Emprendedores
Enviado por NataliaGuazha • 9 de Diciembre de 2014 • 1.425 Palabras (6 Páginas) • 171 Visitas
Nombre: Natalia Guazha Molina.
Curso: Emprendedores.
Paralelo: VE2.
Las menestras del negro
Cuando Juan Pablo Campaña llegó a Quito proveniente de Santo Domingo de los Colorados, lo primero que comenzó a extrañar era ese olorcito de los puestos de menestra con carne asada, que inunda el ambiente de esa ciudad a partir de las seis de la tarde.
Iba para el centro, y nada; los buscaba en los alrededores, y nada. ¡No habían menestras en Quito!, algo incomprensible en una ciudad habitada por 'chagras' adictos a ese plato.
Entonces, había que inventarlas. Y esa idea le quedó rondando en la cabeza. En esa época todavía era estudiante de secundaria, y tenía otras cosas que resolver. En el colegio conoció a Juan Manuel Pachano, y se hicieron 'grandes panas', no solo por los estudios, sino porque Juan Manuel también tenía ese gustito por la comida y le atraían los riesgos.
Se hicieron socios y emprendieron en un negocio de entrega de almuerzos en oficinas bancarias; después madrugaban casi todos los días a Tandayapa, cerca de Nanegalito, a comprar truchas frescas para sondear los gustillos gastronómicos de sus clientes; un tiempo les dio por los ceviches. Y todo eso mientras todavía eran estudiantes. El único problema que tenían era su edad. Demasiado jóvenes para el gusto de los bancos. Y solo después de tanta insistencia, lograron un pequeño préstamo. En ese rebotar de un lugar para otro, fueron a parar en un localito de tres por cuatro metros, en la Roca y Seis de Diciembre, donde no cabían más de 15 personas. Y allí comenzaron a vender menestras con carne y pollo, con la ayuda de una parrilla casera.
Ellos mismos madrugaban al mercado, cocinaban, servían y por la noche estudiaban.
A las pocas semanas, el local ya les quedaba pequeño, lo cual los obligó a buscar uno más grande y a ponerle un nombre atractivo, que además tuviera un gancho criollo. Y así nació Menestras del negro, uno de los lugares de comida más concurridos en Quito, y una de las cadenas más sólidas, que en dos años ha logrado abrir seis restaurantes y planea abrir un séptimo y expandirse al resto del país.
Juan Pablo tiene ahora 23 años, y Juan Manuel, 24. Pasaron sin saber cómo, de estudiantes a empresarios, de vendedores de almuerzos a gerentes de una considerable cadena especializada en uno de los platos más tradicionales del Ecuador. "Resucitamos la menestra, y ya tu ves..." comenta alegre Juan Pablo y lo festeja Juan Manuel.
Cuando pueden, ellos mismos van a los restaurantes y se dedican a servir los platos. Es una manera de guardar el sentido de equipo que tienen con los empleados, que suman más de 80, entre meseros y personal administrativo.
Lo que nació como una 'hueca' para saciar el hambre de los burócratas en la tardecita, es ahora una de las cadenas de restaurantes más importantes de Quito. Y todo, porque Juan Pablo Campaña extrañaba las menestras de Santo Domingo.
Cortos
Alrededor de este negocio funcionan decenas de empresas proveedoras: vendedores de tarrinas, de servilletas, fabricantes de vasos, comerciantes de arroz, de fréjol y de lentejas, criadores de pollos, etc.
Son más de 80 familias, que se benefician de esta fuente de trabajo.
La Favorita
La pequeña bodega de jabones, velas e importados, abierta en 1945 por Guillermo Wright Vallarino es hoy una de las 500 empresas más eficientes del continente y la mayor red de supermercados de Ecuador.
El espectacular crecimiento del grupo La Favorita fue construido con base en una mezcla de buenas ideas, organización, disciplina y decisiones acertadas.
Las cifras de La Favorita, 62 años después de su fundación, impresionan: entre diciembre de 2002 y noviembre de 2003 más de 23,5 millones de clientes pasaron frente a las registradoras de sus almacenes, en una nación de poco más de 12 millones de habitantes. Es como si el país entero hubiera entrado dos veces a comprar en la cadena.
La historia de la expansión empieza en 1957, cuando La Favorita inauguró el primer autoservicio del país y fue creciendo como negocio poco a poco hasta 1970, cuando se subió en la nueva ola de los centros comerciales, que empezaban a construirse en Ecuador, siguiendo la moda de los grandes malls en Estados Unidos.
El gran salto ocurre tras la construcción del Centro Comercial Iñaquito, en Quito,
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