INTRODUCCION A LA ADMINISTRACION
Enviado por Charlybeckham • 30 de Septiembre de 2013 • 5.972 Palabras (24 Páginas) • 281 Visitas
Fascículos de
Administración I
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Fascículo 1
Introducción a la administración
Asociación del Personal Académico de la Facultad de Arquitectura
Administración I
1. Introducción a la administración
M. en Arq. Jorge Quijano Valdez
Nota del compilador: En este primer fascículo se sigue, por motivos de claridad, un orden distinto al de los temas 1.1 y 1.2 que corresponde al Plan de Estudios 99, así, el tema “Definición de la administración” (1.2) aparece aquí antes del tema “Antecedentes históricos de la administración” (1.1).
Administración I
Introducción a la administración
D. R. © M. en Arq. Jorge Quijano Valdez.
(Certificado de registro ante la SEP número 03-2002-031909400100-01.)
Cuidado de la edición: Roberto Rodríguez Narváez.
Portada: Coordinación de diseño de la Facultad de Arquitectura.
Primera edición: abril 2002.
Ni la totalidad, ni parte de esta publicación pueden reproducirse, registrarse
o transmitirse, por ningún medio de ninguna clase, sin permiso previo por escrito
del titular de los derechos.
Índice
A manera de prólogo: Oportunidades que el arquitecto genera
en su quehacer profesional cuando aplica actividades
técnico-administrativas (6)
Introducción a este fascículo (9)
Ubicación contextual del presente fascículo (10)
1.2 Definición de la administración (11)
1.1 Antecedentes históricos de la administración (13) Frederick Winslow Taylor (15)
Frank B. Gilbreth y Lillian M. Gilbreth (16)
Henri Fayol (18)
George Elton Mayo (18)
Diferentes corrientes administrativas (20)
1.3 Componentes de la administración (21)
Etapas específicas del proceso administrativo (21)
Planeación (22)
Organización (23)
Integración (23)
Dirección (24)
Control (24)
Cuadro 1 (26)
Cuadro 2 (26)
Preguntas guiadas (27)
Respuestas (según el compilador) (29)
Ejercicios (30)
Bibliografía y lecturas recomendadas (31)
A manera de prólogo: Oportunidades que el arquitecto genera en su quehacer profesional cuando aplica actividades técnico-administrativas
Entre las obras humanas que la vida se dedica a perfeccionar y embellecer, la más importante es ciertamente el hombre mismo. La naturaleza humana no es como una máquina que deba ser construida según un modelo específico, y realizar exactamente el trabajo para ella prescrito, sino que debe ser concebida como un árbol que necesita crecer y desarrollarse en todos los aspectos, en consonancia con las fuerzas internas que hacen de él un ser viviente.
En todos los ámbitos hay personas que dirigen y personas que son dirigidas, siendo un factor común el de asociarse estrechamente para la realización de las metas propuestas. El cotidiano quehacer del hombre —en nuestro caso, del arquitecto—, su crecimiento y formación, deberá complementarse con disciplinas afines que le permitan tener herramientas útiles que complementen su práctica profesional. Una de esas disciplinas es la administración.
En el ámbito de la industria de la construcción, el cliente, entendido como persona física, persona moral, institución, gobierno, etcétera, ha requerido siempre de una asistencia técnica especializada, es decir, un apoyo de expertos en las actividades para ejecutar las cuales él se sabe incapacitado.
Antaño, dado un proyecto de inversión, sin importar incluso su relativa pequeñez, los propietarios e inversionistas en general contrataban a un arquitecto —el experto— para que se encargara de algunos aspectos relacionados con el mismo: ubicación del terreno; a menudo, asesoría para la compra del mismo; desarrollo total del diseño; construcción; dirección de obra y equipamiento.
El arquitecto, en suma, recibía encargos para cumplir los cuales él no era, realmente, el más indicado; en efecto, muchos problemas, tal y como iban surgiendo frente a él, rebasaban sus conocimientos, circunstancia que lo movía a contratar nuevos especialistas, sobre todo cuando se trataba de proyectos que crecían en importancia.
En tal proceso nacieron los conceptos de asesor y de contratista general, es decir, aquellos profesionales que combinan su labor con la del Arquitecto para sacar adelante los proyectos encomendados. Ahora, en la medida en que los proyectos de diseño se volvieron mucho más importantes —conjuntos habitacionales, hoteles, centros comerciales, etcétera—, se volvió evidente que la combinación arquitecto-asesor-contratista general no bastaba ya más para llevar las cosas a buen término; fue así como surgió, primero, el concepto de administrador o coordinador técnico-administrativo, y, después, el concepto de Gerencia de Proyectos, referente a un género de actividad que, por así decirlo, atomiza las funciones que participan en un proyecto (empezando por la del diseño, en sus diferentes etapas) y consigue un mejor control de resultados en tiempo, calidad y costo.
A esto se debe que la gerencia de proyectos haya proliferado como una actividad muy viable en el ámbito arquitectónico nacional e internacional —lo que indica, seguramente, la importancia de crear diplomados, especializaciones, o incluso una maestría sobre el tema, según el nivel de profundidad al que se quiera llegar.
En cualquier caso, lo cierto es que esta actividad es ejercida por contadores, ingenieros, administradores, etcétera, sin embargo, el Arquitecto, por lo menos en México, no ha visto aún las grandes ventajas que puede obtener al especializarse
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