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QUIEN A BUEN ARBOL SE ARRIMA


Enviado por   •  25 de Mayo de 2014  •  Tesis  •  1.352 Palabras (6 Páginas)  •  314 Visitas

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N SABIO REFRAN:

«QUIEN A BUEN ARBOL SE ARRIMA

BUENA SOMBRA LE COBIJA»

Margarita Creus

Harto conocido es este refrán para que nos detengamos en enumerar las posibles aplicaciones que podríamos darle a su sentido más aparente. La primera explicación consistiría en establecer la comparación entre este árbol y el buen amigo, la buena compañía y, su sombra benéfica sería la protección que puede procurar una buena amistad, una buena influencia.

Creemos pero, que el árbol es un símbolo de algo muy profundo, de algo sagrado para el hombre y que se manifiesta ya, desde los tiempos más remotos. Existen muchos hechos en las diferentes tradiciones en que el árbol protagoniza o es testigo de un acontecimiento importante.

Cuando el Señor se apareció a Abraham para anunciarle que a Sara, su mujer, le nacería un hijo, está aparición tuvo lugar en los robles de Mamré (1). En hebreo, la palabra roble significa además, ‘hombre poderoso, guía’.

Buda, según la tradición nació debajo del árbol sagrado Sal.

También en la mitología griega un árbol protagoniza un hecho importante. Adonis, el dios de la vegetación, nació en el tronco de un árbol, el balsamero, el cual reventó milagrosamente después de 10 meses de gestación. Existe una pintura de Urbino del siglo XVI, representando dicho acontecimiento.

Y también un detalle de la célebre obra pictórica del Bosco «La tentación de San Antonio», un extraño ser entre mujer y árbol, extrae del hueco de su tronco, o vientre un niño recién nacido. El árbol hueco, más exactamente, el roble hueco, es un tema alquímico muy frecuente. Parece representar el hornillo en el cual los alquimistas después de varias operaciones fabrican su piedra. También los druidas, ministros de la religión de los antiguos galos o celtas, no poseían templos y se reunían en los bosques de robles. Etimológicamente, druida, quiere decir ‘maestro del bosque’. Su gran asamblea anual tenía lugar en el bosque de los Carnutos. Eran considerados como depositarios de la revelación e intérpretes de los signos celestes. Obedecían a un gran sacerdote que nombraban a perpetuidad. El druidismo, originario de la isla de Bretaña —Inglaterra— era, más que una religión, un cuerpo doctrinal. Los druidas atribuían determinadas virtudes a ciertas plantas y en particular al muérdago, que era recogido cada año en ceremonia con una hoz de oro. Creían en la inmortalidad y en la transmigración de las almas.

Un importante símbolo egipcio, representado por un árbol podado está asociado al inmortal Osiris. Se trata del pilar del djed que fue el jeroglífico de la duración y de la estabilidad. Este pilar saca su origen de la imagen del árbol desramado, pero cosa interesante entre todas, esta imagen primordial del árbol se fundió con la imagen del hueso sacro de Osiris, el último hueso de su columna vertebral. Esta parte del cuerpo, desmembrado de Osiris era, creíase, el centro imperecedero de la vitalidad del dios. Su posición abajo de la espina dorsal correspondía de una manera sorprendente al chakra de origen o chakra-raíz del yoga indio, allí donde reside kundalini, la energía vital (2).

Y siguiendo siempre con el tema del árbol, como principal testigo de un hecho importante, ¿qué diremos del árbol que compuso la cruz del redentor?

Para los primeros cristianos, es el carácter cósmico del sacrificio de Cristo que da su significación al acontecimiento histórico del calvario, el cual se expresa en el símbolo de la cruz. Cristo es sacrificado en el centro del mundo, en el árbol cósmico que se extiende desde el cielo a la tierra y se yergue en el punto central de la cruz de dos brazos, el uno horizontal, el otro vertical, marcando las cuatro direcciones. Esta cruz es el homólogo del árbol de vida, el cual según las Escrituras se alza en el comienzo de los tiempos en el centro del jardín de Edén y en el centro de la ciudad celestial de Jerusalén, en el final de los tiempos. En el siglo III, esta imagen de la cruz cósmica

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