La Gran Fruta, jugos naturales y comida sana para todos
Enviado por MArgarethita • 26 de Noviembre de 2014 • Trabajo • 1.247 Palabras (5 Páginas) • 360 Visitas
La Gran Fruta, jugos naturales y comida sana para todos
Se inició en el 2006 con una propuesta fresca e interesante y ahora suma ocho locales. Conozca esta historia de éxito
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La Gran Fruta, jugos naturales y comida sana para todos
DÉBORA DONGO SORIA
¿Qué gran negocio pueden crear dos abogados, una arquitecta, un médico y un chef? La Gran Fruta. Una cadena de jugos naturales y sánguches caseros, donde cada uno aporta un ingrediente distinto para ofrecer comida sana en un lugar acogedor.
Todo empezó con un sueño y mucha intuición. En el 2006 abrieron su primera tienda. Ahora tienen ocho, entre locales propios y franquicias, y se vienen más.
De la mano de Andrés Aguirre, un experto en jugos y, ahora, de un asesor financiero, el negocio de la familia Martínez Veliz está en pleno crecimiento. Malena, la gerenta general de La Gran Fruta, nos cuenta sus planes.
¿Cómo surgió la idea de crear La Gran Fruta?
De mi padre y el juguero Andrés Aguirre. Mi papá es un amante de los jugos de fruta y había sido cliente de Andrés por años en una juguería de Miraflores. Mi papá siempre quiso poner un negocio con frutas y sánguches porque sabía que Andrés era espectacular. Se lo propuso y, ante mucha insistencia, aceptó. En el 2006 crearon la primera tienda en Las Begonias.
¿Por qué esta opción de negocio?
Mi papá pensó que los jugos de fruta y sánguches tradicionales con recetas caseras serían un ‘boom’ por la tendencia mundial a comer sano. Pensó que un buen lugar para abrir un local sería en los centros empresariales porque estos no tenían una opción de comida saludable, sino solo cadenas de comida rápida. Cuando se le presentó la oportunidad de alquilar un buen local en una zona de oficinas dijo: “Ya, esta es mi oportunidad”, y se lanzó.
¿Hizo alguna investigación previa para detectar eso?
No, fue pura intuición. Mi papá es abogado. Solo pensó que con el buen servicio de Andrés, su clientela ya cautiva y en un sitio donde hay afluencia de gente, la tienda sería un éxito. Y así fue. En un año y medio ya habíamos afianzado nuestra marca.
¿Fue difícil?
No. Mi mamá es arquitecta, pero hizo de administradora. Andrés hizo de jefe de salón y cocina. Mi mamá le pidió a dos amigas que la ayudaran con la contabilidad y administración. Cuando el negocio empezó a crecer, sus amigas pasaron a ser supervisoras de tiendas. Todo fue muy a la ligera, pero eso hizo que se sienta la calidez de un negocio familiar.
¿Se imaginaron que iban a crecer tanto?
No. La idea era solo tener la tienda de Las Begonias. Mi papá no invirtió mucho en el local porque se lo alquiló al grupo Brescia, para el que él trabajaba en ese momento. Si la tienda iba mal, se perdía la inversión, en aquel entonces de unos US$40.000, pero mi papá se daba el gusto de poner el negocio que siempre había querido. Pero nos fue bien y pudimos crecer. Los demás locales se financiaron con las ganancias o de los bolsillos de la familia.
¿Cómo entró Ud. al negocio?
Soy médico, pero también estudié nutrición. Mi hermano Virgilio, chef del restaurante Central, me pidió que trabajara con él. La investigación de productos me gustó tanto que me quedé ahí. Después de un año mi mamá me propuso trabajar en La Gran Fruta.
¿Cuál es la propuesta de La Gran Fruta?
Ofrecer comida completamente saludable. Nuestros jugos se hacen con frutas frescas del día, que nos llegan directamente del mercado, y nuestras carnes para los sánguches las preparamos en casa. Esa es la diferencia frente a otras juguerías.
¿Cómo surgen las ideas para crear sus productos?
Mi hermano Virgilio tiene las ideas y mi mamá las ejecuta. Pero todos en casa somos
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