Pintura anémica, cuerpo suculento
Enviado por param • 28 de Julio de 2014 • 5.251 Palabras (22 Páginas) • 351 Visitas
Título: Pintura anémica, cuerpo suculento.
Autor: Pere Salabert
1. El drama de la sustancia
1.1 La negación de Plantón a Leonardo
1.1.1 Paúl Claudel, Vermeer de Delft y la gaseosa
Nos parte hablando de lo que descubrió Paúl Claudel cuando vio una de las pinturas de Vermeer, donde él sentía como el tiempo en los cuadros se había detenido, donde había una duración constante quedando inmóvil el pasado en el cuadro.
“Este estará entre los devotos de un arte que lo hizo todo por orientar lo más prosaico de nuestra vida hacia una belleza desmaterializada y perfecta, superior en su espiritualidad” (Pág.17)
Con la cita nos plante como Paúl Claudel vio cambiar el mundo del arte donde lo que trata es de congelar en las obras es el espíritu más que la materia misma, sino las formas en la cual esta materia se inscribe dejando un momento congelado de lo que las épocas fueron.
También nos plantea que la diferencia con algunos cuadros modernos, si no es por el marco del cuadro, lo que está dentro no podría ser frenado, sino que sería disperso en todas la direcciones como por ejemplo una gaseosa que al batirla sale de la botella de manera exagerada.
Esto sería el tramo de toda la historia del arte donde siempre se ha querido sobrepasar los límites y abolir las formas conocidas que se usan para contener información y así superar todos los límites establecido en la realidad y hacer un derrame de todo lo existente que se cree que empezó según Hegel en el romanticismos.
A diferencia de la pintura de Vermeer es que en sus cuadros utiliza formas conocidas y depuradas y entre más formas pura y más desprovista de materia es más bello, dejando en claro que para que sea una obra de arte la materia debe perderse en la forma y también los cuerpos en la idea del cuadro, y en la realidad que se está retratando en la apariencia de lo que debe ser. Como en la siguiente cita de Schiller:
“En una obra de arte la materias(la naturaleza de lo que aquella imita) debe perderse en la forma (lo imitado), el cuerpo en la idea , la realidad en la apariencia (...) Libre será entonces aquella representación en la que nada existe por la materia sino por la forma”. (Pág. 19)
Plantea que lo verdadero del artista es el poder de aniquilar la materia a través de la forma para darle sentido y para que este dure el tiempo, puesto que la materia perece pero la forma no.
“El mundo es transitorio, todo cuerpo es perecedero. la muerte es un lindero de negrura compartida. frente a esa realidad, es tarea del arte de buscar la luz en la intemporalidad, la transparencia en la inalterabilidad de las cosas” (Pág. 19)
Con esto nos deja claro que el arte es aquello que entrega la huella entre la vida y la muerte y es el que hace que las cosas sean atemporales y lejanas de la pudrición después de la muerte.
Lo que que quiere decir es que el arte es un lugar entre la vida y la muerte. Es un objeto ajeno a esto que deja que las cosas se congelen en el tiempo y que se mantengan intactas con el paso de este. Lo que queda en el cuadro es una atmósfera de las épocas y de las personas que nos dicen dónde estuvieron y dónde se quedaron y lo que por siempre van hacer dentro de la obra de arte.
1.1.2 Belleza ultramundana y mundanidad
Comienza planteando de que el arte trata de retratar la esencia de las cosas esto se puede ver desde el antiguo Egipto donde sus murales no tratan de ser copia de la realidad sino que tratan de captar la esencia de esta, y así operando como un lugar donde el tiempo y la destrucción no pueden llegar. También se refiere a que el miedo a la muerte nos muestra lo que es mundano ante el ciclo de lo inacabable.
Aquí el autor hace una reflexión sobre las tumbas egipcias, donde él las encuentra que son unas burbujas donde dentro de estas está representado el mundo del más allá y la continuidad de las cosa, haciendo una reflexión del eterno retorno, a su vez contraponiendo con el mundo de lo discontinuo donde es el palpable y conocido que el llama el de acá.
“El asombro ante la transitoriedad de las cosas, el desahogo en un mundo insuficiente imperfecto, determina el nacimiento de los mitos y explica la reflexión filosófica, tanto la de Heráclito como aquella otra de Platón que postula su reverso en un plano ultramundano de formas arquetípicas, con una belleza que habiendo dado origen a nuestro mundo no ha sufrido detrimento alguno en su perdición, ninguna mengua en su integridad” (Pág. 21)
Respecto a esto se puede deducir que el autor nos plantea otra postura donde nos habla de cómo el pensamiento de occidente fue fuertemente influenciado por las culturas antiguas donde el miedo a la muerte era preponderante, como dice la siguiente cita:
“El asombro ante la transitoriedad de las cosas es algo que en estas culturas nos han heredado”. (Colocar página)
También esta cita nos sitúa en otra problemática sobre qué es la belleza desde el pensamiento de Platón donde sólo conocemos una parte de esta, ya que existe un lugar donde el mundo de las ideas es donde todo es perfecto, en el cual la belleza se conoce por absoluto y a su vez todas las cosas de la vida puesto que nos plantea que solo conocemos una parte de esta. El autor nos dice que:
“Belleza así , pensable pero inimaginable, subiste intacta en su esclavitud, distante en un ámbito supraceleste que nos separa un abismo”(Pág.21)
Acá se aclara lo que señala respecto a que la belleza esta en otro plano más allá de nosotros y que además es atractivo para las almas terrenales que están encerradas en los cuerpo corruptos y carnales de los seres humanos. El autor nos dice que las almas atraen a las cosas bellas por algo que está más allá de la alma consciente, ya que al sabiendo de la mera apariencia de ellas se puede ver a través del cuerpo carnal.
Además, nos plantea el reencuentro del alma con la belleza, donde es la eternidad así lo denominó Platón donde se describe de la siguiente manera:
“No conoce el nacimiento ni la muerte, que ni aumenta ni disminuye, que no es bella por una parte y fea por la otra, bella en algún momento y fea en otro momento diferente…, que no se ofrece a la vista como un rostro, ni como unas manos, ni como una forma corporal o un razonamiento, o un saber…, sino que por el contrario existe en sí misma y por sí misma, simple y eterna, de la que participan todas las otras cosas bellas de modo que el nacimiento o la muerte de esta no significa para ella
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