Los paraísos fiscales.

Los paraísos fiscales

Cada vez que se escuchan noticias de paraísos fiscales, están relacionadas con corrupción, evasión de impuestos, escándalos, lavado de dinero y otros temas similares, y se nombra a países como Luxemburgo, Panamá, las Islas Gran Caimán entre los más importantes. La cantidad de dinero que se mueve en estos sitios es tan grande que tienen un impacto importante en las economías. En este ensayo se definirá el concepto de paraíso fiscal, su problemática, sus características y se argumentará porque tienen un impacto negativo en la economía mundial.

Hernández Vigueras (2006) indicó:
“La expresión paraíso fiscal no es muy afortunada porque sugiere la idea de que aquel país donde se obliga a pagar impuestos es un infierno. Y eso no es cierto porque los impuestos son la base de la convivencia social organizada, porque en la selva no existen los impuestos. Los impuestos son la contraprestación de los servicios comunes que necesitamos y recibimos cuando convivimos en sociedad; cuanto más desarrollada y avanzada es una sociedad más impuestos son necesarios para satisfacer las necesidades colectivas que individualmente no podemos atender, como la educación de los hijos, la atención de la salud, la retribución en situación de desempleo, las pensiones y el cuidado de los ancianos, la seguridad pública, la disponibilidad de vías públicas”.  

Esta afirmación ya menciona como afecta al desarrollo de un país la evasión de impuestos facilitada por los paraísos fiscales. Una definición de paraíso fiscal según Tibocha y Murcia (2007) es: “Los paraísos fiscales pueden definirse como aquellos estados, territorios o jurisdicciones que no tienen imposición a las ganancias, o la aplican a tarifas muy bajas, con serias limitaciones en el intercambio de información y una marcada ausencia de transparencia”,  y adicionan que su influencia alcanza los aspectos relacionados a los temas societario, bancario y penal. Esta definición complementada con la indicación anterior de Hernández Vigueras señala una orientación negativa de los paraísos fiscales, que por ética no deberían existir o no usarse por lo menos; sin embargo existen y son legales.

Iranzo Amatriaín (2015) manifiesta:  

“Los paraísos más famosos, pequeñas islas o países montañosos, son la punta del iceberg de algo poco conocido: la existencia de todo un sistema extraterritorial de jurisdicciones confidenciales dedicado a maximizar la libertad de movimiento y acción, y los beneficios, y a minimizar el riesgo inversor y la responsabilidad legal de las fortunas personales, los agentes financieros y las empresas transnacionales de gran magnitud, régimen del que asimismo se benefician el terrorismo, el crimen organizado, los dirigentes políticos y los altos funcionarios corruptos, y los servicios de inteligencia de todo el mundo”.

Este concepto implica una mezcla de aprovechamiento de personas y empresas con la ambición de generar más dinero, que es aprovechado por otros con fines criminales. Puede seguir buscándose más definiciones que llevan cada vez a encontrar más puntos negativos.

Además de lo anterior, Hernández Vigueras (2006) señala los siguientes rasgos como pertenecientes a un paraíso fiscal:

“ a)  La carencia de impuestos sobre el beneficio empresarial, sobre las donaciones y las herencias.  b) El secreto bancario, la existencia de cuentas anónimas y numeradas y la no-obligación para el banco de identificar y conocer al cliente. c) Las fuertes deficiencias en la supervisión y control bancario y sobre las transacciones financieras; como la disponibilidad de títulos de valores al portador no registrados o la no-obligatoriedad para los bancos de informar las autoridades sobre las transacciones dudosas. d) La falta de información y de estadísticas completas sobre las operaciones financieras. e) El volumen desproporcionado de operaciones financieras extranjeras, de no residentes, con relación a la economía local. f) La simplicidad de la formalización y registro de sociedades mercantiles y la falta de control sobre las sociedades filiales de grupos empresariales transnacionales. g) La ausencia de penalización o tolerancia en la práctica del blanqueo del dinero y otras deficiencias formativas. h) La falta de colaboración con las autoridades fiscales y judiciales de los demás países.”

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