Freakonomics
Enviado por taif • 2 de Diciembre de 2013 • 2.820 Palabras (12 Páginas) • 552 Visitas
Freakonomics “Un economista políticamente incorrecto explora el lado oculto de lo que nos afecta”
El objetivo de Freakonomics es, como sus propios autores indican, “explorar el lado oculto de todas las cosas”. Para ello, el aclamado economista Steven D. Levitt con la ayuda del periodista Stephen J. Dubner se sirve de herramientas propias del campo de la economía, pero con un fin totalmente distinto al convencional.
Como el propio Dubner constata en uno de sus artículos, “lo que le interesa a Levitt son los misterios de la vida cotidiana”. Para resolver estos misterios se plantea una serie de preguntas, que pueden considerarse triviales, pero a la vez muy elocuentes: ¿qué resulta más peligroso: una pistola o una piscina? ¿Qué tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo? ¿En qué se parece el Ku Klux Klan a los agentes inmobiliarios?... Para ello, analiza cómo se comportan las personas en el mundo real, mediante la búsqueda de incentivos, dejando a un lado los típicos cálculos econométricos y matemáticos, tomando así en muchas ocasiones carácter de sociólogo más que de economista.
Estas características, han hecho que Freakonomics me parezca un libro totalmente innovador y original. Considero que en ellas es donde reside la genialidad de Levitt, y por consiguiente, el éxito de Freakonomics. En este libro - como sus propios autores afirman - se explora “el lado oculto de los que nos afecta”. No se limita al análisis económico típico, si no que buscan resultados más interesantes, que en muchas ocasiones, las matemáticas no pueden suministrarnos, consiguiendo así calcular efectos que muchos economistas habían declarado incalculables. Esto contribuye a que la lectura de Freakonomics resulte además de entretenida y estimulante, asequible para cualquier persona sin apenas conocimientos en el campo de la economía que sienta curiosidad por los temas que Levitt aborda. Por otro lado, el estilo de redacción empleado por Dubner, con un lenguaje y explicaciones fluidas, contribuyen a amenizar la lectura. Considero que esta unión entre periodista y economista resulta un tónico infalible para el éxito de Freakonomics.
No obstante, debo señalar que pese a que elogio su originalidad y su búsqueda del “lado oculto de las cosas”, considero que en muchos casos sus teorías parten de juicios de valor y opiniones subjetivas, que no se pueden contrastar empíricamente, y por tanto, no siempre demostrables. Esto constituye las dos caras de una misma moneda: por un lado, su genialidad reside en sus intuiciones, pero por otro lado, tales intuiciones pueden no resultar muy “científicas”. Por ejemplo, para explicar el descenso de la criminalidad en EEUU en la década de los 90, Levitt apunta que una de las causas principales fue la legalización del aborto tras el caso “Roe contra Wade”. Su argumentación consiste en que la legalización del aborto permitió que niños no deseados, que hubieran nacido en condiciones adversas, y por tanto, con mayores probabilidades de convertirse en futuros criminales no nacieran. Años más tarde, cuando esos niños que no nacieron habrían alcanzado la edad de convertirse en delincuentes, el índice de criminalidad comenzó a descender. Este razonamiento es sumamente lógico y Levitt se apoya en numerosas argumentaciones para tratar de demostrarlo, pero todas ellas son teóricas. En ningún momento consigue demostrar empíricamente que exista una relación causa – efecto entre la legalización del aborto y el descenso de la criminalidad, y por tanto cabe preguntarse… ¿existe realmente tal relación causa – efecto o es simplemente una mera casualidad y estaban en lo cierto criminólogos, politólogos y demás estudiosos en que la reducción de la criminalidad se debió fundamentalmente a las mejoras policiales, controles de armas… medidas a las que Levitt da un peso mínimo? Con esto no quiero decir que sus teorías sean erróneas, sino recalcar la idea de que partir de postulados normativos, como a lo largo de casi todo el libro hace Levitt, tiene sus riesgos y puede llevar a incurrir en pérdidas de rigor teórico. No obstante, hay que tener en cuenta que se trata de un libro no académico y aunque quizás muchos de los hechos e hipótesis que se exponen pueden ser rebatibles, en ningún momento se puede dudar de su lógica.
Tras esta reflexión de carácter general, la falta en Freakonomics de un tema unificador hace oportuno un breve análisis desagregado de los capítulos:
En el capítulo uno “¿Qué tienen en común un maestro de escuela y un luchador de sumo?” en el cual Levitt analiza las trampas de los profesores y la corrupción de los luchadores de sumo, debo decir que me llamó especialmente la atención, como Levitt tras analizar dichas trampas, se plantea la cuestión “¿Debemos asumir que la humanidad es corrupta de manera innata y universal?” y trata de responderla a través de la historia de Paul Feldman, un vendedor de rosquillas, que dejaba en manos de sus clientes la decisión de pagar o no pagar por las rosquillas que consumían. Esto podría inducir a que gente “poco honrada” no depositase en la cajita el dinero por cada rosquilla consumida, debido a que no eran observados. La experiencia de Feldman demostró que, sin embargo, el 87% de la gente pagaba las rosquillas. Pese a que puede parecer una historia superflua, me gustó especialmente por dos factores: en primer lugar, porque me parece un interesante tema de reflexión la pregunta que Levitt plantea acerca de si la humanidad es corrupta de manera innata y universal; y en segundo lugar, porque me ha aportado mayor constancia del fuerte vínculo - que en muchas ocasiones había pasado para mi inadvertido - entre economía y psicología, debido a la capacidad psicológica de los incentivos. Como escribió Adam Smith en su primer libro “La teoría de los sentimientos morales”, y en Freakonomics recoge Levitt “A pesar de lo egoísta que un hombre pueda suponerse, evidentemente existen algunos principios en su naturaleza que lo llevan a interesarse por la suerte de los demás y a convertir la necesidad de éstos en necesaria para sí mismo, aunque no le proporcione nada, salvo el placer de contemplarlo”
En relación con este tema, me ha parecido interesante una noticia que he encontrado en la edición digital del periódico EL PAIS. La noticia es de finales de 2007, pero además de haber sido considerada la noticia del año en la industria de la música, el tema sigue siendo de candente actualidad, ya que - debido a la situación de crisis en la que se encuentra la industria discográfica por el aumento de descargas musicales ilegales a través de la red – ha sido interpretada como la nueva dirección que podría tomar la industria discográfica. He considerado
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