EL VENDEDOR MAS GRANDE DEL MUNDO

EL VENDEDOR MÁS GRANDE DEL MUNDO.

La felicidad y el éxito ha sido la eterna búsqueda humana; generación tras generación se han dado a la tarea de diseñar técnicas universales para alcanzar metas u objetivos; sin embargo no se ha logrado, ya que las estrategias que funcionan en una época tal vez sean obsoletas en otra.

En este libro dedicado a la superación personal se relata la historia de un hombre que pretende convertirse en el vendedor más grande del mundo; a través de la historia de èste y de la existencia de 10 pergaminos contenedores de los secretos para lograrlo; se pretende hacerte reflexionar acerca de la realidad y de lo que necesitas para alcanzar tal objetivo.

La historia comienza cuando Fahid un simple camellero, empleado de Pathos en ese entonces considerado el vendedor más grande del mundo, convencido de querer superarse decide pedir su ayuda, solicitando se le permitiera ser un vendedor y así poder impresionar a los padres de la mujer que él amaba.

Pathros decide ayudarlo pero antes le impone una prueba, la cual consistía en vender un hermoso manto rojo; y así poder decidir si tenía las agallas para realizar su objetivo. Unos días después Fahid no logra vender la prenda; sin embargo en un apto de compasión lo regala a un pequeño recién nacido en una humilde cabaña.

Al termino del supuesto fracaso y de una señal que para Pathros significaba el sucesor a quien le pertenecían los pergaminos, a Fahid se le confieren estos valiosos secretos; con la condiciones de no revelar su contenido a nadie hasta encontrar al nuevo elegido.

En el resto de la historia se relata el contenido de cada uno de los 10 pergaminos; por lo tanto en el desarrollo de este ensayo se analizaran los seguimientos que se deben realizar a fin de poder lograr ser el vendedor más grande del mundo.

La vida es un venta donde a diario vendemos nuestro presente, compramos nuestro futuro y pagamos nuestro pasado; depende de nosotros saber negociarla para lograr convertirnos en el vendedor más grande del mundo.

Durante la vida nos plantemos un sin fin de metas y proyectos; los cuales solo quedan en eso, buenas intenciones de realizar algo; sin embargo, la de confianza en nosotros mismos y el miedo al fracaso no nos permite tomar la iniciativa y emprender.

Sería bueno recordar las siguientes palabras “El fracaso nunca te sobrecogerá si tu determinación para alcanzar el éxito es lo suficientemente poderosa”1 MANDINO, OG. “El vendedor más grande del mundo”. Ed. Diana. México, 1976. Pago. 62 Nadie triunfa en su primer intento y mucho menos si no se hace nada para lograrlo, la determinación será el medidor y el motor que te ayudara y animara durante el proceso de realización.

Un fracaso no significa una derrota, significa una manera errónea de sobrellevar el camino a nuestro objetivo. Muchas veces al encontrarnos frente un obstáculo o un fracaso este frena el intento y nos orilla a abandonar nuestros deseos. Todo el mundo se equivoca por lo menos una vez, y no hay motivo por el cual avergonzarnos, porque por lo menos ese error significa que ya empezamos el camino a emprender un proyecto.

El éxito de un objetivo es la mezcla de una idea, deseo, una acción, trabajo y perseverancia, “El gran científico Edison que inventó tantos instrumentos técnicos modernos, confesó que sólo después de 499 intentos llegó a inventar el foco de luz eléctrica que utilizamos todos los días. A quien le decía que había sufrido 499 fracasos, contestó: "no 499 fracasos, sino 499 tentativas necesarias para llegar al éxito final; fueron 499 formas de cómo no se hace una bombilla…”2 http://www.oracionesydevociones.info/02240004.htm

El fracaso es subjetivo, porque depende de la forma que tú lo consideres o el significado que este tenga para ti, además como queremos triunfar si nuestras conductas están determinadas al fracaso, los hábitos en los que nos hemos y nos han educado en variadas maneras se dirigen a la conformidad y a la holgazanería. Por lo tanto no sabrás que tan cerca estas del éxito si no te animas a dar vuelta a la hoja, si no arriesgas no pierdes, pero te estarías privando de la oportunidad de crecer, sobresalir y de vivir.

Constantemente ante un fracaso o cambio se desarrolla un sentimiento de compasión por nosotros mismos, la cual entorpece el desarrollo de la acción, esta es considerada el escudo de los cobardes; ya que detrás de ella se esconde el miedo y las inseguridades por las cosas nuevas que nos sacan de nuestra zona de confort.

Destinamos tiempo de nuestras vidas lamentándonos de los sucesos del pasado o de lo desfavorable que se proyecta el mañana, descuidando el presente que es el momento en donde tenemos la oportunidad de actuar.

Otro factor determinante que nos da el sentimiento de imposibilidad, es la falta de experiencia, a la cual le otorgamos un valor sobreestimado,

...