Una escuela para cada estudiante. Trabajamos para nuestros alumnos
Enviado por Sarahí Treviño • 16 de Febrero de 2016 • Ensayo • 2.582 Palabras (11 Páginas) • 456 Visitas
Una escuela para cada estudiante
Trabajamos para nuestros alumnos
Lograr una educación para cada estudiante es el enfoque que se da en el documental francés Ser y tener. Se habla de un educador llamado Georges Lopez que enfoca tranquilamente sus responsabilidades docentes. Las necesidades educativas y emocionales de cada alumno ocupan siempre el primer plano.
Nuestra primera tarea como docentes es hacer que nuestro trabajo como educadores sea efectivamente para los niños. Además, no solo debemos prestar atención a todos los alumnos de manera general, sino también a cada alumno de manera especial. Al poner como prioridad dedicar tiempo a cada alumno podemos asumir todas las demás responsabilidades.
Una escuela para cada estudiante
Se presenta una campaña publicitaria de la cadena de restaurantes McDonald’s donde el eslogan es: “¡Todo lo hacemos para ti!”, si éste eslogan describiera una escuela sería una con un currículo ya escogido, con lo cual los alumnos no tendrían oportunidad de aportar algo.
Por el contrario la cadena Burger King prefirió un enfoque diferente, donde el eslogan era: “¡Hazlo a tu modo!”, comparándolo al trabajo en una institución, los estudiantes podrían participar en programas personalizados de acuerdo a sus necesidades, cualidades e intereses. Pienso que los enfoques constructivistas pueden proporcionarnos ideas o estrategias que nos permiten ver la realidad a través del lente de la posibilidad.
La magia está en ellos
Lo más importante que podemos hacer por nuestros alumnos es ayudarlos a que ellos mismos descubran quiénes son, a que comprendan que la magia está en ellos. En el texto El mago de Keith Harvie se expresa esta idea, ayudando a que los docentes consideren a los niños como agentes capaces.
Durante mi práctica me topé con una niña que decía no poder llevar a cabo las tareas que se le exigían, para motivarla le pregunté si creía en la magia, para mi sorpresa ella respondió de manera negativa, afirmando que la magia solo era un invento de los adultos. Intenté explicarle que dentro de ella había algo muy parecido a la magia, que le ayudaba a seguir adelante con lo que se le encargaba, ella no muy convencida, intentó llevar a cabo la actividad, y aunque para ella fue muy difícil, pudo lograrlo finalmente. En mi opinión, es de gran importancia que les hagamos ver a los alumnos que pueden hacer grandes cosas por sí mismos.
Aprender haciendo
El autor evoca una experiencia, donde una niña expone una metáfora para ayudarles a los docentes a comprender cuál es su deber principal, que es mantener a salvo a los estudiantes, dando oportunidad incluso a los alumnos más pequeños de experimentar la sensación de logro.
Es más eficaz que los alumnos desarrollen el proceso de aprendizaje como un ejercicio de crecimiento y de descubrimiento haciendo, no imitando. Al darles la sensación de logro generan más entusiasmo por aprender y se despierta su interés por seguir descubriendo. Esto se logra al darles la seguridad de que pueden actuar por sí mismos, de que si se equivocan pueden volver a hacerlo aún mejor.
Empezar desde abajo
Las oportunidades que se les dan a los niños de ayudar incluso en la menor tarea, dada por los maestros o adultos, puede llevar a los menores a sentirse importantes. En la lectura se menciona que cada aportación que permitimos hacer a los estudiantes supone un impacto positivo y se convierte en la base de aportaciones aún mayores. Se puede comenzar con tareas sencillas a medida que los menores van adquiriendo confianza y experiencia.
La aportación del estudiante
Los jóvenes necesitan sentir que han hecho algo importante, nosotros como educadores debemos encontrar formas de aprovechar esa pasión. Al hacer actividades de servicio significativas, ayuda a que los estudiantes se sientan capaces e importantes.
Dentro del aprendizaje-servicio hay dos componentes. En el primero se estipula que los estudiantes participen en la planificación, y en el segundo que el servicio se conecta con el aprendizaje académico. Ello puede adoptar muchas formas, las más habituales son la integracional, la humanitaria, la cívica y la medioambiental.
En la lectura se incluían diversos proyectos que ejemplificaban la manera en que se pueden abordar dichas formas del aprendizaje-servicio, pero tenían un enfoque para grados más superiores, y pensando en un nivel preescolar existen proyectos que pueden llevarse a cabo para ayudarle a los niños a tener ese sentimiento de logro que se desea obtener para alimentar su curiosidad por seguir aprendiendo.
Lo que pueden hacer los profesores para lograr todo esto es hacer más para llevar el mundo a la escuela y viceversa. Tampoco se debe caer en el error de sofocar el deseo de los estudiantes de hacer una contribución, ya que ahí radica que tengan interés en implicarse en proyectos como estos.
Conseguir que los estudiantes se preocupen por su educación
El autor cuenta su experiencia en una institución en la cual se les daba a los alumnos la oportunidad de establecer sus propios clubes de acuerdo a sus intereses. Con ello fue más visible darse cuenta de que el trabajo como docentes debe consistir en hacer que los alumnos se impliquen. La teoría que se plantea es que el trabajo para conseguir que los estudiantes se preocupen encierra el potencial para invertir en tendencias sociales.
Oportunidades para que los estudiantes tengan voz
El objetivo y propósito de una escuela es preparar a los niños para su integración en la sociedad, y al darles “más voz” aumenta su participación, su liderazgo y su ciudadanía. Nuestro deber como docentes es implementar programas, en el ámbito de todo el centro escolar, que estimulen la intervención e implicación de los alumnos. Al intentar callar a los niños en su deseo por aprender, lo único que haremos es desanimarlos y opacar sus capacidades.
La relación interpersonal, lo más importante
Para ayudar a los estudiantes a progresar, tenemos que engancharlos a un vínculo emocional al tener una fuerte y estrecha relación con cada uno de ellos.
Educar, una profesión persuasiva
Los docentes influyen en la vida de sus estudiantes al plantearles estímulos y retos que fomenten su crecimiento y creatividad, así como también influyen en los valores, la ética, la personalidad y las habilidades interpersonales.
El autor hace referencia a tres profesores que surtieron en su vida una gran influencia, uno le había enseñado a ser responsable, abriéndole así a nuevas posibilidades; otro supo hacerle ver cuál era su lugar, y un tercero le ayudó a ver el mundo de manera científica. Además anexa una experiencia en la cual, al recordar las enseñanzas recibidas por éstos maestros, él tuvo la determinación de llevar a cabo un proyecto personal, que le aventuró a centrarse en las posibilidades mediante ensayo y error.
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