Modelo Utilidad Cardinal
Enviado por Ivan05Rangel • 18 de Septiembre de 2014 • 3.814 Palabras (16 Páginas) • 343 Visitas
HISTORIA.
La teoría de la utilidad marginal (grenznutzen en alemán) es la teoría del valor dominante en prácticamente todas las facultades de económicas del mundo “occidental”. Fue desarrollada en el último tercio del siglo XIX, concretamente en 1871, al tiempo por William Stanley Jevons, Carl Menger y León Walras, en lo que se llamó la “revolución marginalista”, frente a la entonces
Dominante desde Adam Smith teoría del valor trabajo (aunque hubo precursores anterior es como Dupuit, Jennings o Gossen, e incluso se pueden rastrear algunos componentes suyos en el aristotelismo o la escolástica). La llamada ‘revolución marginalista ’fue importante no sólo por lo que aportó a la disciplina de la Economía Política, sino, sobre todo, por lo que atacó: la teoría del valor trabajo (antes de Dupuit o Gossen, sólo Condillac defendía teorías similares). En ese sentido, el ‘triunvirato’ Menger JevonsWalras, es determinante en la elaboración de la teoría utilitarista del valor.
Aunque la teoría de la utilidad marginal, fue presentada por Jevons como algo inaudito, al tiempo reconoce que autores anteriores como Jennings, Banfield o Senior fueron los que argeñaron su teoría, llegando a afirmar que esta no era ninguna novedad. También incide mucho en las obras de Condillac, Dupuit o Gossen. El caso de Gossen merece una especial consideración por parte de Jevons. Al igual que Jevons, Gossen insistió siempre en darle a la economía política un punto de vista lo más matemático posible. Y al igual que Jevons, Gossen definía la economía como la “ciencia del dolor y del placer”. Gossen fue el primero en atreverse a formular una ‘ley del placer. Jevons admite que Gossen se adelantó a él tanto en la teoría como en la metodología de su elaboración, aunque se jacta de que fue él, y no Gossen, quien llegó a las ecuaciones del intercambio, a la teoría del capital y el interés y en la forma de deducir la utilidad.
Para Jevons, una muestra del potencial y plausibilidad de la teoría utilitarista del valor supone el hecho histórico de que varios autores, de manera separada, hayan llegado a las mismas conclusiones.
Gossen consideraba que no existían cosas con valores inherentes y, por tanto, que no existían valores absolutos, físicos, con respecto a los bienes económicos.
Entendiendo aquí valor como utilidad, como valor subjetivo, es cuando podemos dar una definición de utilidad marginal. La utilidad sería el determinante directo del valor, quedando el trabajo como un determinante indirecto, y dependiendo de la cantidad de mercancía que haya en poder de un consumidor, así variará la utilidad. El fundamento básico de esta teoría es el que sigue: la utilidad individual de la última unidad adicional consumida de un bien determinado determina la demanda individual de ese bien y, junto con la influencia de la oferta, determina los precios de mercado de ese bien.
Consecuentemente, el grado de utilidad variará con la cantidad de mercancía consumida, por lo que a medida que la cantidad de la mercancía consumida aumente disminuirá su utilidad, lo que significa que la utilidad marginal será decreciente.
Esto explicaría el antes nombrado “dilema del agua y los diamantes”: el agua es más barata que los diamantes porque a medida que consumimos más agua, su utilidad será menor, aparte de que el agua, a diferencia de los diamantes, es más abundante y puede conseguirse más fácilmente. La cuestión importante aquí es que cuanto más se consuma de un bien, menor será la utilidad marginal del consumidor individual y, por consiguiente, menor su precio de mercado. Aún con esa bajada de precio, la deseabilidad de unidades adicionales disminuirá continuamente cuando los gustos de los consumidores permanezcan inalterados (supuesto básico en muchos análisis), aunque todos los deseos de bienes pueden satisfacerse. Gustos inalterados y cantidades constantes de los otros bienes son los supuestos básicos de la utilidad marginal decreciente.
La teoría de la utilidad marginal tuvo en sus inicios una fuerte vinculación con la filosofía utilitarista de Bentham. Jevons era un convencido utilitarista, así como otros pioneros de la teoría tal y como ahora la conocemos, como Edgeworth o Gossen.
Aunque otros como Marshall siempre reprocharon ese barniz hedonista que la teoría tenía. Para Schumpeter esa relación dejó de existir en el momento en que la teoría del valor por la utilidad dejó de implicar en modo alguno la naturaleza de los deseos y necesidades de los que partía.
Walras cree utilizar los términos de escaso y de escasez en sentido científico, y llega a afirmar que las cosas limitadas y útiles son intercambiables, producibles industrialmente o ‘multiplicables’ y apropiables. La raretées, para él, la causa del valor de cambio, del precio comercial. Y la presenta como la intensidad de la última necesidad satisfecha de un bien, igual en sentido riguroso a la escasez en términos de utilidad y limitación en la cantidad que es o podría ser, o haber sido, satisfecha (en condicional).
Walras entiende la rareté además como algo personal y subjetivo, mientras que el precio comercial (valor de cambio) es algo objetivo. Para él, la rareté (utilidad) coincidía con la derivada de la utilidad efectiva con respecto a la cantidad poseída por cada consumidor de un determinado bien. Podría entonces hallarse una utilidad media entre dos bienes A y B, que sería la media aritmética de las utilidades de cada uno de esos bienes para todos los agentes económicos, una vez realizados los intercambios comerciales.
Los tres autores propiciaron un cambio progresivo en la forma de entender la economía política, que tuvo en la teoría de la utilidad marginal el motor de ese cambio. Pero la teoría de la utilidad marginal no se ha mantenido igual con el paso de los años. Cada escuela económica ha ido manteniendo, eso sí, una defensa en mayor o menor grado de cada una de sus variantes habida cuenta del bagaje ideológico y filosófico de cada escuela. Sí, en cambio, mantienen un elemento común: los precios comerciales son consecuencia de una relación entre una cosa, el bien, y un sujeto racional, el consumidor, el cual resulta ser el medidor necesario para estimar la utilidad de un bien, entendiendo la utilidad como el grado de satisfacción que proporciona el consumo de dicho bien. Pero, como decíamos, hay matices que merece la pena señalar.
Esta teoría parte de varios supuestos:
El ingreso del consumidor por unidad de tiempo es limitado.
Las características del bien determinan su utilidad y por tanto afectan las decisiones del consumidor.
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