INDUSTRIA DEL VINO
luci1535 de Enero de 2014
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PRÁCTICA 2: LA INDUSTRIA DEL VINO
1. ¿Qué tipo de sector en la industria del vino?
a. Identifica la etapa del ciclo de vida de la Industria en España, nombrando sus características principales y estableciendo algunas recomendaciones.
En cuanto a la Industria del vino en España y la etapa del ciclo de la vida de este sector en la que se encuentra, creo que la podría ubicar dentro de una etapa “madura”.
Si bien es cierto, que es un sector en la que también aparecen rasgos de un sector todavía con cierto “crecimiento”, sobre todo en cuanto al sector exportador se refiere.
¿Por qué considero que está en una etapa del ciclo de vida “madura”?
Hay rasgos para pensar en esto y que fundamentan esta opinión:
- Lentitud en el crecimiento de la demanda, así como estancamiento en las ventas.
Como podemos comprobar de los datos obtenidos en las fuente del enlace siguiente ( http://www.winesfromspain.com/icex/cda/controller/pageGen/0,3346,1559872_6763355_6778152_0,00.html) en este sector a nivel mundial, en 2012, la superficie vitícola disminuyó en 17.000 hectáreas respecto al año anterior.
Lo mismo sucede a nivel de la Unión Europea, en el que se ha pasado de 3.792.000 hectáreas en el año 2008 a 3.492.000 en el año 2012.
Y en cuanto a producción vitícola mundial, se estima que la producción en 2012 alcanzó 251 millones de hectolitros, 15,8 millones menos que en 2011.
En cuanto a España, que representa el tercer país del mundo en producción de vino, con 29,7 millones de hectolitros, 11,8% de la producción mundial y 21% de la UE, su producción cae levemente, en hectolitros. pero aumenta el valor de sus exportaciones, lo que es un indicador positivo del aumento de la calidad y el valor añadido de sus vinos.
En cuanto a la demanda nacional y mundial del vino, hay un pequeño aumento a nivel mundial del 0,6% a nivel mundial, aunque debido, sobre todo, al aumento en países emergentes como China.
El estancamiento de la demanda mundial es evidente, así como la caída del consumo en Europa (un 0,2%), aunque en España esta caída es aún mayor (en torno al un 6%, hasta los 9,3 millones de hectolitros).
-El producto no es nuevo. Es obvio que el producto del vino, por muchas variedades que exista en la forma de ofrecerlo (a granel, en botella, etc…) es un producto diríase hasta milenario. Por lo que ha sido producido y comercializado en casi todo el mundo prácticamente desde la antigüedad.
- En cuanto a la demanda, ocurre algo parecido a la oferta. Los consumidores de vino suelen ser un consumidor
- En cuanto a si es un producto o no diferenciado, hay que señalar que en este punto la diferenciación de los vinos (especialmente, en España) ha aumentado, especialmente las últimas décadas.
A través de las proliferaciones de las Denominaciones de Origen (DO) y el aumento de la variedad y la calidad de los vinos en España, esto ha propiciado un mayor dinamismo exportador de nuestros vinos, especialmente, en lo referido a un mayor valor añadido, a través del aumento de su calidad y la diferenciación.
Y es que como se puede leer en el siguiente enlace (http://www.acenologia.com/ciencia63_01.htm), en relación a las estrategias empresariales de las empresas vinícolas españolas en cuanto a diferenciación: “Las pequeñas bodegas y las cooperativas coexisten con estas grandes empresas, que poseen centros de producción en distintas zonas, con objeto de diversificar su oferta. Con objeto de controlar la calidad a lo largo de todo el proceso productivo, algunas bodegas han comprado o ampliado la extensión de sus viñedos, si bien la mayor parte del suministro de las bodegas en España procede de otros viticultores o directamente de las cooperativas en forma de vino. También es importante el nivel de inversión que se ha destinado a la edificación de nuevas bodegas, a la mejora de las instalaciones y equipamientos y a la utilización de técnicas de envejecimiento distintas para ofrecer una gama mucho más amplia de vinos de calidad, si bien tal nivel de inversión se ha visto muy reducido en los años recientes de crisis económica. En este contexto es interesante resaltar la actividad y la innovación de muchas bodegas que experimentan con nuevas variedades de uva y la utilización de las uvas autóctonas para producir vinos más adaptados al gusto del nuevo consumidor.”
