Cortina De Humo

La fuerza mediática cambia la percepción y opinión de un individuo con total contundencia, esta a su vez refleja un eco incuantificable en una población o masa, generando de esta manera una percepción colectiva con mayor poder. Dicho esto es realmente importante encontrar la analogía de un escenario laboral o un equipo de trabajo frente a la situación divulgada en “La Cortina de Humo”.

Como parte de una sociedad todos los individuos estamos expuestos a recibir continuamente y en proporciones gigantescas mucha información, sobre política, dinero, publicidad, comportamientos sociales y una cantidad de variables que en ocasiones conmocionan el entendimiento y ponen a tambalear el criterio. Pertenecemos a una generación absolutamente expuesta a la fuerza mediática, a la magia de los medios y a la contundencia de los mismos frente a nuestro pensamiento. “Una cortina de humo” o sofisma de distracción no es más que una estrategia de comunicación a través de la cual es posible desviar la atención de un público en particular, generando escenarios que permitan despertar sensaciones o sentimientos mucho más fuertes que el escándalo de una escena o situación. Estrategia honesta o no para muchos resulta muchas veces efectiva y evita que líderes o jefes se encuentren en aquello que coloquialmente se denomina el escarnio público o la exposición a la opinión del pueblo o de los compañeros de trabajo según sea el escenario.

Existen temas en los cuales es supremamente difícil llegar a un punto de acuerdo o una opinión común: la política, la religión, el sentido de familia y el sentido de nación. Un equipo de trabajo enfocado en crear una guerra con un país pequeño (Albania) para evitar que el Presidente de uno de los países más poderosos del mundo (Estados Unidos) pierda su credibilidad le da más fuerza a la teoría que indica que tocando un sentimiento visceral como lo es el nacionalismo es posible ocultar verdades.

Sucede de forma muy similar en equipos de trabajo en diferentes compañías pertenecientes a los diversos sectores económicos, donde un gerente debe asegurar la asertividad de su comunicación y mantener una línea de transparencia en cada una de sus actuaciones. Es posible que el líder de un equipo se encuentre frente a una situación incontrolable, los resultados no coincidan con la gestión de su equipo y entre sus posibilidades tenga acudir a cortinas de humo que desvíen la atención de sus colaboradores y ponga de esta manera en tela de juicio su calidad de líder. Esto depende de los líderes que elegimos.

Este planteamiento observado en la película “La Cortina de Humo” nos trae a la memoria lo afirmado por el amado y criticado Nicolás Maquiavelo quien afirma que el fin justifica los medios y “Para el pueblo, pan y circo”. Las sociedades o pequeños grupos encuentran puntos donde finalmente convergen como individuos y sacan de si sentimientos de pertenencia de solidaridad, de impotencia. Que mal que nuestros líderes abusen de esta situación para usarlas como mecanismos de engaño.

Según Bertrand Russell “la comunidad sabe más y menos, al mismo tiempo, que el individuo; en su capacidad colectiva, conoce todo el contenido de las enciclopedias y todas las contribuciones a las Actas de las sociedades doctas, pero no conoce las cosas cálidas e íntimas que dan color y textura a una vida individual’’ (1948).Los imperios construidos por potencias o por la fuerza de los medios le dan sentido a esta afirmación y a través del miedo que es un sentimiento incontrolable en ocasiones, cuestionan el criterio de cada ser humano y este cae en un silencio continuo o en una participación tácita frente a cualquier tarea.

En los equipos de trabajo es evidente que cuando existe una posición opresora o con demasiado poder, un líder que utiliza cortinas de humo para evitar que cuestionen su gestión, habrán colaboradores dispuestos a establecer su argumento divulgarlo y defenderlo, e igualmente existirán aquellas personas que se resguarden en el silencio, no establecen un criterio ni comparten sus percepciones, se alinean con la masa y pasan por desapercibidos. El país recibió imágenes conmovedoras, que trasmitían miedo y tristeza, personas indefensas o héroes que motivan a una comunidad. Las personas se identifican con esos sentimientos se visualizan lidiando con esa situación, con la niña atrapada, el soldado abatido en guerra en líneas enemigas. Error garrafal cuando la historia a comunicar no es consistente y presenta fallas en el mensaje y en la forma en la que se trasmite, como ocurrió con el soldado héroe que resultó ser un cínico criminal. En momentos así la estrategia de distracción pierde peso y puede perder efectividad, y al final un engaño siempre será difícil de sostener.

Que sucede cuando la única fuente de información esta sesgada y manipulada a conveniencia de unos pocos. Esta situación no es ajena a nadie en el mundo, todos vivimos expuestos a información que no siempre es cierta. ¿Cómo combatir la falta de información verídica?, es un interrogante para todos pero solo minimizaremos esta situación acudiendo a múltiples fuentes y verificando los datos y hechos. Los individuos de esta generación estamos expuestos a la manipulación mediática, y aunque es el general, también existen medios comprometidos con la verdad. Los medios trasmiten a conveniencia de unos pocos y como en esta producción cinematográfica no informan sino que desinforman.

Que difícil para una comunidad, país, equipo de trabajo de una compañía ser tan vulnerable a los procesos de comunicación mentirosos y manipulados. La única forma de formar criterio y opinión es buscando la verdad, consultando fuentes y no permitir sesgarse a una opinión. Abrir la mente es sin duda alguna la estrategia más eficaz para minimizar este tipo de situaciones.

La moneda siempre tiene dos caras, puede que una sea más conveniente que otra pero habrá una que refleje la verdad. No temamos a la verdad y a la crítica. La verdad construye si los propósitos son convenientes y beneficiosos, no solo para unos pocos sino para el colectivo.

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