Internacionalización De La Economía Mexicana
3gr0jTrabajo19 de Marzo de 2013
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“Internacionalización De La Economía Mexicana”
Introducción
El comercio internacional se inició con el tráfico de productos, desde que existe el transporte y los mercaderes, pero fue con la revolución industrial que logró una escala continental e intercontinental. Nacieron los mercados internacionales y la interdependencia entre los países, tanto en sus formas de producción como en la asignación de recursos. La división del trabajo, la producción en línea, los sistemas de distribución y comercialización y las economías de escala masificaron los mercados y desterraron el autoconsumo. Aparecieron las empresas multinacionales que amenazaron con capitalizar la producción y el comercio mundial.
El entorno económico internacional en la actualidad se caracteriza cada vez más por su dinamismo e internacionalización. Tendencias como la creciente interdependencia entre países, la formación de bloques regionales, el surgimiento de economías emergentes en Asia y América Latina, así como los sorprendentes avances tecnológicos en diferentes sectores, configuran un entorno mundial crecientemente competitivo y cambiante. Como consecuencia de estas tendencias, los fenómenos de internacionalización de los mercados e internacionalización de las empresas se han acentuado aún más, resultando imprescindible para los empresarios tener una visión cosmopolita e internacional de la actividad económica y repensar los conceptos y estrategias económicas dentro de un modelo de economía tan abierta.
Respecto a estas características la internacionalización aparece como una necesidad apremiante para las
empresas. Sin embargo hay que hacer notar que es éste un proceso difícil, complejo y costoso, que incluso puede perjudicar a la empresa que lo emprenda si no realiza previamente un análisis estratégico serio y riguroso antes de tomar tal decisión.
Internacionalización de la economía mexicana
El comercio internacional ha sido tradicionalmente una parte importante de las relaciones económicas y políticas entre los países, pero nunca lo ha sido en tan gran medida como en la actualidad. Por un lado, las economías de los diferentes países están más estrechamente interrelacionadas que nunca gracias al intercambio de bienes y servicios y a los flujos internacionales de dinero, y la noción de internacionalización ha ganado cada vez más aceptación, entendiendo como tal la tendencia de las diferentes economías nacionales y regionales a integrarse en una gran economía global. Por otro, la economía mundial es ahora más inestable de lo que ha sido habitual durante mucho tiempo, y esto ha producido una continua lucha de las empresas y gobiernos por adaptarse al cambiante entorno internacional.
Una economía está vinculada al resto del mundo a través de dos canales, el comercio de bienes y servicios, y los movimientos de dinero. El análisis del comercio internacional pone el acento en las transacciones reales de la economía internacional, es decir, en los intercambios que implican un movimiento físico de bienes o la efectiva prestación de servicios. Las relaciones financieras internacionales se centran en el lado monetario de la
economía mundial, es decir, en las transacciones financieras, como por ejemplo las compras de pesetas por parte de extranjeros.
En el mundo real no hay una clara delimitación entre los temas comerciales y financieros, porque la mayoría de los intercambios comerciales tienen como contrapartida transacciones financieras, a la vez que muchos acontecimientos monetarios tienen una inmediata repercusión sobre las relaciones comerciales. Sin embargo, la distinción entre comercio y finanzas internacionales es muy útil, por lo que en este curso la parte dedicada al comercio de bienes y servicios y la parte que se refiere al lado financiero de la economía mundial serán desarrollados en dos temas diferentes.
Actualmente, en economía, internacionalización es la principal corriente de la teoría económica considera los efectos benéficos del comercio y de la inversión extranjera uno de sus principales resultados teóricos. Las implicaciones políticas de dicha teoría no pueden ser otras, si han de guardar coherencia con los resultados teóricos, que el sustento intelectual de la internacionalización.
En definitiva, la internacionalización presenta muchas facetas y engloba conceptos distintos según quién la considere. Por un lado, tenemos los aspectos amables, destacados en economía por la “mundialización feliz” de Alain Minc, en política por la culminación a escala internacional de las “sociedades abiertas” popperianas y en cultura por la “mundología” de Ernesto Sábato. Por otra parte nos encontramos con la “globo fobia” de crecientes
estratos de la sociedad civil que temen por las implicaciones económicas, culturales, medioambientales y políticas de la internacionalización.
