Veredicto Final: Ganador de las Justas

Veredicto Final: Ganador de las Justas

Kevin Andrés Galvis Santamaría

Nosotros, Albin Lesky, Aristóteles y C. M. Bowra, como miembros del jurado, bajo la potestad que nos ha otorgado la Asamblea y la bendición del oráculo del gran Dioniso hemos definido mientras otorgábamos ofrendas de vino al dios de la fertilidad, quién será el ganador de las Justas de las presentes Grandes Dionisiacas y es digno de recibir el macho cabrío y una generosa dotación de vino ante toda la ciudadanía de la poderosa Atenas. Para comenzar, como un acto protocolario, mencionaremos los criterios que se han tenido en cuenta para determinar el fallo y por último enunciaremos la obra ganadora.

En primer lugar, el punto más importante es aquel en el que resaltamos nuestras tradiciones y los pilares que fundamentan todas nuestras creencias y que nos motivan a hacer estas festividades. Esto, con el fin de mantener el agrado y la protección de los dioses, pues como simples mortales dependemos de su benevolencia. Recordando que estas representaciones trágicas nacieron desde los ditirambos, cuando un día, mientras los cantos del coro eran proyectados y en acto epifánico se manifiesta la idea de nuestro hermano Tespis. De esta forma, a través de un destello de iluminación divina del poderoso Dioniso, él decidió adicionar a una persona que actuara o interpretara los acontecimientos que entonaba el coro. Así, se fueron gradualmente añadiendo actores generando así el diálogo y emergió el teatro dentro de nuestra cultura.

Por esta razón, la obra ganadora debía enaltecer la soberanía de los dioses y recordar nuestra posición ante ellos. De esta forma, podemos dar tributo, una ofrenda de entretenimiento y respeto al gran patrón de la agricultura. siendo esta la intención más noble y distinguida de la tragedia o el “canto al macho cabrío”, siendo la cabra un símbolo de la fertilidad y cuya sangre bendice cada año a nuestras tierras y mujeres.

En segundo lugar, tomamos en cuenta la esencia que tiene cada obra en cuanto al concepto de lo trágico. Por esto, valoramos el nivel de concentración que tuvo cada colectivo para incluir en la puesta en escena el efecto que demarca la conciencia del héroe de su propia situación. Durante la junta del consejo Lesky mencionó algo muy importante, una cita de un libro que él mismo escribió. Él dijo: “El sujeto del hecho trágico, la persona envuelta en el ineludible conflicto, debe haberlo aceptado en su conciencia, sufrirlo a sabiendas. Allí donde una víctima es conducida sorda y muda al matadero, el hecho trágico se halla ausente.” (p. 26).

Asimismo, estas circunstancias que envuelven la historia del protagonista deben caracterizarse por la tendencia de presentar un mundo idóneo de prosperidad y victoria que en algún momento se desmorona y cae en un abismo de desesperación y miseria. De esta forma, recalcar nuestra dependencia del favor de los dioses en nuestras luchas. Además, a través de la obra, identificar que nuestra realidad está llena de eventos de esta categoría. Siendo presentados problemas muy comunes que embargan los hogares de muchos hombres en el planeta, adquiriendo el concepto de universales.

Esto nos conlleva al tercer punto. Aristóteles nos recordaba, ya después de la segunda vigilia, que la tragedia es, a través del arte de la interpretación, al mismo tiempo una forma de imitación, donde se emula la vida, la naturaleza y las acciones humanas. El teatro nos ha permitido observar desde la posición de un espectador los elementos que emergen en el transcurso de nuestra existencia. Así pues, se nos ha dado el privilegio de deleitarnos con la catarsis, siendo esta una manera de purificar, limpiar, purgar o restablecer nuestro espíritu, generando alivio y satisfacción.

Por lo tanto, la obra elegida que ha engrandecido el poder y la gracia de los dioses para con nosotros también debe tener la capacidad de interesarnos, afectarnos, navegar en nuestro ser a atraparnos en la trama. Lesky decía: “cuando nos sentimos afectados en las profundas capas de nuestro ser, experimentamos lo trágico.”

...