Franjas Fronterizas

Zonas fronterizas

Franja y región fronterizas

Franja fronteriza norte

Es el territorio comprendido entre la línea divisoria internacional del norte del país y la línea paralela a una distancia de 20 kilómetros hacia el interior del país en el tramo comprendido entre el límite de la región parcial del estado de Sonora y el golfo de México, así como el municipio fronterizo de Cananea, Sonora.

Región fronteriza

Los estados de Baja California, Baja California Sur, Quintana Roo y la región parcial de Sonora; la franja fronteriza sur colindante con Guatemala y los municipios de Caborca, Sonora, Comitán de Domínguez, Chiapas, y Salina Cruz, Oaxaca.

Región parcial del estado de Sonora

La zona comprendida en los siguientes límites: al norte, la línea divisoria internacional desde el cauce actual del río Colorado hasta el punto situado en esa línea a 10 kilómetros al oeste de Sonoyta; de ese punto, una línea recta hasta llegar a la costa a un punto situado a 10 kilómetros al este de Puerto Peñasco; de allí, siguiendo el cauce de ese río, hacia el norte hasta encontrar la línea divisoria internacional.

Franja fronteriza sur colindante con Guatemala

La zona comprendida por el territorio de 20 kilómetros paralelo a la línea divisoria internacional del sur del país, en el tramo comprendido entre el municipio Unión Juárez y la desembocadura del río Suchiate en el océano Pacífico, dentro del cual se encuentra ubicada la ciudad de Tapachula, Chiapas, con los límites que geográficamente le corresponden

* ZONA FRANCA:

De conformidad al articulo 2 de la Ley de Zonas Francas, estas están definidas como el área de terreno físicamente delimitada, planificada y diseñada, sujeta a un Régimen Aduanero Especial establecido por la Ley, en las que personas individuales o jurídicas se dedican indistintamente a la producción y comercialización de bienes para la exportación o reexportación, así como a la prestación de servicios vinculados con el comercio internacional. Las zonas francas pueden ser públicas o privadas.

Cuando se indica que una zona franca debe estar "físicamente delimitada" se refiere a que debe existir una barrera física que separe la zona franca del resto del territorio nacional, dado que una Zona Franca para efectos aduanales es considerada como un área extraterritorial.

LA REGIÓN FRONTERIZA DEL NORTE DE MÉXICO

La falta de integración nacional, debido a la ubicación geográfica del norte de México en relación con el centro del país, y la falta de una expansión competitiva desde el centro hacia los mercados nacionales del norte explican que la economía de la frontera norte de México, desde su origen, haya estado estrechamente vinculada con la de Estados Unidos. El primer antecedente de la integración entre las regiones fronterizas de ambos países fue la instauración en 1858 del Régimen de Zona Libre en Tamaulipas, el cual se extendió a lo largo de toda la frontera en 1885. Después de haberse suprimido en 1905, se instaló nuevamente en la península de Baja California y parte de Sonora en 1933, y se fortaleció en 1935 con la creación de las Franjas Fronterizas como otra modalidad de excepción fiscal. A partir de 1942, se incrementó el dinamismo de las ciudades fronterizas del norte de México, mismas que entre 1940 y 1950 triplicaron su población y, en la década siguiente, la duplicaron.

En los últimos 30 años, la región ha mostrado un crecimiento del empleo industrial en todas las entidades federativas que la integran. Tal crecimiento se explica, principalmente, por una serie de políticas económicas que buscaron acelerar la integración económica de la frontera norte con el resto del país, estimulando el abasto, el comercio y el consumo en la región, y posteriormente, la producción manufacturera a través de esquemas de subcontratación. Entre estas políticas se pueden citar el propio Régimen de Zona Libre, el Programa Nacional Fronterizo (1961-1965), el Programa de Industrialización Fronteriza que incluyó el régimen de maquiladora (originado en 1965 y ampliado en 1972), el Programa para la Promoción Económica de las Franjas Fronterizas y Zonas Libres (1971-1976), la Comisión Coordinadora del Programa Nacional para el Desarrollo de las Franjas Fronterizas y Zonas Libres del país (1977-1982) y el Programa Nacional Fronterizo (1983-1988). En 1985 se crearon programas como el de Importación Temporal para la Exportación (PITEX), el cual extendió las facilidades de contratación a toda la industria nacional.

La frontera norte constituye una dimensión política, económica y social con rasgos propios. Registra un gran dinamismo demográfico, que pasa de 283,395 habitantes en 1930 a 3,134,307 habitantes en 1990 con un crecimiento predominantemente urbano, representando 16.3% de la población del país, y el más elevado que el resto de las entidades federativas. La frontera noroeste de México, que comprende Baja California y parte de Sonora, pasó de ser una localización relativamente deprimida y aislada, con disparidades económicas significativas respecto de otras regiones del país, a una de las regiones más dinámicas del mundo, al mostrar un cambio significativo en la importancia del sector manufacturero frente al agropecuario.

A partir de la década de los ochenta hay una nueva redistribución de la capacidad manufacturera que cambió de la región centro-sur al norte, ubicándose aquí el sector más dinámico de la economía mexicana; de esta manera, se produjo un cambio en el patrón de localización de sectores manufactureros específicos y creció ampliamente el de la industria maquiladora. En esa misma década, el promedio anual de crecimiento de la población empleada en este sector fue cuatro veces mayor que el de la industria en su conjunto, en el que destacan las ramas automotriz y metalmecánica. Los cambios fueron más notorios en ésta última en la cual el empleo manufacturero pasó de 17 a 45% del total nacional, y en el sector automotores, que en 1980 captaba 65% de la capacidad instalada y más del 30% de la de autos. Para 1980, la industria de la región fronteriza absorbió 22.8% de la población económicamente activa, que representó 37% de la que trabajaba en la industria nacional (Mungaray, 1989: 387). Esta tendencia ha tendido a crecer favorecida por la proximidad geográfica al mercado y la base productiva estadunidense, la infraestructura industrial de la región, la experiencia de la mano de obra en la producción de manufacturas con alta complejidad técnica y las facilidades y estímulos ofrecidos por el gobierno, particularmente por aquellas políticas y programas relacionados con la desconcentración de

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