Por tanto, en este punto, el sector del vino SÍ que presentaría rasgos más propios de una etapa de un sector en “crecimiento”, que de un sector “maduro”.
En resumen, este sector de la industria, a nivel nacional y mundial, se puede considerar una sector en etapa de “madurez” (estancamiento de la demanda y de la oferta, incluso leve descenso, antigüedad del producto de muchos siglos e incluso milenios…) pero también hay que tener en cuenta, que tiene un rasgo importante, de que es un producto donde la “diferenciación” permite márgenes de crecimiento, por el lado de aumentar ventas vía precio.
Y esto es un rasgo que es característico de las industrias en “crecimiento”.
De hecho, la industria del vino española, como hemos comentado, está aumentando el valor de sus exportaciones, no vía volumen exportado, sino a través del aumento del precio unitario y la calidad de sus productos exportados (tanto del vino “a granel”, como del de Denominación de Origen.
b. En el mismo contexto (España) y en relación al grado de concentración, identifica de qué tipo de industria se trata. Justifica la respuesta.
En este sector, en España, hay una baja concentración (al menos en el momento presente) de las empresas vinícolas, en relación con la fuerte concentración que hay en otros productos integrantes del sector económico más amplio de las bebidas alcohólicas y refrescantes en general.
Así, por ejemplo, en el sector de las cervezas, hay muchas menos grandes empresas. Y sólo tres grandes grupos empresariales (con sus distintas marcas, eso sí, al ser empresas “multimarca”) copan prácticamente el 90% de las ventas de las cervezas en España.
Algo similar ocurre con las bebidas refrescantes y las bebidas alcohólicas de alta graduación.
En definitiva, en los productos mencionados hay menos empresas y tienen un tamaño mayor que en el sector del vino, donde la producción está más diversificada y menos concentrada.
Por lo tanto, la estructura de la producción vinícola en España sería la de un “sector fragmentado”.
Y por lo tanto, el sector productor del vino español posee las características de un sector de este tipo.
Así, suelen barreras entradas débiles o no muy importantes. Además, dada la importancia socioeconómica de este sector, sobre todo en las zonas rurales de gran parte del territorio español, suelen haber incentivos por parte de las administraciones para que surjan nuevas cooperativas de productores, nuevas marcas, para que el tejido económico que genera a su alrededor, anime la economía de las zonas rurales.
Por lo comentado en el punto anterior, suele haber gran número de competidores de reducida dimensión, y que suelen aglutinar territorios de cultivo dentro de un municipio o comarca.
Por lo tanto, es obvio que ninguna de estas empresas a nivel municipal, comarcal o regional, tienen capacidad de influir en el mercado, debido a cuotas de mercado que suponen porcentajes muy bajos sobre el total del mercado, y además, normalmente no van a existir grandes economías de escala, debido a producciones relativamente bajas y estacionales en el tiempo.
Esto también influye en las estrategias que suelen adoptar las empresas de este sector, como hemos comentado antes, de “crecer”, no a través de la reducción de costes (que se lograría aumentado la escala de producción) sino a través de encontrar “nichos” de mercado. Es decir, a través de la especialización, las empresas pequeñas intentan buscar un determinado “consumidor medio”, que por las características de su producto, ya sea en su cualidad o calidad o precio, le atraiga su compra.
Por otro lado, hay que tener en cuenta la información que se desprende de esta fuente (http://www.acenologia.com/ciencia63_01.htm) y que va en la línea comentada en los párrafos anteriores.
Si bien señala que el sector vitivinícola español se encuentra inmerso en un importante proceso de actualización y renovación. Así, desde el año 2000, la superficie sujeta a reconversión y reestructuración ha superado las 130.000 hectáreas, lo que representa una inversión cercana a los 800 millones de euros. Se estima que algo más de 4.000 bodegas elaboran en España vinos tranquilos, espumosos y de licor. Son, por lo general, de pequeño tamaño y su capital es mayoritariamente de origen español, de tipo familiar, mientras que un gran número están constituidas como cooperativas agrarias.
Entre las principales empresas del
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