En Busca De La Productividad

EN BUSCA DE LA PRODUCTIVIDAD

Cuando cursaba octavo grado en la escuela, nuestra profesora de español nos dejó como tarea el análisis de una película que no se borraría nunca de mi memoria, “En Busca de la Felicidad”. La trama de la película es sobre un buen hombre de familia, que luego de invertir todos sus ahorros en escáneres médicos e ignorando que eran aparatos no tan apetecidos, aspira a un empleo como corredor de bolsa. Luego de muchos años en la miseria, su esposa lo abandona, a él y a su hijo. Desde ahí se desarrolla una cadena de acciones valerosas, dignas, humildes y con algo de tristeza; por parte del protagonista con el fin de cumplir tu sueño y mejorar la calidad de vida de su hijo. A medida que leía “La Meta”, se me era difícil separar una de la otra. En el caso del libro, Alex Rogo lucha por sacar su empresa, su vida y su matrimonio adelante, muchas cosas para una sola persona, ¿no? En ambos casos, se busca algo, algo tan innato que nos corre por las venas, que le da sentido a cada respiración, la búsqueda de la felicidad y haciendo alusión a la hermosa película; ¿por qué no decir de la productividad?… ¿Será que nuestra meta es la productividad?

Nuestro amigo, Alex Rogo, presenta problemas en su empresa, muchos diría yo, que bien podría suceder cualquier empresa. Pasando inadvertido entre este mar de problemas, es despertado a rendir cuentas por el Vicepresidente Bill Peach, por el retraso de un pedido y quien le da un ultimátum: O mejora las cifra de UniCo o se cierra en 3 meses. Y esto no es lo único que podría acabar… por otro lado está su matrimonio en crisis. Su esposa Julie no soporta la falta de atención y al igual que Chris Gardner, el personaje de la película, Alex es abandonado por ella. Desde este momento, comienza un trance de reflexión y análisis sobre lo que estaba haciendo mal, pensando estar haciéndolo bien. Algo que nos pasa justamente cuando estamos en momentos críticos; cuando estamos en peligro máximo. La monotonía, la inestabilidad, la falta de compromiso y el conformismo de nuestras vidas nos hace perder nuestro rumbo y perder tiempo valioso. Siempre ignoramos lo que hacemos, siempre pensamos que al dar lo que damos, estamos dando lo suficiente. Mi vida últimamente se ha basado en eso. Cuando pequeña, siempre mantuve un buen nivel académico, y me propuse ser la mejor en todo (Me considero perfeccionista en extremo) pero, con el paso del tiempo, olvidé mi propósito, mi objetivo, mi sueño, mi meta, como imagino que lo hemos hecho todos, alguna vez en nuestras vidas. Olvidé quien quería ser y simplemente me dediqué a ser alguien a quien odio.

Nuestro querido Alex, se dedico a replantear los movimientos empresariales, interpretados de manera inteligente, con actividades como una excursión con su hijo y las lecturas filosóficas de su esposa; al tiempo que nos introdujo a conceptos que siendo bien conocidos, eran erróneamente utilizados. Los famosos cuellos de botella, que en casos personales podrían llamarse debilidades o falencias en nuestro estilo de vida, los minutos perdidos en esas debilidades, la falta de atención a los objetivos importantes, nuestras propias máquinas NCX-10, en fin, un mundo nuevo de ítems que sin dejar de ser diminutos, son una bomba de tiempo. Es ahí cuando

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