gusta o no, pues nada será más satisfactorio que aquello que para ambos sea excitante y agradable.
Aunque no es regla, la mayoría de las parejas se constituyen como consecuencia de un proceso de enamoramiento al que se le conoce técnicamente como limeranza. Dicho proceso llega a la vida de una persona de manera suave y placentera, y está constituido por sentimientos y percepciones hacia otra persona, y aunque éste puede declinar, cuando se acompaña por el desarrollo de la respuesta emocional, se le conoce como amor.
En este estado, la mente del enamorado está invadida por pensamientos respecto a la otra persona, y el involucramiento sentimental que tengan puede incrementar si se plantean obstáculos en la relación. Durante este proceso se experimentan distintos cambios físicos, como palpitaciones del corazón, temblor, palidez, insomnio y falta de apetito. Todo hasta aquí pinta muy bonito, pero también es cierto que siempre existen ciertas preocupaciones, como el temor a rechazo o la inseguridad respecto a los verdaderos sentimientos de la pareja, y es por ello que siempre se busca y espera una respuesta positiva por parte del otro.
Así mismo, la conducta personal juega un papel importante en la limeranza. Normalmente se tiene un estado de ánimo muy vivaz y despierto, su capacidad perceptiva es
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