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Desarrollo

Colombia es un Estado formalmente democrático, caracterizado por una relativa estabilidad económica y por una reconocida continuidad institucional. Pero, desde hace varios años viene sufriendo los efectos de la creciente violencia ocasionada por organizaciones armadas, tanto de origen político como puramente criminal, como consecuencia de una crisis política desarrollada desde el comienzo del Frente nacional y consolidada a partir aproximadamente de 1970.

En el gobierno de López Pumarejo con la "Revolución en Marcha" dejó en entredicho el problema político mayor. El atraso productivo y mercantil de una sociedad agraria estaba sustentado en la preeminencia de una clase terrateniente que dominaba la escena política. Aquí inicia el conflictivo estos son los veinte años de la etapa histórica nacional conocida como la Violencia.

Entre 1946 y 1965 fueron percibidas varias crisis políticas interconectadas y superpuestas, y se pusieron en marcha varias soluciones encadenadas a las crisis.

La Violencia se dio por la arrogancia militar, y por la permanencia del poder de Rojas Pinilla, la violencia hizo el bipartidismo frente nacionalista, tuvo finalmente su solución hacia el año 65 con el exterminio militar de sus cabecillas. De esta manera, hubo soluciones a crisis que se identificaron con las expresiones de violencia. En 1965 se podría decir que ya no había más violencia

El proyecto del Frente Nacional retomo el problema agrario y lo puso en los programas de transformación. Sin embargo, este problema fue principalmente que se modernizó el país sin alterar los parámetros básicos del poder político y económico. Esto creo problemas con la reforma. El proyecto solo fue de palabras.

El proyecto político del Frente Nacional formuló la pacificación como meta principal y la convivencia bipartidista como su solución. De esta manera, se planteó la solución de una multifacética consecuencia que era la violencia, pero se dejaron la crisis no resueltos totalmente, como el problema agrario, la concentración del ingreso y la estructura oligárquica del poder. Por ello se solucionó la mediación que el bipartidismo había ejercido sobre la violencia y se eliminaron los reductos que de ella había heredado el Frente Nacional.

Los problemas no se solucionaron por eso apareció un nuevo tipo de violencia, liberada del bipartidismo y condimentada con los efectos secundarios de la emergente organización política. Se crea una nueva crisis, con la particularidad de que escapaba del control tradicional del régimen e integraba nuevos elementos propios de la condición dependiente de una sociedad capitalista.

El Frente Nacional ha perdido la fuerza y cobertura del bipartidismo. En menos de treinta años es sorprendente la transformación q tubo los partidos tradicionales.

Con la disminución del bipartidismo en el contexto político se dio un desplazamiento de las relaciones de poder por los partidos, en busca de mediaciones alternativas. Surgieron, así, movimientos disidentes e intentos de constitución de numerosos partidos, dentro de una amplia gama ideológica. El régimen político, fue contundente. Se generó un bloqueo.

Sin embargo, ello no fue obstáculo para que continuara el proceso. Aparte de la cuantiosa ciudadanía que se despreocupó de la política, numerosas expresiones de la lucha continuaron. Pero también fueron muchas las manifestaciones que se entroncaron en la ilegalidad, obligadas por las circunstancias de acoso del régimen. La herencia de la violencia con sus guerrillas partidistas fue un ejemplo histórico para la formación de guerrillas radicalizadas: FARC, ELN, EPL, M-19. Se combinaron caprichosamente acciones legales, ilegales para enfrentarse al bipartidismo,

El Frente Nacional tuvo la necesidad de expansión del Estado Institucional. Esta necesidad coincidía con la urgencia del régimen de fortalecer las instituciones del Estado, para contrarrestar, el debilitamiento ideológico y de cobertura de un bipartidismo que constituía su esencia misma. Comenzó, así, la creación de diversas instituciones oficiales, sino también de controles, directos o indirectos, de los recursos disponibles en la sociedad. Naturalmente. La administración pública tuvo a su disposición un número creciente de recursos y controles, que se adecuaron a la necesidad de sostenimiento del bipartidismo.

El problema no consistió únicamente en el hecho que el inventario político del Estado estuviese ante todo al servicio de la oxigenación permanente de los dos partidos tradicionales. Se, podría pensar en un Estado institucional fuerte. Lo que se quería era conformar el armazón que guiaba al resto de relaciones políticas administradas por el bipartidismo, la consecuencia fue una tendencia a la privatización de sus beneficios. Se generó, así, un Estado institucional con gran capacidad de movilización de recursos económicos; el Estado institucional políticamente se hizo débil. Estaba perdiendo presencia del bipartidismo.

La autoridad legítima debe contar con la bendición electoral, sin que importen los medios para que se logre. El problema para la llamada "clase política" es en conseguir y mantener un capital electoral, lo que llevó al bipartidismo a la utilización para el efecto de los recursos estatales a su disposición. El estado en este periodo tuvo muchos problemas de estabilidad que han traído consecuencias el afán de consecución de nuevos recursos para el Estado y su transformación en una especie de botín.

La crisis del régimen político puede sintetizarse en los dos fenómenos principales. El primero de ellos se refiere a que el sistema político que administran los gobiernos del bipartidismo no posee control. En este caso, no solamente se tienen en mente las actividades subversivas como la guerrilla, sino también los paros cívicos y todos aquellos procesos políticos que se han salido de las manos de los partidos tradicionales. El segundo de los fenómenos señala que a pesar de la gran capacidad que tienen las

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