Para el comercio internacional, “el propio interés” de los individuos siempre persigue maximizar su utilidad. Los agentes actúan para maximizar su nivel de consumo (los consumidores), de beneficio (los empresarios) o la posibilidad de ser reelegidos (los políticos).
Dando un paso más, la persecución del propio interés conduce a la mejora del conjunto de la sociedad. Este es el paso más discutible, pero también el más innovador y el más relevante desde el punto de vista político. Si aceptamos esta premisa en el escenario internacional, entonces no hay base económica para el conflicto. La existencia de un juego de “suma positiva” implica que dos países adversarios están interesados en la prosperidad del otro: el libre comercio y, en general, las relaciones fructíferas entre ambos, son juegos en que los dos ganan. Esto conlleva la preponderancia de la economía sobre la política y es un enfoque esencialmente racionalista. Los países mejoran mediante la cooperación y no a través del conflicto.
En las dos últimas décadas del siglo que nos deja, los procesos de internacionalización y regionalización se han consolidado en gran parte del mundo. En la actualidad, el debate entre proteccionismo y librecambio se ha transformado, hasta cierto punto, en un debate acerca de la mejor manera de integrarse en la economía mundial. Dicha integración puede producirse en un marco multilateral
o mediante iniciativas regionales. En la medida en que los retos del regionalismo están subordinados a los de la internacionalización, numerosos países han elegido la vía regional como medio para integrarse en la economía mundial.
Los principales rasgos que adquirió la estructura productiva, inducidos por el proteccionismo fueron: primero al existir mayores oportunidades de competencia al interior de la economía, dada la elevada protección arancelaria, resultó más ventajosa dedicarse a la producción manufacturera de capital e intermedios (éstos últimos vinieron a ser desarrollados por las empresas transnacionales), cuya importación se comenzó a incrementar a medida que se abría un amplio mercado para nuevas manufacturas de consumo final.
Segundo: estas elevadas tasas impositivas, provocaron a su vez, que fuera más atractivo para la industria transnacional instalarse en el país y producir bienes que de otra manera tendría que exportar con altas tasas impositivas, venciendo con ello la política proteccionista y aprovechando a su favor, ya que en un mercado sobreprotegido, su alta competitividad le daba una gran ventaja sobre las empresas nacionales.
Tercero: el énfasis puesto en la protección a los bienes de consumo final ,provocó, pues, no sólo la distorsión en el desarrollo industrial, que se diversificó hacia una producción de nuevas manufacturas de consumo final y dejó de lado la producción de bienes intermedios y de capital, para lo cual, los capitalistas nacionales no estaban preparados, y el Estado, no promovía
a través del proteccionismo y la industria transnacional no está dispuesta a reproducir el interior de la economía nacional, ya que esto no resulta necesario desde si propia perspectiva de funcionamiento.
Es fácil observar la gran dinámica que había adquirido la industria hacia estos años. Así, por ejemplo: mientras que en 1950, aportaba 23 467 millones de pesos, esto es, el 27% del PIB, en 1960, dicha cifra se incrementa a 43 933 millones, en decir, 29.2% del PIB y en 1972 crece un 300% respecto de 1964 sumando 114591 millones de pesos, esto es, el 35% del PIB.
Por otra parte, en cuanto al valor de la producción, tenemos que la producción bruta de la industria manufacturera, pasó de 30 708 millones de pesos (de 1960), en 1950 a 74 568 millones en 1960 y a 158 903 millones de pesos en 1969, lo cual significa que de 1950 a 1960 dicha producción creció un 88% y de 1960 a 1969 de 113%.
Un fenómeno característico de esta etapa de desarrollo capitalista en nuestro país, es la ascendente concentración del capital en una cada vez menor cantidad de propietarios, hecho que se presenta en general en todos los renglones de la actividad económica y en particular en la industria.
Este proceso de concentración de capital ha consistido en una absorción constante de los pequeños capitalistas por los grandes industriales que, a través de dicha concentración buscan y logran la monopolización de la economía, hecho que posibilita acelerar su proceso de acumulación de capital.
Otros datos, permiten abundar sobre este particular. Por ejemplo,
tenemos que en 1960, en la industria manufacturera, 407 empresas, con una producción mayor a los 50 millones de pesos, se apropiaban del 28.5% del capital
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