El Chupa cabras

El Chupa cabras

Era una noche bastante obscura en el cerro de Ortega, solo se veían las estrellas brillar como chispas centellantes; cuando Doña Carolina ya cansada del calor que asolaba el lugar decidió salir un rato a refrescarse en su pequeño patio cubierto con laminas y una enredadera de pasiflora que llenaba todo el techo y perfumaba la pequeña casita.

Salió de la cocina y se sentó en su hamaca tranquilamente; mientras su esposo Baudelio estaba ocupado arreglando sus cosas para al día siguiente irse a trabajar en las faenas propias del lugar, cómo era su costumbre muy temprano en la mañana; todavía estaba arreglando su machete para que tuviera buen filo y claro haciendo un poco de ruido con su piedra de afilar.

Cuando en ese momento Doña Carolina que estaba muy tranquila descansando en su hamaca tomando un café, escuchó ruidos que venían del techo primero escucho claramente algo pesado que caía y empezó a caminar de un lado de la casita a donde ella estaba, sintió algo de miedo pues los únicos sonidos allí son gatos o iguanas que desembaúlan en la noche pero el ruido es mínimo, aunque ella escuchaba como rasguños al trepar el lugar.

De repente ella volteo al techo sin pensar, cuándo vio horrorizada como algo parecido a una mano larga pero con uñas largas movía las tejas con gran facilidad hasta tener un agujero cada vez más grande; en eso la pobre mujer que estaba estupefacta y sin poder hablar nada, finalmente soltó un grito lleno de terror y le grito a su esposo desesperada:-¡Baudelio ayúdame algo está en el techo!

Como su esposo sabía que ella le temía a las ratas no le dio importancia y siguió en su ocupación; pero Doña Carolina vio que al gritar la criatura que estaba en su techo de repente paro de mover las tejas de barro y con más terror vio cómo se asomaba el ser con unos ojos centellantes y negros que la veía como si fuera una presa fácil; ella grito de nuevo con más terror.

En eso su esposo finalmente se dio cuenta que algo malo le pasaba y más preocupación le dio, cuando ella empezó a gritarle:-"Trae el machete...rápido"; rápidamente Baudelio tomo el machete y corrió al patio con su esposa trayéndose también una lámpara de mano, al ver el movimiento la criatura rápidamente se dio cuenta que otro venía a ayúdala y trato de esconderse entre la enredadera y lograr escapar.

Pero Baudelio al ver que no estaba abajo con su esposa se fue corriendo con su lámpara de mano al techo y lo alcanzo a aluzar con su lámpara, en eso la criatura brinco con unas patas como perro o canguro al suelo para luego brincar una pared de rocas de dos metros y caer sin problemas sobre la banqueta de enfrente; los dos se quedaron boquiabiertos al ver a una criatura que jamás habían visto antes.

Al día siguiente les daba vergüenza hablar de lo ocurrido la noche anterior pero otros vecinos hablaban de un supuesto ser que llamaban chupa cabras que andaba por

...